— ¡Y Han me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos en la piscina! Pero me mintió...- bufó Hyunjin, cruzándose de brazos. Minho rió.
— Seguro Hannie tampoco tenía idea de que las hormigas no iban a crecer si se arrojaban a la piscina. – articuló Minho, con la vista fija en la carretera.
— Han siempre me miente... pero lo amo... es mi mejor amigo...- empezó a balbucear el castaño, soltando pequeñas risas.- Pero Honnie... no te pongas celoso. Yo también te amo a ti.
Minho no dijo nada, pues su vergüenza no le dejaba.
— Es ahora cuando me dices que tú también me amas, Honnie. – le recordó Hyunjin, sonriendo ampliamente, pero sin mostrar sus dientes. Ante aquella mirada de cachorro, Minho simplemente no pudo negarse.
— También te amo, Hyunjin. – murmuró, sonriendo, ruborizado.
Hyunjin se calló en ese momento y los que siguieron después, y Minho lo agradecía, pues no quería tener que morir de la vergüenza por otras cosas que se le pudiesen salir a Hyunjin en ese estado de ebriedad, donde parecía no tener filtro alguno a la hora de hablar.
Un par de minutos después, ambos estaban frente a la casa de Minho, quien hace tan solo un par de meses vivía solo con su hermano menor, Rejun, quien le había recibido con los brazos abiertos cuando volvió del intercambio estudiantil en Estados Unidos. Sus padres le habían pedido que volviese a Gwangju, pero Minho prefirió vivir con su hermano en Seúl y, después de conocer personas tan fantásticas como las que eran sus nuevos amigos, no se arrepentía de su decisión.
Salió del auto, pensando que tendría que abrirle la puerta a Hyunjin y llevarlo él mismo hasta el interior de la casa, pero se sorprendió en cuanto el menor abrió la puerta y salió por su cuenta, caminando entre tropezones hasta la entrada.
Minho le siguió rápidamente, posicionándose a su lado.
— ¡Haechan! – gritó Hyunjin, deteniéndose unos metros antes de llegar a la puerta.
— Hyunjin, Haechan hyung no se encuentra aquí, esta es mi casa. – le hizo saber Minho, parándose frente a Hyunjin, quien le miró con el ceño fruncido.
— ¿Por qué me trajiste a tu casa, Honnie? – preguntó Hyunjin, enarcando una ceja.
— No tenías donde dormir. Yo me ofrecí a darte hospitalidad porque sé que mi hermano no pasará aquí la noche, además, a él no le molestará. – le explicó Minho, esperando que Hyunjin le entendiese.
Este sonrió.
— Si querías que durmiera contigo no tenías que inventar una excusa...- Hyunjin hipó.- Yo hubiese venido... si era contigo... sin importar nada...
Minho sintió calientes sus orejas.
— No, Hyunjin... yo... y-yo...
Hyunjin abrazó a Minho, acercando en demasía su rostro al del mayor.
— Silencio, Honnie. Despertarás a Haechan...- susurró Hyunjin, mirando fijamente a los labios de Minho, quien empezó a entrar en pánico de inmediato. ¿Y si Hyunjin lo besaba? ¿Qué se supone que debería hacer si Hyunjin lo besa? ¿Apartarlo? ¿Y si se sentía rechazado?
Pero no tuvo tiempo de pensar mucho más, pues Hyunjin le besó en la nariz y se apartó, tambaleándose hasta la puerta, donde empezó a golpear aparatosamente, sin cuidado alguno. Minho tuvo que respirar más de tres veces, contando hasta diez.
Minho caminó hasta él y lo apartó levemente de la puerta, dándole tiempo para mirarlo con una sonrisa boba y abrazarlo por la espalda, trepándose en su cuerpo como un pequeño koala.
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*.✧ 𝐅𝐚𝐥𝐨𝐟𝐢𝐥𝐢𝐚 *.✧ [ᴍɪɴᴊɪɴ]
FanfictionDonde diecisiete centímetros no es suficiente. Hwang Hyunjin & Lee Minho ☆*: .。. Adaptación .。.:*☆ ©thebunnyshiteu Autorx Original .。*♡ Historia Corta .。*♡