Los Wite y la magia antigua

II. Primera Aventura

5/9/1980

Estoy acabando de maquillarme mientras que mis padres junto con mis hermanos me están reclamando desde hace media hora. Me miro al espejo y se me ve reflejada con el conjunto del uniforme, una camisa blanca junto con una falda color gris y una especie de sandalia color gris oscuro, llevo mi gran melena rubia recogida en una trenza y unos pendientes color plata, inceramente estoy preciosa. Cojo aire y bajo al salón, nada mas verme mis padres hechan a llorar de la emoción mientras que mis hermanos me miran con admiración y puede que envidia. Mamá- Oh Jane, estas preciosa cariño, me recuerdas a mi en quinto año.- Dijo con una sonrisa.- Papá- Esa es mi niña, que guapa estas, estamos muy orgullosos de ti.

Me dirijo a mis hermanos y los dos me dan un abrazo increiblemente bonito y mi hermano me dice casi llorando.- Ten cuidado y portate bien para que nosotros podamos ir.- Yo le sonrreí y le di palabra de meñique, que no se rompe. Cogí mis maletas y me dirigí a la puerta con unas lagrimas tontas cayendo por mis mejillas, les lancé un beso al aire y crucé por la puerta.

Al salir me encuentro a un señor de pelo canoso y un poco bajito, junto a un gran carruaje y dos hombres sentados en la parte delantera de este.

Prof. Figg- Hola joven, mi nombre es Profesor Figg y seré tu mentor y profesor. 

Jane- Jane Wite.

Deme sus maletas joven, ahora las guardamos en el carruaje, usted tome asiento y pongase comoda.

Abrí la puerta y me senté dentro del gran y rojo carruaje perfectamente acolchado y esperé. Momentos después el profesor apareció y se sentó al frente mio. 

Profesor Figg- Bien joven, puede que esto resulte raro para ti, nunca has tenido contacto con la magía, por razones que ambos sabemos... Confiamos en que usted no es ni será asi, cierto? Bien ahora marchemonos.-Dijo chasqueando los dedos.- Segundos despues el carruaje se elevó y tiró hacia delante.

Jane- ¿Como demonios estamos flotando? ¿Como la gente no nos ve? No me quiero caer.  El profesor rió y me contestó muy serenamente.

Profesor- Son Thestrals, Jane. Son criaturas que solo los que han visto la  muerte pueden ver, si tu no los puedes observar es porque nunca viste morir a alguien, en cambio yo si...   

Jane- Vaya, lo siento mucho. En parte me alegro de no poder velos.

Profesor- En verdad son hermosos, pero la causa para verlos es triste señorita. 

Pasaron horas y yo me quedé dormida hasta que una gran turbulencia hizo que me despertara dandome un golpe con la ventana del carruaje. Abrí los ojos y vi al profesor Figg mirando por la ventana completamente asustado, hice lo mismo y no me creia lo que estaba viendo. ¡UN DRAGON!

Profesor- Agarrese joven, se ve que tenemos compañia, pero usted no se preocupe, no pasará nada.  ¡MENTIRA! El carruaje empezó a dar vueltas y esquivar los ataques del dragón, pero se ve que no iba solo ese dragon... a lo lejos se veían unas personas emmascaradas, uno de ellos tenía una varita magica un poco peculiar, cuando el dragon atacaba salían una especie de chispas color azul.

Jane- Profesor las personas que estan junto al dragon, uno de ellos emite una especie de desteyos azules que atacan al dragon para que este nos ataque a nosotros.

El profesor Figg observó pero no vió ningun tipo de destellos. 

Profesor- ¿Que clases de destellos dice que ve, joven?

Jane- Unos azul brillante, muy brillante.

Profesor- No los veo joven. ¿Esta segura?

Antes de que pudiera responder algo hizo que el carruaje se partiera por la mitad, el profesor Figg saltó hacia mi lado y me agarró del brazo.

Profesor Figg- Señorita no se asuste pero vamos a tener que saltar

Jane- ¿Esta loco? ¡Nos chafaremos en el suelo y moriremos!

Profesor- Confie en mi joven, se lo que me hago.

Tragué saliva, cerré los ojos y salté junto con el profesor Figg, mientras caiamos yo gritaba como nunca. ¿Tan pronto iba a morir? Notaba como seguía cayendo hasta que derrepente todo se detuvo y caimos en una plataforma solida. Abrí los ojos y vi un enorme acantilado a unos pocos metros de nosotros. 

Jane- ¡Estamos vivos! ¡Estamos vivos profesor!.- Dije mientras me levantaba aún mareada.

Profesor- Lo sabía, un traslador

Jane- ¿Que? ¿Que es un translador?

Profesor- Es un objeto que te lleva a un lugar, un lugar que se le ha asignado previamente. 

Jane- ¿Y donde se supone que nos ha llevado ese translador?

Profesor- No lo se, investiguemos. 

El profesor y yo empezamos a caminar y explorar el lugar hasta que vi una especie de rastro que me llevaba hacía una pared, una pared helada.

Jane- Profesor, creo que tiene que ver esto

Profesor- Hielo... ¿Como has encontrado esto? 

Jane- Una especie de rastro me guió hacia el y aun la sigo viendo, se mete dentro del hielo.

Profesor- Un rastro, unos destellos... No, no puede ser. Toque el hielo joven, como si lo quisiera pasar.

Toqué el hielo y este se descongeló creando un oscuro camino.

Profesor- Por Merlín, joven es usted impresionante, sigamos el camino, primera clase, veamos lo que ha estado repasando, veaos el hechizo LUMOS.

Agité mi barita y un desteyo de luz salió desde ella y nos adentramos en el oscuro camino.

Tras caminar bastante nos encontramos pasando una gran y dorada puerta.

Jane- ¿Donde estamos profesor?

Profesor- Bienvenida a Gringots, el gran banco magico.- Dijo acercandose a una recepción.

Mientras yo observaba la inmensidad de este peculiar lugar el profesor hablaba con una especie de duendecillo trajeado, este le dió una llave y el profesor me indicó que fuera con ellos.

Pasamos por una puertecita de metal y nos repartió un casco a cada uno, nos subimos a un trenecito que nos guió por una especie de vias subterraneas con cajas fuertes en unas plataformas, llegamos a nuestra caja fuerte, el profesor pasó la llave y un monton de monedas relucientes saltaron a la vista, el profesor cogió una cantidad de monedas y las metió en un saco, pero antes de que pudieramos salir el duende trajeado nos cerró la puerta en la cara.

Profesor Figg- Malditos duendes. 

Jane- Profesor, otra vez ese rastro, quiere meterse en esa pared de ahí.-dije señalando.-

Profesor- Haga lo mismo que antes, toquela como si la quisiera atravesar. 

Y los dos aparecimos en un bosque completamente oscuro, solo reflejado por la luna.