I - El alienígena.

40 2 17
                                    

Quizá no sirvo para esto. Intento convencerme a mí mismo y a los demás de que me esfuerzo, ¿pero realmente lo hago? La mayor parte del tiempo siento que no. Que únicamente soy un inútil procrastinador que no hace nada por conseguir lo que quiere. Y tal vez eso no supondría un problema real si yo estuviera bien con eso pero, no lo estoy.

Soy terrible.

Y me siento horrible por ser así. Pero no puedo evitarlo. Así como no puedo evitar sentirme culpable cada que hago algo que me guste. Porque si hago eso en lugar de lo que realmente debo hacer, ¿qué sentido tiene?

Para colmo, soy un narcisista. O bueno, así me siento. Porque incluso con todas estas fallas, al final logro cumplir con lo que se me pide antes de que se acabe el tiempo e incluso antes... Lo cuál me hace sentir, de cierto modo, más responsable que los demás. Quiénes no han hecho la tarea que genuinamente no entendían y/o que han decidido evadir para disfrutar de lo que la mayoría de los de mi edad llama "placeres de la vida".

Pero hablar así me hace sentir viejo. Y no lo soy, porque como ya dije, ellos y yo tenemos la misma edad. Además, no soy como los ancianos porque ellos están cansados porque ya han vivido mucho. Yo solo soy un adolescente tonto que no sabe que está haciendo mal.

Soy académicante bueno (más bien, académicamente decente; porque ni siquiera tengo las notas que me gustaría) pero para eso he sacrificado mucho tiempo de mi vida. Tiempo que he gastado en estudiar o tratar de concentrarme cuando genuinamente no puedo hacerlo.

Y ese tiempo que perdí (ya que realmente, aunque en clase cuándo preguntan, suele venirme todo a la mente por momentos fugaces de una extraña lucidez que no tarda en marcharse; no creo haber aprendido nada y eso lo vuelve tiempo perdido) me ha quitado la capacidad de ser como los demás. Porque incluso si se supone que todos somos únicos, no encuentro a nadie que esté en «mi onda». Nadie que quiera pasar el tiempo conmigo sin pensar que soy raro.

Y aunque quizá se deba a que tengo gustos que hace años se veían como raros (como el anime y algunas series animadas), eso es el pan de todos los días. Es mucho más normal ahora que antes y mucha gente los ha visto. Así que no es eso. Soy yo

Porque incluso si mis habilidades comunicativas mejoraron muchísimo, tanto que ahora incluso puedo tener un grupo de gente en mi curso con el que me llevo bien y al menos no me llevo mal con nadie, sigo siendo yo. Porque aunque ya no estoy completamente solo, así me siento. Y no quiero pintar mi vida como un sufrimiento total (porque no lo es), ni hacerme (como dicen ahora:) "el único y diferente". Por favor, créanme, lo que menos quiero es eso. Solo quiero sentir que formo parte de algo.

Pero al final, no soy nada.

Y eso es doloroso. Los humanos somos animales. Animales naturaleza social con un anhelo desesperado y constante de conectar con otros. Dando un ejemplo exagerado, doy el ejemplo de los alienígenas. ¿De verdad a nadie se le hace raro que nuestra especie se haya obsesionado con ellos por generaciones -sin prueba alguna de que existan de verdad-, les haya dado rostros e incluso culturas, solo por el deseo de no estar solos en el universo? Bueno, por eso creo que este ejemplo representa bastante bien la naturaleza humana y las locuras a las que llegamos con tal de sentirnos menos solos.

Pasamos nuestras vidas y anhelamos pasar nuestras muertes (el paraíso, la supuesta vida en el cielo) con otros. Con personas que queremos. Sobre todo, si nos enamoramos.

Aún así, pese a todos somos conscientes de que esto es así, y yo estoy más que 120% seguro de que soy humano como todos los demás, no logro una conexión verdadera con nadie. Incluso mi madre, que es una persona conocida por todos por ser una persona excepcionalmente carismática y amable, me ha repudiado desde que nací. Así que evidentemente el problema soy yo.

Aunque no sé si tanto. Ella me repudia, estoy segura de que mínimamente le asqueo o me considera un verdadero inútil (como me ha dicho alguna que otra vez, cuando se ha enojado conmigo por mi incapacidad de cumplir su deseos en el lugar, momento y forma en los que me los pide); pero aún así ella afirma que soy genial. Que soy bonito, que soy inteligente e incluso, una que otra vez, ha dicho estar orgullosa de mí.

Lo cuál no entiendo. Supongo que es difícil. Muchas veces ella me ha pedido que la entienda porque ser padre no es fácil. Ser hijo tampoco lo es, pero nunca me he animado a decírselo por miedo a que se enoje conmigo más de lo que ya debe estarlo. Porque incluso si afirma que me ama y no me echa en cara muchas cosas que yo sé que hizo y hace por mí (aunque en contadas ocasiones si lo haya hecho), yo sé que le arruiné la vida.

Me tuvo muy joven e hizo lo mejor que podía. Pero eso no es culpa mía. Si ella quiso andar de calenturienta, ¿por qué debo pagar yo?.. Esa son la clase de pensamientos que suelo tener de vez en cuando, cuando me enojo con ella. Sin embargo, volviendo sobre mis pasos con la cabeza ya en frío, me doy cuenta de que eso es muy cruel y me siento culpable.  

"Pero ella también es cruel", pienso por una parte, la parte que aún mastica la rabia y se siente herida por lo que ella me ha hecho. 

"De todos modos, eso no justifica que lo seas vos. No hagas lo que no te gusta que te hagan", la voz de la razón no tarda en llegar a mí. Suspiro pesadamente y me levanto finalmente de mi cama, buscando entre los cajones algo que me ayude con este terrible dolor de cabeza. Diablos, me he quedado divagando mucho tiempo y ahora voy a llegar tarde al colegio. E incluso sabiendo esto, no puedo dejar de pensar en eso.

Tomo la pastilla y me cuesta tragarla. Maldigo. Pienso que mi madre también me habría maldecido de estar presente en la habitación, gracias a su permanente irritación dirigida específicamente hacia mi falta de capacidades básicas para la vida adulta. Entonces me pregunto como puede tenerme en un tira y afloja constante que me hace tenerle un amor agridulce.

No tengo amigos y a mis hermanos no le importo. Solo la tengo a ella, desde que mi papá (quien realmente no hacia mucho la diferencia, porque siempre estaba demasiado ocupado para mí) murió. No hay otro lugar para mí. 

Y aún así, este "lugar seguro" solo se siente terriblemente mal la mayor parte del tiempo. Porque yo la amo, es mi madre y me arrancaría el corazón por ella y se lo serviría en un plato para que se lo coma crudo, caliente; quizá haciendo que de esa forma me vea y aprecie de forma real por primera vez en mi vida, si ella me lo pidiera. Porque cada gota de sangre que sea capaz de producir alguna vez mi cuerpo, no sería suficiente para demostrar cuanto la quiero. 

Pero ella no me quiere de la misma forma. No sacrificaría por mí ni una de sus lágrimas si me pasase algo, de eso estoy seguro. Y duele. Porque, ¿qué tan malo tenés que ser para que ni tu propia madre te quiera de verdad? 



Madre de un alienígena.Where stories live. Discover now