Capítulo I

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Estoy atravesando ya la capa de ozono. Las cápsulas del resto de mis compañeros han iniciado el descenso ensayado y los alerones estan desplegados, pero los mío no. Estoy en un estado de shock que no me permite ni ponerme histérica. Cuando por fin logro reaccionar, aprieto el botón de emergencia - o, mejor dicho, golpeo- y la chapa metálica colocada en la punta de la cápsula se pone cóncava para reducir la velocidad a la que estoy cayendo. 

 Durante la mayor parte del viaje he estado mirando por las ventanillas, y he de decir que el espacio es escalofriante, y bello. Sin embargo ahora, que estoy cayendo, evito mirar fuera, como si así pudiese impedir el golpe de la cápsula contra el suelo, pero me doy de bruces contra él de todas formas. 

Afortunadamente estas pequeñas naves de la UXIS están hechas de un material fuerte y resistente y no me llevo nada más grave que un pequeño golpe en la parte trasera de la cabeza al darme contra el asiento. 

 La UXIS es de donde vengo, bueno, vengo del planeta Tierra pero he sido formada en el centro de UXIS: unidad de exploración interespacial, "El centro donde tus hijos pueden ser la causa de nuestra colonización en otros mundos. Porque ellos son el futuro", la mayoría de los padres se creen esto -por no decir la mayoría de los adultos- y deciden llevar a sus hijos a profesionales de la UXIS -o cualquier otro centro- para saber si pueden ser escogidos. Si tienes algún tipo de enfermedad o invalidez no eres apto para entrar, y no se hacen responsables de los posibles daños o muertes una vez que son mandados al planeta que han elegido para colonizar. Jamás vuelven de nuevo a la Tierra. 

De diez a doce años los niños estudian las plantas venenosas, las curativas y las comestibles. También estudian a los wahana -la raza humanoide que habita aquí- y sus rasgos característicos, como que un wahana adulto mide como mínimo un metro ochenta y que, desde las plantas de los pies hasta un poco mas abajo de las rodillas, su piel es azul. 

De trece a dieciséis años se les enseña a luchar y a camuflarse, aunque más bien son técnicas de caza y de defensa porque, si te tropiezas con un wahana, no sería muy sensato gastar tus fuerzas en atacarle, lo mejor es saber placar, huir con rapidez y camuflarse. También se les enseña donde encontrar agua y las plantas que estudiaron los años anteriores, para poder así desinfectarse las heridas. 

Finalmente a los diecisiete se les hacen varias pruebas para comprobar que no tienen ninguna reacción extraña a la salida y entrada en la atmósfera. 

 La cápsula es pequeña y no creo que los claustrofóbicos lo lleven nada bien, pero, ese terror, no es nada comparado con el que va creciendo poco a poco dentro de ti una vez estando ya en Prasinos, porque, y seamos sinceros, el 92% de los que son enviados no sobreviven más allá de los seis meses,y somos enviados doscientas personas; cien chicos y cien chicas, es evidente, ¿no? Nadie sobrevive más de medio año porque la mayoría mueren a manos de los wahana, por heridas que, poco a poco, aun siendo pequeñas y de apariencia insignificante, no han sido tratadas y se han ido infectando o porque no han sido capaces de encontrar el agua suficiente para sobrevivir. 

 Y aun así nuestro centro de UXIS sigue enviando, desde hace ciento dos años, adolescentes para colonizar.

 Me desabrocho los cinturones, agarro la mochila de UXIS y salgo al exterior. 

Las cápsulas han aterrizado en un pequeño claro. Una infinidad de inmensos árboles se imponen ante mí, posiblemente una de sus ramas más finas es del grosor de mi cuerpo. Cuando llegamos la mayoría no nos manetenemos unidos, lo que es bastante gracioso sabiendo que venimos a colonizar, y nos separamos por caminos diferentes, eso me quita un peso de encima porque bastante tengo con cuidar de mí misma, así que comienzo a andar y no miro atrás en ningún momento.

ENVIADOS.  | Niall Horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora