VI

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Al bajar mi padre nos examinó como si intentara encontrar las diferencias en nosotros.

—Mi rey —dije antes de hacer una reverencia junto a mi familia —Es bueno verlo de nuevo.

—Sube hija mía —movió su mano para indicarnos que subiéramos —Es bueno verlos.

—Mi amada niña —mi madre estiró sus brazos para abrazarme —Has crecido mucho.

—Me alegra mucho verte madre —ella miró detrás de mí —Ellos son mis hijos.

—Es bueno verte hermano —escuché como Daemon saludo a mi padre.

Le indique a mis hijos que se acercarán para poder presentarlos.

—El es Jacaerys —coloqué mi mano es un cabeza para señalarlo —Es el Lucerys —Luke se tenso pero le sonrio —Joffrey y Aegon —señale a los niños que aún estaban en brazos de las doncellas.

—Lleven las cosas a las habitaciones asignadas —ordenó mi padre —Nos veremos en la cena.

—¿En donde está Baelon? —le pregunté a mi madre. 

—Está en los jardines nadie puede sacarlo de ahí —dijo restándole importancia. —Lo verás en la cena, le gustará mucho verte.

—¿Viste mis cartas? —

—Si las leí todas —dijo con algo de nostalgia —Quería responder pero tu padre...

—No te preocupes madre —le sonreí para que se tranquilizara. 

Me despedí de ella para acompañar a mis hijos a la habitación en donde dormirían.

Acomodaron sus cosas en los muebles que estaban cerca de sus camas y parecían muy contentos de estar aquí.

—¿Podemos ir a jugar en los jardines madre? —Jacaerys bajó de su cama en compañía de Luke.

—Adelante —

Salieron corriendo de la habitación mientras yo me quedaba con las doncellas a darles órdenes sobre sus horas de dormir y sobre qué debían tener cuidado ya que Joffrey no conocía el lugar y podría perderse cuando intentara llegar a mi habitación.

Cuando las órdenes estuvieran claras las deje cuidando a los niños ya que se habían dormido y salí a buscar a mis hijos mayores. 

Camine hacia los jardines buscándolos pero encontré a un grupo de 4 niños.

El niño mayor era de cabello platinado que reconocí rápidamente como Baelon, este jugaba con dos niños y una niña de cabello castaño menores que él.

—Yo seré el Rey y tú serás mi mano Baelon —dijo entusiasmado el niño más grande de cabello castaño.

—Tu no puedes ser el rey Aegon —él contestó molesto —Los bastardos no pueden ser reyes. 

Esto pareció lastimar al niño que se le borró la sonrisa en cuanto Baelon lo dijo. 

—Baelon —lo llame de manera dulce.

—¿Rhaenyra? —el volteo a mirarme mientras sonreía y yo solo asentí —Hermana que gusto verte. 

—Mira que grande estás —lo abrace mientras miraba a los otros tres niños que me miraban sonrientes —Hola niños. 

—Rhaenyra ellos son los hijos de nuestro padre —Baelon se separó de mi para presentarme —Sin Aegon, Aemond y Helaena. 

Mire a los niños que eran muy diferentes a cómo habían sido antes, ahora eran castaños con cabello ondulado y ojos oscuros.

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