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Narrador.

Tenía un rato en el que Olivia no regresaba al departamento ni contestaba nada proveniente de el chico que intento besarla.

Aunque estaba pensando seriamente en regresar porque Mary hacia fiestas casi cada noche y era muy estresante vivir fuera de casa.

Hoy se levantaron en aquel departamento al rededor de las cinco am porque quedaron las cuatro chicas (Porque Linett y Janis comenzaron a ser parte esencial en la vida de nuestra protagonista) salir a comer y descubrieron un club en la ciudad en el cuál podían hacer cualquier tipo de actividades por una mensualidad.

-Entonces nos vamos cómodas o me puedo ir en minifalda Mary?- Pregunto Janis saliéndose de la ducha.

-No te atrevas ahí es un lugar decente, y tampoco es como si quisieran ver tus “atributos".

-Lin, tu que usarás?- Pregunte al verla callada.

-Probablemente no vaya me siento un poco mal desde hace unas horas.

-Que mal, quieres que me quede contigo digo para que no te aburras y tengas un poco de compañía- Dije.

-No está bien tu diviértete me quedaré aquí a relajarme.

No dijo nadamás y se marchó al sofá y prendió el televisor.

-Que cool ya tenemos quien nos cuide la casa- Dijo Janis y automáticamente volteamos a verla mal.

-Yo solo decía aunque si se meten a robar es capaz de darles todo sin que se lo pidan, esa chica es un poco tonta.

-No digas eso Janis, suena muy mal- Exclamó  Mary negando con la cabeza.

-Lo se Mary pero no puedes negar que no lo es.



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Olivia Randone

Casi era hora de irnos y le mandé un mensaje a mi novio (Que bonito suena) deseándole los buenos días y no me pude contener y le dije todo acerca de que sucedió esa noche.

El casi al instante respondió y fue muy molesto porque dijo que prefería rentar una casa para mí a regresar a ver a ese “ Patán "

No le respondí más porque era hora de irnos no sin antes darle un abrazo a Lin y deseándole que se recuperará pronto.

Nos subimos al auto quedando yo y Mary adelante y Janis atrás, el transcurso fue tranquilo y con un poco de burlas gracias al vocabulario que tenía Janis.


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Francisco Romero

Juntaba la ropa apresuradamente y la metía a las maletas sin importarme nada y salí rápido de ahí caminando a una avenida principal y después de unos minutos prácticamente corriendo tomé un taxi y me dirigí al aeropuerto.

Corria al mostrador lleno de gente malhumorada o feliz del viaje que escogerían. La fila era inmensa y el tiempo que se tomaban las personas escogiendo vuelos atrasaban la fila.

En un momento desesperado comencé a avanzar empujando ligeramente a las personas haciendo que estás me insultaran o simplemente me dedicarán una mirada de curiosidad.

En un movimiento brusco aparte al sujeto que compraba un boleto de avión.

-Oye que te pasa amigo, no seas irrespetuoso…

-Un vuelo a argentina, un vuelo que salga de aquí lo más rápido posible- Hablé entre jadeos.

-Si señor- Hablo la señorita al notar mi tono de voz- Sería en un par de horas el vuelo y solo quedan asientos de primera clase.

Francisco Romero EN REVISIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora