Me llamo Lana Nidel, pertenezco a la casa noble Nidel del reino de Avengard, un lugar donde la magia está prohibida. Aquellos que poseemos magia en nuestras venas somos encarcelados en torres mágicas para no hacer daño a nadie.
Desde que tengo memoria he vivido aquí, en esta torre de magia, junto a otros como yo que desde el nacimiento fuimos encontrados por los custodios de Avengard o nuestras propias familias nos entregaron.
La torre, construida con piedra antigua que parece susurrar secretos olvidados, está impregnada de una energía que se siente en el aire, vibrando en la piel como una melodía etérea. Las paredes son frías y ásperas al tacto, cubiertas de musgo en las esquinas donde la luz del sol apenas llega a tocar.A menudo, el sonido del viento que aúlla entre las grietas y el eco lejano de las voces de los otros magos me acompaña.
En las noches más silenciosas, puedo escuchar el leve chisporroteo de la magia residual en el aire, como si los hechizos lanzados aquí se rehusaran a desvanecerse por completo. El aroma de las hierbas mágicas, almacenadas en frascos antiguos, se mezcla con el olor acre de los ingredientes alquímicos, creando una atmósfera densa y a veces sofocante.
La verdadera razón detrás de las torres es que nuestros vecinos de Encarte, una Magocracia gobernada por magos déspotas según nos enseñan, lanzaron un conjuro tan poderoso que destruyó toda una nación, convirtiéndola en un enorme lago conocido como el Lago Enarque. Al hacer esto, la magia residual en el lugar atrajo criaturas y bestias míticas de todos los rincones, y Avengard fue uno de los reinos más afectados. Sin contar que estamos en guerra contra ellos desde hace tiempo, y también es la razón principal por la que somos tan odiados los magos en este lugar.
En Avengard existen los custodios, guerreros Rompeconjuros que se encargan de 'custodiarnos' todo el día. Y ahí está mi custodio.
Desde el primer instante en que posé mis ojos en mi custodio, fue inevitable que mi corazón se encendiera en un fuego abrasador de deseo. Su porte gallardo, su armadura brillando bajo la luz tenue de las antorchas, y su mirada penetrante e inexpresiva solo avivaban más las llamas que ardían en mi interior. Puedo oler el cuero curtido de sus guantes y el acero de su espada, mezclándose con el sutil aroma de su piel, que a menudo se encuentra impregnada de una fragancia amaderada, robusta y reconfortante.
Aunque nos están vedadas las palabras, cada vez que le toca vigilarme en la torre, no puedo evitar lanzarle miradas cargadas de sensualidad, desafiando las rígidas normas que nos separan. Después de todo, ¿qué más me queda a mis 26 años sino soñar con el romance prohibido?
Los otros magos encerrados aquí me parecen nimios e infantiles, absortos en fantasear sobre hechizos o las maravillas del mundo exterior. ¿Cómo podrían comprender la pasión devoradora que bulle dentro de mí? Esta necesidad visceral de ser amada, de entregar mi cuerpo y alma a un amante de carne y hueso.
Mi custodio representa todo lo que me ha sido negado: la libertad, la virilidad, el peligro... Todo aquello que anhela una mujer como yo, cuyo destino sellado debería ser languidecer consumida por mi deseo insatisfecho. Su presencia es una tormenta contenida, una mezcla embriagadora de fuerza y misterio. Cuando está cerca, el aire parece electrificarse, y el latido de mi corazón se sincroniza con el ritmo de sus pasos firmes y decididos.
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NOVAHEIM: Lana Nidel-Crónicas de una maga ardiente de Avengard.
RomanceLa vida de Lana Nidel está marcada por los muros de la torre mágica de Avengard, donde ha estado encerrada desde que tiene memoria. Como una poderosa maga, domina los secretos de la magia, pero también está atada por las estrictas reglas que rigen s...