– En aquella habitación fría y oscura se encontraba un albino de vestimenta rojiza quien estaba atado en la cama por unas cadenas. El albino tenía una mirada vacía mientras miraba al suelo, su mente estaba en blanco y lo único que se escuchaba en la habitación eran las gotas de agua caer al suelo de cemento –
– La atención del albino fue hacia una ventana con barrotes, se acercó a esta y tomo los barrotes para poder sostenerse un poco –
— Jeremy...¿Qué haces?
– El albino pregunto, llamando la atención del peli-castaño, quien ni se inmutó a verlo -
— M-Me trajeron u-una TV para que al m-menos no me queje t-tanto mientras me ha-hacen...eso
– Respondió el peli-café, temblando un poco debido al frío de la habitación –
— D-Dijeron que a ti te t-traeran una t-tambien...s-si no te quejas tanto
– El de ojos azules hizo una mueca un poco disgustado, miro la TV de la habitación de su amigo, notando que esté estaba mirando un programa infantil..."Digital Circus" –
— ¿De que trata ese programa?
— L-Los personajes van a m-muchas aventuras e-en cada capítulo, n-no son muchos....p-pero es divertido, m-mi favorito es el de o-orejas de conejo
– El albino siguió mirando la TV notando a una chica de alas doradas quien parecía estar mirando a la pantalla –
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– Pasos lentos se escuchaban por los pasillos de aquel circo, un albino miraba al suelo algo pensativo mientras jugaba con las mangas de su sudadera –
– Era de noche, Gangle se había despertado por un sueño extraño que tuvo, pero no podía verles las caras a esos chicos que aparecían en su sueño, eso era extraño. El albino miro a su alrededor, sintiendo un frío chocar contra su cuerpo –
– En un momento, llego a la cocina, se acercó a la nevera y la abrió ligeramente, buscando algo para beber. Al no ver nada, cerro la puerta con algo de molestia –
– Soltó un suspiro molestó. Se acercó a unos estantes para buscar algo que comer, encontrandose con unas galletas de chocolate. Las tomo y trato de abrirlas pero se le dificulto un poco, frustrandolo ligeramente –
– Pero para su mala suerte, el paquete se abrió mucho y casi todas las galletas cayeron al suelo. Soltó un quejido de frustración, se agachó y empezó a recoger las galletas que ya estaban completamente sucias, formó una mueca de disgusto y simplemente siguió recogiendo las galletas –