Hay una sensación frustrada que agota mis días de invierno, creo saber perfectamente que algo esta mal en el mundo que se atora y lo hace girar pausado.

Esto de estudiar y estudiar ecuaciones logarítmicas me aturden el ritmo del ingenio me mantienen sedada durante un largo tiempo,

la gente no se cansa de hablar,

de toda una vida superficial

de baratos pensamientos que se repiten constantemente.

Siempre he creído en la libertad de pensamiento, y no me refiero a esa libertad de la que muchos deben pensar, en el como modificar las cosas a un ritmo inexistente, no, a ese precisamente no, pero si me refiero a uno de esos ritmos que suenan distintos entre compases pero siguen siendo una orquesta musical que liviana el alma y descansa la mente.

Ultimamente estos meses han pasado tan largos que no recuerdo bien alguno por compartir pensamientos al universo, como un ser cuerdo que va por las calles dialogando monólogos mentales, de estos monólogos en los que se es una misma persona y es suficiente para tener una conversación, lo suficientemente interesante para no dar explicaciones morales a nadie sobre lo que se cree y lo que se piensa de este mundo.


Fiodorovna

ELLOS LE DICEN REBELDIA, YO LE DIGO ESENCIAWhere stories live. Discover now