~Ahora dime ¿Eres feliz? Tengo la corazonada de que podrías estar mintiendo. ~

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Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia. 

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Las “noches familiares” son inusualmente raras para los Ishigami y en esta ocasión, prácticamente ha sido forzada. No es que Senku aborreciera estos pequeños descansos impuestos a regañadientes, con el tiempo el científico ha llegado a apreciar los fugaces momentos con su familia. El trabajo en el laboratorio con todos los preparativos de los próximos proyectos que relacionan a la máquina del tiempo y a la base lunar comenzaron a monopolizar su vida cada vez más, sin mencionar a la recién descubierta organización opositora que trata por todos los medios de frenar el progreso y desacreditar tanto a Senku como a Why-man, todo con el fin de devolver al mundo a su “antigua gloria”.  

—¿Terminaste con eso, cachorro? —Senku cuestiona al adolescente sentado a la mesa, quien se ha pasado la mayor parte del tiempo garabateando algo en un bloc de notas como si su vida dependiera de ello—. No me digas que se trata de las nuevas tácticas de batalla que te recomendó la Leona hace un par de días. —No puede evitar el tono sarcástico en su voz ni la fugaz mirada de burla hacia Kohaku. 

La guerrera por su parte se limita a devolverle una mala mirada a su esposo por el burlesco comentario. No es que las palabras fuesen ofensivas en sí, sino que ella puede reconocer las intenciones de Senku en su modo “escoria” cada vez que éste tiene la intención de molestarla ligeramente. 

—¿Mamá ha estado compartiendo tácticas secretas con Byaku-nii? —Yugen por su parte parece genuinamente ofendida por la premisa de que su madre estuviera dejándola de lado en los entrenamientos. 

Lo que en realidad no es cierto y Senku se gana otra mirada oscura por parte de su esposa y un pequeño berrinche de su pequeña hija de ocho años, a quien Kohaku trata de apaciguar asegurándole que no estaba dejándola a un lado en los entrenamientos. 

—Mamá no está enseñándome nada —Byakuya asegura, ganándose una carcajada de su padre y un resoplido de su madre ante el comentario que más bien parece un pequeño reclamo—. Quiero decir —el adolescente se apresura a corregir—. Sólo estoy terminando con el mapa de la primera fase para la misión de la base lunar, papá y Xeno se encargarán de las siguientes dos fases a partir de aquí ¿No es así, viejo? 

Ese es el plan de acción, se dice Senku mientras vierte porciones de su ramen recién preparado a los cuencos y los sirve a la mesa. Una ligera sonrisa tira de sus labios al notar la mirada de entusiasmo y felicidad en el rostro de su leona y de su pequeña fiera (como él y su hijo han nombrado a la pequeña Ishigami debido al temperamento e impulsividad heredada de su madre). 

—Al menos la planeación, todavía estamos modificando los diseños de las primeras sondas que llevarán a los robots a la Luna —trabajo que hasta entonces ha mantenido a parte del equipo científico bastante ocupado en todos esos meses—. Los prototipos actuales son funcionales, pero todavía necesitan más pruebas y modificaciones para asegurar su correcto funcionamiento en el mapeo de la superficie lunar. 

—¿Cuándo iremos a vivir a la Luna? —Yugen cuestiona con la boca llena de fideos, pero genuinamente ilusionada y con esa curiosidad desbordante tan propia en ella, a pesar de no estar inclinada completamente en el ámbito científico como su padre y su hermano, la idea de la base lunar parece llamar su atención—. Meducín dice que estuvo ahí y que es… —la niña se detiene a pensar por unos segundos, como tratando de encontrar las palabras adecuadas para lo que está a punto de decir—. Ah, sí… inquietante y desolado… pero un refugio seguro después de todo. —finalmente, la niña se encoge de hombros y sigue devorando su platillo.  

Good Morning (New) World. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora