1- Doña Marta impone mucho...

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Un día más en la colonia y Fina no sabía qué hacer. Los nervios llenaban todo su cuerpo y le temblaba la voz. Días atrás había escuchado que había una vacante en la tienda de Perfumes de la Reina; tras hablarlo con su amiga Petra, había decidido que se postularía para el puesto. Petra, a su vez, también quería ascender y ser dependienta así que tendrían que luchar por él.

Mientras tanto, Marta, una mujer fuerte y hecha así misma, buscaba cómo sobrevivir en ese mundo de hombres y mantener su status en una empresa familiar que la ahogaba día tras día. Andaba pensando en las entrevistas que iba a tener que realizar para encontrar a la nueva dependienta después de que la anterior hubiera dimitido al haberse casado. ¡Pobre chica! Si ella supiera lo que era tener un matrimonio como el de Marta, basado en la tristeza y la soledad, nunca hubiera dado ese paso.

Esa misma tarde, fue a la tienda donde la esperaba Fina para realizar la prueba de ventas. La chica estaba bastante nerviosa. Marta la conocía muy bien, desde pequeña, pero hoy la veía algo distinta. No sabía qué le pasaba pero parecía más madura, más mujer y mucho más atractiva que cuando llevaba esas coletas de pequeña y ella la veía correr cuando volvía del internado.

Fina casi no podía respirar. Tenía que venderle un perfume a Marta y superar la prueba de ventas pero no era capaz de articular palabra. Esa mujer, Marta, la miraba con esos ojos azul profundo, analizaba cada sonido que ella pronunciaba y parecía que nada de lo que decía estaba bien. Fina sabía que no vendería nunca ese perfume si seguía con ese estado cuando de pronto Marta le dijo: "Fina, tú sabes hacerlo mucho mejor. ¿Quieres comenzar de nuevo?". Ella asintió y le pidió disculpas: "Lo siento, Doña Marta, es que usted impone mucho". Doña Marta, agachó la mirada y esta vez, Fina, armada de valor, la miró a los ojos y consiguió sacar todo su potencial.

Tras concluir la "venta", Marta la miró fijamente y le dijo" yo sabía que esa sonrisa tan natural, vendería cualquier perfume. Bien hecho, Fina. El puesto es tuyo".

Fina, al saber la noticia, fue corriendo a comunicárselo a su amiga Petra. Últimamente, habían intimado bastante y tenían mucha confianza. La reacción de Petra no fue la esperada y se enfadó muchísimo con Fina. Le dijo que la acusaría delante de Doña Marta de ser una "invertida" y de haberse propasado con ella. La pobre Fina no sabía que hacer, sus ojos se llenaron de lágrimas y le suplicó que no lo hiciera pero ella salió del almacén para buscar a Doña Marta y contarle esas falsedades sobre ella.

Fina, salió corriendo tras Petra e intentó frenarla. Las dos chicas se enzarzaron en una discusión que cada vez subía más de tono y llegaron a las manos. Petra le dio un empujón a Fina y Doña Marta escuchó el golpe; fue desde la tienda al almacén y no creía lo que veían sus ojos.

- "¿qué está pasando aquí?¿qué actitud es esta? dijo muy enfadada y elevando la voz. Fina, corriendo intentó disculparse pero Doña Marta la interrumpió.

- "Fina, esta actitud no es propia de ti. ¿Puedes explicarme lo que está pasando? dijo Doña Marta.

En ese instante, Petra, comenzó a gritar: "¡Lo que pasa es que una invertida y se ha propasado conmigo! ¡Debería despedirla por ser una degenerada! Los ojos de Fina comenzaron a brilla y empezó a temblar.

Doña Marta, la miró y sintió algo dentro que le hizo saber de qué lado tenía que posicionarse. Esa corazonada y la mirada de Fina fueron suficientes para contestarle a Petra.

- "Creo que la única degenerada que hay en esta sala eres tú, Petra. No quiero verte más por aquí. Lamento comunicarte que vamos a tener que prescindir de tus servicios en Perfumes de la Reina".

Petra, muy enfadada, mirando a Fina y desafiando a Doña Marta dijo: "pienso denunciarla ante la policía y que todo el mundo sepa qué tipo de persona es". Fina no sabía qué hacer, se sentía totalmente vulnerable. De pronto, Doña Marta dio un paso, se puso a su lado y Fina pudo sentir su perfume, olía como a cítricos. Nunca había olido algo así.

- "Hazlo, denúnciala, será tu palabra contra la mía", dijo Doña Marta. Después, añadió: "será tu palabra contra la suya; pero yo voy a estar ahí, y adivina a quién voy a apoyar". Después, miro a Fina con una señal de cariño y de tranquilidad. Petra salió de la empresa por fin.

Fina salió del almacén, aún temblando y algo sorprendida por esa actitud de Doña Marta. Esa mujer imponía y no solo por su forma de ser, tenía algo más...




Mafin- Nunca te fallaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora