Capitulo 17

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La cena transcurría sin contratiempos después de que Rhaenyra anunciara el compromiso de sus hijos con Maegor. En ese momento, Helaena hace un brindis por su hermano, pero menciona algo sobre Aegon que molesta a Maegor. Sin embargo, Jacaerys se levanta cortésmente después de que Helaena termina su brindis.

—Permítame tener el honor de acompañarla en este baile, querida tía —dice Jacaerys mientras extiende su mano hacia ella con educación.

—Por supuesto —responde Helaena con una sonrisa mientras toma su mano.

—Ella merece lo mejor, es una lástima que haya terminado con un borracho idiota, acosador y abusivo —comenta Maegor mientras observa cómo Jacaerys y Helaena comienzan a bailar— Realmente es alguien especial, Helaena.

—Maegor —interviene Lucerys para desviar la atención hacia su prometido— prueba esto, está delicioso.

—Bien —responde Maegor, permitiendo que Lucerys le dé un poco de comida— Mmm, tienes razón, está realmente delicioso.

—Verdad que sí —sonríe Lucerys mientras Maegor permite que le alimente directamente en la boca. Baela y Rhaena, que están cerca de ellos, sonríen con ternura al verlos juntos. Realmente hacen una pareja encantadora.

—Hiciste una excelente elección al elegir a Maegor como pareja para Lucerys y Jacaerys —comenta Daemon mientras disfruta de ver a Lucerys y Maegor disfrutar de su momento tranquilo— Son como tres dragones unidos por el fuego.

—Nacieron para arder juntos, al igual que tú y yo, querido esposo —responde Rhaenyra mientras le da un beso en la mejilla y sonríe— Estoy emocionada por empezar a planificar su boda.

—Se nota en tus hermosos ojos —dice Daemon al tocar la mejilla de su esposa— Me alegra mucho verte feliz.

Rhaenyra sonríe por las palabras de Daemon y continúa comiendo. Viserys ve cómo su familia se conmueve de alegría. Realmente siempre había deseado eso y finalmente lo estaba experimentando. Ahora él podría irse en paz, ya que para él todo estaba bien.

De repente, Viserys empieza a sentirse mal, lo cual hace que se le caiga la copa que tenía en la mano. Cuando la copa llega al suelo, llama la atención de todos en la habitación. Maegor se levanta de inmediato y se acerca a su padre.

—No te sientes bien, ¿verdad? —Maegor observa cómo Viserys respira con más dificultad— Lleven inmediatamente al rey a su habitación.

—Sí, príncipe —dos caballeros se acercan rápidamente a la silla en la que está el rey y la levantan con cuidado.

—Maegor... Continúa con la cena.... Que se diviertan un poco más —Viserys apenas puede pronunciar palabras.

—Descuida, me encargaré. Tú solo descansa —Maegor suelta la mano de su padre y observa cómo se lo llevan— No quiero que te vayas, aún te necesito —murmura para sí mismo mientras observa cómo su padre se aleja.

Luego de que Viserys se fuera, Maegor les dice que continúen con la música y que la cena seguirá su curso. Jacaerys y Helaena continúan bailando, Aemond observa fijamente a Lucerys, quien le muestra una expresión tranquila. Alicent y Otto se encuentran conversando entre ellos, mientras que Rhaenyra y Daemon se divierten juntos. Maegor permanece de pie, sin sentarse, mientras habla con dos caballeros pertenecientes a la guardia real de Rhaenyra.

En ese momento, Aemond golpea la mesa y levanta su copa, provocando que la música vuelva a detenerse. Todos los presentes dirigen su atención hacia el príncipe Aemond. Maegor deja de hablar con los dos caballeros y mira fijamente a Aemond.

—Un brindis final, por la salud de mis sobrinos —dice Aemond, dirigiendo su mirada primero hacia Maegor y luego hacia Jacaerys— Jacaerys, Lucerys y Joffrey, guapos y sabios, al igual que su padre... Fuertes.

Maegor Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora