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Promesas en la Noche

Una tarde soleada, Minjeong convenció a Jian para que salieran a tomar algo después de clases. Aceptó, necesitando una distracción de sus pensamientos turbulentos sobre Heeseung y su relación rota.

Juntas, salieron a un bar cercano y pidieron un par de cócteles para relajarse. Pronto, Jian se encontró riendo y charlando animadamente con Minjeong, disfrutando de la compañía de su amiga y olvidando temporalmente sus preocupaciones.

Sin embargo, a medida que pasaba la noche y los cócteles seguían fluyendo, Jian comenzó a sentirse mareada y un poco fuera de control. Minjeong, preocupada por su amiga, decidió que era hora de irse a casa.

Mientras intentaban salir del bar, Jian tropezó y cayó, riendo histéricamente mientras Minjeong la ayudaba a levantarse. Consciente de que no podrían llegar a casa solas, Minjeong sacó su teléfono y marcó el número de Heeseung, esperando que estuviera dispuesto a ayudarlas.

Unos minutos más tarde, Heeseung llegó al bar en su motocicleta, con una expresión entre divertida y preocupada en su rostro al ver a Jian tambalearse hacia él. Minjeong le explicó rápidamente la situación, y Heeseung asintió, ayudándolas a subir a la parte trasera de la motocicleta antes de arrancar hacia su apartamento.

Durante el viaje, Jian se aferró a Heeseung, sintiéndose mareada y vulnerable. A pesar de su estado, no pudo evitar notar lo reconfortante que era la sensación de tener a Heeseung cerca, incluso después de todo lo que había pasado entre ellos.

Al llegar al apartamento, Heeseung ayudó a Jian a entrar y la acostó en su cama, asegurándose de que estuviera cómoda antes de salir de la habitación. Minjeong se disculpó con él por la situación, agradeciéndole por su ayuda, antes de retirarse a su propia habitación para descansar.

En la oscuridad de la noche, Jian se encontró sola en la habitación, con la cabeza girando y el corazón pesado por las emociones confusas que la embargaban. Entonces, escuchó un suave golpeteo en la puerta y vio a Heeseung entrar en la habitación, cerrando la puerta detrás de él.

—¿Cómo te sientes? —preguntó con voz suave, acercándose a la cama y sentándose a su lado.

Jian lo miró con ojos vidriosos, sintiendo una mezcla de gratitud y tristeza. —Lo siento por molestarte —murmuró.— No debería haberte arrastrado a esto.

Heeseung le sonrió con ternura. —No es un problema. Estoy aquí para ayudar. Siempre lo estaré.

Durante un momento, Jian y Heeseung se quedaron en silencio, mirándose el uno al otro en la tenue luz de la habitación. Entonces, Jian rompió el silencio, dejando salir las palabras que había estado guardando en su corazón.

—Heeseung, extraño nuestra amistad...
—confesó, su voz temblorosa por la emoción y el alcohol. —Extraño la conexión que teníamos antes de que todo se arruinara entre nosotros.

Heeseung la miró con ternura, sintiendo un nudo en la garganta al escuchar sus palabras. —Yo también te extraño, Jian —admitió. —Extraño la forma en que solíamos ser antes de que las cosas se complicaran entre nosotros.

En ese momento, Jian y Heeseung se encontraron buscando consuelo el uno en el otro, desesperados por recuperar lo que habían perdido. Prometieron hacer lo que fuera necesario para arreglar las cosas entre ellos, para reconstruir la amistad y la conexión que habían compartido una vez.

Mientras Jian y Heeseung se abrazaban en la tenue luz de la habitación, Heeseung rompió el silencio con una pregunta suave pero cargada de significado.

— Jian, ¿por qué nos separamos realmente?

Jian se estremeció ante la pregunta, sintiendo un nudo en la garganta mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas. Finalmente, con un suspiro resignado, decidió ser honesta.

—Me asustaste. —admitió en voz baja, su voz apenas un susurro en la oscuridad. —Todas esas fiestas, todas esas chicas... Me asusté de lo que sentía por ti, así que decidí alejarme antes de que me lastimaras.

Heeseung la miró con comprensión en los ojos, sintiendo un peso en el pecho al escuchar sus palabras. Se acercó un poco más a ella y la abrazó con más fuerza, como si quisiera protegerla de todo lo que la había hecho huir de él.

—Lo siento. —murmuró, su voz llena de arrepentimiento. —Nunca quise asustarte. Nunca quise lastimarte. Solo quiero que sepas que puedo ser mejor para ti, Jian. Puedo cambiar.

Jian lo miró a los ojos, viendo la sinceridad en su mirada. Por un momento, se permitió creer en sus palabras, en la posibilidad de un futuro juntos que nunca había imaginado posible.

Y así, en la quietud de la noche, Jian y Heeseung se quedaron dormidos abrazados, encontrando consuelo y esperanza en la promesa de un nuevo comienzo. Aunque el camino hacia la reconciliación sería largo y difícil, sabían que tenían el uno al otro para enfrentarlo juntos. Y con esa certeza reconfortante en sus corazones, se sumergieron en un sueño reparador, listos para enfrentar el mañana con renovada determinación y amor.

© StrawberryMoonlightt

Sparks Fly - Lee HeeseungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora