Naruto - Cambios en el futuro ✔️

17

Kushina dejó de avanzar cuando vio aparecer una enorme cosa... púrpura alrededor de su mejor amiga. No estaba segura de lo que era, pero el chakra que formaba la monstruosidad parecía rodear por completo a Mikoto y formaba una especie de esqueleto, algo que nunca había visto antes.

Mikoto había gritado la palabra Susano'o, aparentemente el nombre de esta nueva técnica. Extrañamente, Kushina nunca había visto a su mejor amiga ejecutarla hasta ahora, aunque conocía los rumores de que el Sharingan podía permitir al Uchiha hacer cosas extrañas. Fuera lo que fuese, la presión de chakra de su mejor amiga aumentaba constantemente... pero se sentía oscura y contaminada. La pelirroja era algo experta en detectar firmas de chakra, y la de Mikoto estaba haciendo otra cosa que nunca había sentido hasta ahora.

Cualquier otro pensamiento sobre el tema se interrumpió cuando el esqueleto púrpura se movió, blandiendo una espada de aspecto extraño en un amplio arco descendente. No impactó contra el suelo, pero obligó al enmascarado a dar varios saltos rápidos hacia atrás para no ser golpeado.

"¡Kushina!"

Sobresaltada, la pelirroja tardó un momento en darse cuenta de que Mikoto la estaba llamando por su nombre.

"¿S-Sí, Mikoto-nee?"

"Saca... saca a N-Naruto de aquí. Por favor".

Kushina se lanzó rápidamente hacia delante, intentando fingir que no había oído que a Mikoto se le quebraba la voz al pronunciar el nombre de Naruto. Al detenerse bruscamente ante la forma tendida del rubio, trató de contener su dolor ante la visión hasta que lo apartaron del camino de lo que fuera que su esposa quería hacer. Lo movió con cuidado para no empeorar su herida, que parecía letal, y pasó las manos y los brazos por debajo de los omóplatos y las rodillas. Aumentando su fuerza y velocidad con el refuerzo de chakra, la pelirroja gruñó un momento mientras se adaptaba a su peso extra e intentaba no mirar la espada que tenía clavada en el pecho.

No perdió de vista al enmascarado, aunque para su alivio y preocupación, parecía más interesado en lo que hacía Mikoto. Al volver a mirar a su amiga, se dio cuenta de que su Susano'o ya no era un esqueleto, sino que parecía estar completamente descarnado, con un rostro que parecía tener una mueca cruel. La espada que sostenía estaba ahora encendida de algún modo con lo que parecía ser fuego... pero era negro y no emitía ninguna luz; otra cosa que ella nunca había visto antes.

Mikoto lanzó un grito y avanzó, pero Kushina se obligó a dejar de mirar por un momento mientras volvía a dejar a Naruto cuidadosamente en el suelo. La espada seguía clavada en él, por desgracia temía moverla, ya que podría causarle más daño o hacer que empezara a sangrar en serio. Presionando torpemente sus temblorosos dedos contra el costado de su garganta, finalmente perdió la batalla contra sus lágrimas mientras buscaba en vano un latido, como si la espada que sobresalía de su pecho no enviara suficiente mensaje.

"¡Kurama! ¿Puedes pensar o hacer algo?"

Hubo un breve estruendo en el fondo de su mente antes de que la profunda voz de las Nueve Colas se hiciera clara. "Levántale la camisa y coloca la mano contra el sello de su estómago. Si su red de chakra sigue activa, quizá pueda mantenerlo sólo con chakra durante un rato hasta que llegue un médico".

La pelirroja no necesitó que se lo dijeran dos veces, ya que inmediatamente le bajó la cremallera del chaleco jonin manchado de sangre, y luego levantó rápidamente la malla de debajo mientras intentaba ignorar la sangre que le corría rápidamente por el pecho hacia el abdomen. Colocando la mano directamente sobre su ombligo, bombeó tanto chakra propio como de Kurama en el sello como pudo.

Al principio, hubo una chispa de esperanza cuando el sello oculto en el estómago de Naruto apareció inmediatamente; la espiral oscura contrastaba fuertemente con su piel que palidecía rápidamente. Un fuerte grito de Mikoto y una gran explosión estuvieron a punto de hacerla volar a ella y a Naruto, pero unos rápidos ajustes de chakra la mantuvieron pegada al suelo mientras se aferraba y protegía lo que podía del cuerpo de su hermano.