Capítulo 14

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Habían pasado dos semanas desde que Seokmin lo había mordido, mismas en las que lo había evitado y su padre se había hecho cargo de su cuidado. Cuando llegaron de ese fatídico día de cacería, lo encerró en su dormitorio y después Doyun se quedó con el menor charlando durante horas. Suponía que quizás debieron haber hablado de la importancia de mantener en secreto lo que eran y tal vez le contó alguna historia con una gran parte de dramatismo, tragedia y emotividad para hacerla más interesante.

Sinceramente le importaba un comino lo que estuvieran hablando. El se encontraba molesto y sobre todo, muy decepcionado. Seokmin no debió morderlo, no debió de aprovecharse de la situación, ellos habían hecho una tregua y él, como un rastrero traidor lo había acuchillado por la espalda. Sí bien no confiaba en él al cien por cierto, nunca esperó que lo mordiera sin su consentimiento. Que ingenuo había sido en siquiera permitir que Seokmin se acercara a él.

Su padre le había dicho que no exagerara, que después de todo ya era momento de que le diera un poco de su sangre a Seokmin que había avanzado mucho con su "entrenamiento de vampiro" , y que disculpara su falta de auto-control. Si bien, el rey de los vampiros quería que ese momento fuera mucho más emotivo, no tenía nada de malo que el "pequeño" Seokmin se hubiese adelantado un poco.

Pero no solo era el hecho de la mordida en sí, sino que Seokmin traicionó la poca confianza que le tenía y mató por completo la tregua que tenían. Ya no quería estar con él, ya no quería verlo, ya no quería enseñarle nada, deseaba que se fuera de su casa, su presencia lo molestaba y... lo perturbaba.

¿Por qué demonios Seokmin había arruinado todo? Le había dado el beneficio de la duda ¿Y qué obtuvo? Traición, ingratitud y perjurio. El había cumplido con llevarse mejor con él. Le enseñó a plantar girasoles, le prestó su ropa, le mostró la mansión, dejó que lo acompañara en sus lecturas por las noches e incluso Scar jugaba y se pasaba más tiempo con Seokmin que con él, pues curiosamente, el joven vampiro compartía una afición con su mascota: dormir.

Seokmin se recostaba en la cama con Scar entre sus brazos y "dormían" juntos algunas horas por la tarde, de su mascota si lo creía, pero de Seokmin... muchas veces se quedó con ellos solo para vigilar al menor. Parecía sincero en sus palabras pues incluso roncaba un poco, incluso su padre le dijo que no le parecía tan extraño si aún era neófito, pero ahora, después de haberlo mordido solo podía decir una cosa: Lee Seokmin era un maldito mentiroso.

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Aquella noche fue dolorosa para Seokmin. Enterarse que el motivo de la transformación de Jisoo había sido igual al suyo lo hizo sentir peor. Él lo había mordido, sí, pero lo peor es que había quebrado la poquita confianza que se había ganado con creces. ¿Qué más tenía que pasarle ese día?

—¿Joshua estaba enfermo? — preguntó con el corazón oprimido — ¿Qué tenía, por qué me dices que tenía los días contados? —

—En aquellos tiempos no había tantos avances médicos como ahora, así que la gente de la época pensó que se había vuelto loco o que simplemente lo había poseído un ente maligno — Seokmin llevó sus manos al pecho imaginando lo difícil que debió haber sido en aquel año — no estaban del todo equivocados — declaró Doyun.

—¿Qué? ¿A qué te refieres con eso? —

—Uno de los primeros síntomas que presentó Jisoo fueron... alucinaciones visuales — los ojos de Seokmin se agrandaron ante la confesión de Doyun — formas, personas, animales que no estaban allí... era normal que los habitantes de la aldea pensarán eso, las alucinaciones auditivas, olfativas y táctiles vinieron al poco tiempo después —

Carmesí | SeoksooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora