La Excepción A Mi Eternidad [Oc × Raiden Shogun]

11.Tesoros perdidos entre dudas

[Nación de la justicia, Fontaine]

Desde la Oficina del Gran Juez, Neuvillete vio como una estela de fuego se acercaba cada vez más a Fontaine, reconociendo a la fuente para luego salir y acercarse a la zona de aterrizaje del As de Fuego.

Neuvillete llegó al lugar solo, encontrándose con el Descendido que hace pocos minutos habia aterrizado. En ese momento el Descendido volteó a ver al Gran Juez con Nostalgia.

"Neuvillete, Viejo amigo. Han pasado años."

Neuvillete se percató en segundos de que el chico frente a el era el mismo que el vagabundo que se encontró hace 500 años no muy lejos de ese lugar.

Neuvillete: ¿Años? -Pregunto el Juez- Han pasado siglos, viejo amigo- -Agrego con una sonrisa leve-

El dúo de amigos se miraron un momento para luego caminar de vuelta hasta la corte de Fontaine, mientras volvían, Neuvillete escucho como el Descendido recupero sus recuerdos junto con su Visión.

Neuvillete: Ya veo... -Dijo Neuvillete pensativo- ¿Que harás ahora? -Pregunto curioso-

-Cumplir con mi condena. -Respondió el Descendido-

Neuvillete: Pero, recuperaste tu Visión. -Comento Neuvillete-

-Aun así, planeo respetar mi Exilio. -Contesto el Descendido-

Neuvillete: ¿No tienes problema en dejar tu vida en Inazuma?.

-Si fuera por mi, me quedaría en Inazuma pues las personas que conocí me caían bien, pero la situación no me da esa opción. -Comento el Descendido- Será la segunda vida que dejo en Inazuma, ya parece una señal. -Agrego el Descendido-

Neuvillete: Entonces, ¿Te quedarás en Fontaine? -Pregunto Neuvillete-

-Ese es el plan, espero que mi amigo el Gran Juez me pueda dar una mano con eso. -Comento riendo-

Neuvillete: Veré que puedo hacer. -Comento Neuvillete-

-Te lo agradezco.

Neuvillete: Aún no he hecho nada que debas agradecerme.

-Eres en Gran Juez de Fontaine, estoy seguro que lo harás. -Comento Santy-

Neuvillete: Hum... -Dijo con una sonrisa- Me alegra que hayas vuelto, Santy.

-La verdad, me alegra haber vuelto. -Comento con una sonrisa-

Los viejos amigos siguieron su camino hasta la oficina del Gran Juez, lugar en donde el Descendido espero un momento hasta que Neuvillete hiciese el papeleo correspondiente.

Neuvillete terminó el papeleo para luego dirigirse al Descendido, dejo un papel en su escritorio para el Descendido, mismo al que le habló.

Neuvillete: El papeleo ya está hecho, tu solo debes ir y presentar los papeles que te harán dueño del lugar, los primeros dos meses, yo cubriré los gastos hasta que puedas conseguir un trabajo. -Explico Neuvillete-