En un tranquilo pueblo a las afuera de Daegu, un misterioso hombre enmascarado secuestra a Min Yoongi, un no muy popular chico de 15 años, y lo mantiene cautivo en un sótano insonorizado donde de nada sirven sus gritos o lamentos, acompañado únicame...
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Yoongi se despertó esa mañana con un humor particularmente bueno, incluso su padre le había dejado el desayuno en la cama con un "disculpa" avergonzado, le compró unos zapatos nuevos de su color favorito y le había prometido que lo sacaría a comer cuando su trabajo se lo permitiera.
No era un mal hombre, no era un asesino, ni un psicópata, era un borracho, Yoongi estaba dispuesto a perdonar eso siempre y cuando no se pasara tanto con las copas.
Se preparó como de costumbre para sus clases, y esperó a JeonGguk en la misma esquina de siempre, donde iban juntos a la escuela, se estaba tardando un poco más que de costumbre, pero nada que él viera como molesto o que no fuera capaz de esperar.
En los postes de su pueblo se veía claramente el cartel de se busca con la cara de Kim SeokJin, que estaba arriba del cartel de otro chico desaparecido, Park Jimin, que a su vez, estaba arriba de otro cartel, eso le daba repelús, el cómo se amontonaban las caras de niños nuevos en esos temidos carteles.
El terror de todos los padres es pegar la cara de su hijo en un poste con un letrero de "se busca" que significaba prácticamente la muerte, ya que estos niños nunca aparecían por más que buscaran.
– Perdón, ya estoy aquí. – JeonGguk suspiró agitado al haber corrido hasta allí.
Volteó hasta verlo, y le sonrió dulce. – No te preocupes, no llevo esperando mucho. – cambió su expresión en cuanto vio el estado deplorable en el que se encontraba el más alto, estaba delgado, ojeroso, descuidado.
Se cumplían 2 meses desde que Jin desapareció, Jin era como un hermano mayor regañon para él, no quería demostrar su extrema preocupación para no desesperar más a JeonGguk.
– No estas comiendo bien... se que te preocupa, pero pronto aparecerá, no debes descuidar tu salud con esto, es trabajo de los policías.
– Si ellos hicieran bien su trabajo, no estaría así. – Resopló, Min le tomó la mano para relajarlo y comenzar a caminar hasta su escuela. – A parte, tengo un maldito examen mañana de matemáticas y no he estudiado casi nada investigando donde está Jin, no tengo cabeza para eso.
– ¿Estudiaste casi nada o de plano no estudiaste?. – dijo casi riendo.
– Obviamente no, soy una mierda en matemáticas, ese eres tu que eres un genio en miniatura.
– Si quieres puedo ir hoy a tu casa para darte turorias, soy buen maestro, y hace tiempo no saludo a la señora Jeon.
– Casi te tiene desheredado por abandonarla según ella, no has ido, traidor.
– Mi papá no me deja salir estos días, se paciente, iré hoy.
– Cuando vayas pasa comprando unas papas, de las picantes, no de las otras, esas no me gustan. – frunció el ceño, y Yoongi río por lo extremadamente tierno que le pareció ese gesto.
