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Sergio casi quiere llorar de frustración mientras este estúpido evento se prolonga.
Sus pechos se habían sentido llenos desde el comienzo de la tarde, pero ahora, horas más tarde, están rebosantes de leche y sensibles hasta el punto de doler. Es por esta razón (y tal vez por la cierta aversión que siente por este tipo de cosas) que permanece sentado en una mesa bastante alejada de los demás. Cada vez que se mueve, puede sentir su peso dentro del binder debajo de su camisa. La prenda ofrece algo de apoyo y presión para ocultar sus nuevas curvas, pero es difícil sujetar y disimular sus pechos cuando están llenos de leche.
Lo que necesita es a Max, pero su ayuda en este momento parece imposible.
La temporada de carreras por Europa siempre está repleta de un montón de eventos ostentosos con patrocinadores y es aquí donde están ahora; él en una mesa de manera solitaria y su novio está rodeado de patrocinadores y algunas señoritas, riendo y bebiendo con los primeros y sonriendo con demasiado cariño a las segundas. Sergio sabe que son celos inútiles: él es a quien Max lleva a la cama, incluso si debe hacerlo en secreto, pero ver a las mujeres en exhibición hace que su cabeza se acelere de envidia. Y por un momento una idea corre por su cabeza ¿cómo sería usar prendas tan ajustadas como las de ellas? Sabe que Max se volvería loco si pudiera verlo con un atuendo obsceno, con sus pequeños y queridos pechos casi en exhibición pública. Aunque ni siquiera está seguro de si podría caminar después de eso, porque el neerlandés seguramente lo arrojaría al primer lugar que pudiese y lo follaría hasta que no pudiera moverse. La idea es tan absurda que hace que el mexicano resople divertido aunque después lo ataque un deseo genuino.
Necesita toda su fuerza de voluntad para no llevarse las manos al pecho, buscando algo de alivio. Pero sabe que si los toca, gotearían más de lo que ya lo hacen. Las suaves compresas de algodón que ha metido es lo único que absorbe las gotas de leche que se filtran, pero ya se está empapando. Es sólo cuestión de tiempo antes de que se manche la camisa, y este salón está tan lleno de personas que sería imposible que alguien no lo notara.
Está a punto de salir del lugar cuando es interrumpido por alguien, probablemente se trata de un hombre millonario que paga por poner el logo de su empresa en el RB, que inmediatamente comienza a contarle a Sergio sus opiniones sobre todo, desde la política y el clima hasta sus conspiraciones en contra de la fórmula 1 actual.
Por suerte Max viene a salvarlo unos minutos después. Tal vez por fin había notado la incomodidad de Sergio.
—Sergio— proclama Max en voz alta. Planta sus manos pesadamente sobre la mesa, inclinándose hacia adelante para sonreírle a Sergio y la compañía no deseada. —Comes muy despacio. ¿Estás lleno?—
Sergio mira fijamente a Max, preguntándose si su compañero está hablando de otra cosa aunque una rápida mirada a Sergio le revelan a Max la respuesta.
—Estallando— responde Sergio, sosteniendo la mirada de Max y esperando que pueda entender su necesidad.
—Pareces pálido, Chequito— dice Max, con total preocupación. —¿te sientes enfermo?—
—Un poco—dice Sergio, tranquilo y reacio, fingiendo no querer irse todavía. Deja que Max ejecute el resto de la artimaña. Es más fácil para alguien como Max, están en Europa, esta es su tierra, será más sencillo para él buscar una escapatoria y salirse con la suya.
—Debería llevarte a tu habitación— dice Max, en un tono algo severo —es lo mejor, así que no discutas—. Sergio se esfuerza por suspirar suavemente como si estuviera decepcionado.
—Perdóneme— le dice Max casualmente al hombre desconocido aún presente, sin molestarse en presentarse adecuadamente o hacer cualquier otra formalidad. —Pero mi compañero no se siente del todo bien y si queremos resultados en pista es mejor que se recupere descansando ahora.
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leche [chestappen]
FanfictionCheco tiene un pequeño problema, Max está feliz de ayudar.