***Esta historia será retirada el día 31 de julio, luego de esto solo habrá tres capítulos disponibles***
Londres, 12 de febrero de 1844.
Lady Laura Martin se situó detrás de su hermano mayor, Alec, el único caballero que se atrevió a responder al desafío impuesto por lady Somerton. Entre todas las solteras, él estaba ahí para atrapar el ramo de la novia, su amiga, Grace March, la nueva duquesa de Oxford.
Laura sonrió. Su hermano representaba un obstáculo insoslayable para que el ramo fuera a parar a sus manos. La ancestral tradición sentenciaba que, si la soltera ―o soltero en este caso― atrapaba el ramo de la recién casada, sería la siguiente en contraer matrimonio.
En su familia y amigos cercanos esa tradición casi no fallaba. Todos quienes atrapaban el ramo terminaban casados más temprano que tarde. Ese mismo hecho la impulsó a ocultarse sin ser tan evidente. No quería parecer desesperada.
Miró de reojo hacia su derecha, ahí estaba «él». Pronto se iría de viaje a Italia. Suspiró. Le gustaba cuando volvía a Inglaterra con su piel más morena y con esas palabras en italiano que ya eran parte de su vocabulario.
¡Ay, no, la miró!
Laura fingió que solo fue casualidad. Tensó una sonrisa falsa, lo saludó con un ademán juguetón de sus dedos. Él le guiñó el ojo y con un gesto le señaló que prestara atención hacia el frente.
―¡¡A la una!!... ―exclamó la novia―. ¡¡A las dos!!...
El ramo voló alto por los cielos. Pasó por encima de las solteras, su hermano saltó y lo rozó con los dedos.
Laura ni siquiera había alzado sus manos, pero ahí fue a parar el hermoso ramo de la novia. Por un segundo ella fantaseó e imaginó que ocurría el milagro, que sus sentimientos eran correspondidos por él. Era un bonito sueño. Sonrió.
―Eres la siguiente, hermanita. ―Escuchó la voz de Alec―. Me apiado del pobre hombre que se enamore de ti.
La sonrisa de Laura se esfumó y puso sus ojos en blanco.
―No seas ridículo, Alec. Eso no pasará, la tradición morirá en mí. Desde hace tres años que soy oficialmente una...
La voces alegres de sus amigas y primas interrumpieron sus palabras. Algunas bromeaban, otras la felicitaban y otras fingían frustración por no ser la afortunada dueña del ramo. A su lado llegó Charity, su hermana menor, quien le susurró al oído:
―Oh, oh, le queda poco tiempo a tu Romeo.
Los ojos de Laura casi salieron de sus cuencas y amonestó a su hermana:
―Calla, Charity. ―Miró en todas direcciones por si alguien había escuchado la indiscreción―. No insistas con ese tema.
―Ya descubriré quién es ―continuó con su tono de secretismo―. Los flamantes candidatos son Matt, Caleb, Will, Tony... Jack y Malcolm son menores que tú... aunque eso no es impedimento, mamá es mayor que papá por tres años. Ay, cualquiera puede ser. ¿Quién será?
―Nadie, Charity.
Laura llevaba meses arrepintiéndose de un comentario críptico que lanzó al aire y que su hermana lo captó en seguida. De haber sabido que Charity era tan perspicaz habría cerrado su gran boca.
Dio media vuelta y se marchó del salón dando grandes zancadas. De pronto se volvió invisible. Después de arrojar el ramo, los novios se marchaban de la fiesta y todos estaban despidiéndose de ellos.
Dejó atrás el bullicio y atravesó las puertas francesas que daban al jardín. El frío aire invernal le dio la bienvenida. Su respiración se transformó en vaho.
ESTÁS LEYENDO
Más allá del anhelo - Serie Las Damas del Diablo, libro 1
Ficción históricaSafe creative 2404157646766 todos los derechos reservados ★ NOVELA PROTEGIDA POR DERECHOS DE AUTOR ©. Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de la titular del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción...