Agua sobre carne

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Los días lluviosos suelen ser fríos o nostálgicos, pueden ser tormentosos y acogedores, incluso pueden relajar y dar nostalgia. Pero la lluvia solo puede dar estas sensaciones, porque es simplemente agua que cae del cielo, pero esto hace otra cosa, esto no es una simple lluvia, ¿por qué hace esto, por qué genera tanta paz y calma al mojarte?

Es tanto lo que hace que hasta se le da un día simplemente para disfrutarla, la gente de este lugar deja todo de lado, incluso sus puestos de trabajo con tal de estar bajo este aguacero rosado.

Sí, olvide mencionarlo, esta lluvia es de un pálido rosa, tan raro que no es imitable su color ni su aroma.

—¿¡Por qué me das un caso climático!? No soy ningún ambientalista o científico, mucho menos uno de tus empleados nuevos para darle un trabajo básico —refunfuña—.

—¡Porque no es un trabajo cualquiera, Esteban! Es de los que te gustan, enigmáticos y paranormales —pasa documentos sobre el escritorio—. Ya no me puedes decir que pierdes el tiempo con los casos que te doy, este te va a entretener.

A este desespero de hombre lo llamó mi jefe y también Roberto. Trabajó para él como un periodista promedio, pero con bastantes años bajo sus alas. He de decir que verdaderamente me tienen intrigado los casos paranormales, al final tienen un desenlace de lo más común, pero entretiene más que un crimen policial o algún anuncio deportivo.

Recojo los documentos que me dirigió y me propongo a mirarlo por encima. Lo que se puede leer a simple vista y resaltado es el titular «LLUVIA ROSADA DE LA PAZ». El artículo menciona que, al norte de la Patagonia, entre ciudades y pueblos, se encuentra una zona en particular; cerca de los bordes de una meseta, se genera una lluvia que es impredecible para los meteorólogos del lugar.

En la parte de detalles en el documento, dice que, este evento único ocurre una vez al mes, pero que no se sabe con exactitud que día del mes caerá; los lugareños afirman que su aroma es tan llamativo que les genera nostalgia y un aroma dulce sin ser penetrante, «un olor exquisito que no dejas de oler» menciona la dueña de una panadería. Otro detalle es su color, es un tono rosado, no se sabe a qué se deba, no es ningún organismo vivo como alguna bacteria o plantas como algas o algún hongo en la atmósfera, lo único que se sabe es que su tono es debido a algo orgánico, aún se sigue estudiando.

Dejo el documento sobre el escritorio de nuevo y miro a Roberto de nuevo, con una cara de incredulidad palpable.

—¿Es en serio que esto es real? No quiero que sea una broma pesada, porque si es así no estoy de humor, tengo que trabajar de verdad —dice-

—Lo digo en serio, Esteban, es una noticia que está rondando por Argentina. Ya bastante gente está yendo al lugar y lo confirman, demasiada gente con plata, gasta para ir luego y saber que llegaron tarde o que incluso ya no habrá nada hasta el siguiente mes —continúa hablando mientras se reclina en su silla—. Y los que sí lograron llegar parecieran como si les hubieran hecho el mejor maldito masaje de su vida, vuelven con mejor ánimo y hasta parecen jóvenes —exclama—.

—Eso sí, es algo inusual —se sienta del lado de visitas del estudio— como algo así da tantas cosas y no perjudica, al menos por el momento —mira a Roberto esperando una respuesta—.

—La verdad es que no tengo la más mínima idea y es por ese motivo que te quiero a vos ahí mismo - se inclina sobre el escritorio para ver mejor a Esteban—. Mira, este es el trato, te mando a este lugar un mes, ya que termino la lluvia de este y tomas las fotos que puedas de todo el evento y la zona, escribís una nota detallada de lo que ocurre y detalles sobre la lluvia. —Se pone de pie y rebusca en los archivos guardados detrás de él— Acá tengo una muestra de la lluvia que me consiguió un compañero, estuvo visitando a un familiar allá y durante la lluvia dejo esto afuera.

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