Ya era mañana. Él salía como siempre, pero alumbrando todo a su paso. Cuando salía, en una habitación caían rayos de luz que daban sobre los ojos de un chico que andaba durmiendo plácidamente. El pobre chico se tenía que levantar ya que los rayos de luz le daban directo a los ojos.
—¿Dónde estoy? Esta no es mi departamento donde me quedo. ¿Me habré acostado con alguien?
Su cabeza tenía muchas preguntas, pero la más importante era si se habría acostado con alguien. Así que revisó todo su cuerpo, miró a su lado pero nada. Eso le dio mucha calma, pero no sacaba la otra pregunta de dónde estaba hasta que se acordó de lo que hizo la otra noche. Ahora sí sabía dónde estaba, o eso creía, pero recordó que ayer por la noche se fue con sus amigos a tomar un "poco" y después se fue al departamento de Iván y después ya no recuerda nada más.
Se dispuso a ir al baño y a salir de la habitación. Ya después de acomodar sus únicas prendas de vestir, salió y vio que en esa sala había alguien sentado viendo su celular. Cuando más se acercaba, vio que era Iván.
—Hola...
—Hola, por fin despiertas. ¿Quieres comer algo?
—Esto... sí, por favor... yo realmente lo siento por venir a esas horas, no estaba en mis cinco sentidos... espero no haberte dicho nada malo...
—Ehhh, tranquilo, no me dijiste nada malo... ven, mejor come ¿sí?
—Sí, gracias de nuevo...
Iván le dio un tazón con cereal. Era un poco raro ese silencio que había, así que decidió romperlo.
—¿Me podrías decir qué pasó anoche y todo lo que hice, por favor? -Lo había dicho un poco serio para decir verdad.
—Eh, sí, bueno... anoche viniste todo borracho y no parabas de decir cosas algo raras pero bonitas...
—¿Qué cosas dije?
—Bueno, como lindo, hermoso y muchas cosas más.
—Ohh, en serio, lo siento. O tal vez no.
Eso último había puesto muy nervioso a Iván, que se había puesto todo rojo por lo dicho por Henrick.
—Creo que todavía andas borracho... Henrick.
—JAJAJAJAJ, no, claro que no estoy borracho, estoy totalmente sobrio, lindo.
—Ehh...
Iván se quedó sin palabras por lo último dicho. Henrick le dijo lindo, o sea, no era la primera vez, pero se sentía muy lindo. No se había dado cuenta cuando Henrick se había parado y se puso muy cerca suyo. No sabía qué debía hacer al tenerlo tan cerca suyo, no sabía dónde mirar ni nada.
Oh Dios, ver a Iván así, tan lindo cuando está sonrojado y mirando a otro lado, se le hacía tan tierno, pensaba Henrick. Se acercó un poco más a la cara de Iván, sus labios un poquito más y se tocaban. Como si estuviera hipnotizado, puso una mano en la mejilla de Iván para que lo viera y poder besarlo. Cuando Iván lo vio, se acercó y lo besó. Era un beso tierno y de amor. Claro que Iván se sorprendió, pero le siguió.
Se quedaron besando por mucho tiempo hasta que se tuvieron que separar por falta de aire. Se miraron y se sonrieron, y se fueron al sillón de la sala para estar ahí tranquilos y compartiendo ese hermoso momento que estaban teniendo.
