La golondrina y el dragón -COMPLETO-

Capítulo 8

He vuelto de mi largo descanso. Perdón por la espera, pero legítimamente me puse extremadamente ocupado a mediados de marzo, lo que me obligó a tomar un descanso de la fanfiction. Sin embargo, ahora estoy de vuelta y espero poder mantener un flujo más constante de capítulos. Estoy de vuelta en la escuela y también tengo un trabajo, así que no esperes actualizaciones tan rápido como solían ser. Perdón. Con eso, aquí está el último capítulo.

Harry se despertó atontado. Parpadeó varias veces antes de que sus ojos pudieran concentrarse en la habitación que lo rodeaba. Parecía estar en algún tipo de laboratorio. Había visto laboratorios que los hechiceros de este mundo usaban antes, pero no este en particular. Parecía que estaba bajo tierra o posiblemente en catacumbas. Las paredes estaban hechas de piedra parcialmente, pero podía ver algunas áreas donde solo estaba lleno de tierra. A juzgar por el olor subterráneo, él también estaba en algún lugar profundo. Al otro lado del laboratorio, podía ver una pequeña escalera que conducía a una puerta de madera que parecía ser la única salida. Miró su cuerpo y se vio cubierto de cadenas que parecían ser plateadas con un pequeño tinte de bronce. Envolvían todos sus ligamentos y su torso con los brazos sostenidos y encadenados a la pared.

Harry gruñó suavemente al ver las cadenas Dimeritium en su cuerpo. Vilgefortz parecía haber pasado de la raya para asegurarse de que no escapara y que había hecho un muy buen trabajo. Harry sabía por experimentación que Dimeritium podría evitar que se convirtiera en un dragón si era lo suficientemente grande. Sin embargo, lo había descartado porque dudaba que cualquier hechicero pensara usar tanto. Vilgefortz debe haber sido convencido por el poder que le había mostrado en su batalla. Harry se maldijo por dejar que su arrogancia lo cegara lo suficiente como para bajar la guardia lo suficiente como para que alguien se escabulle sobre él. No es como si pensara que Vilgefortz podría matarlo, pero Harry sabía mejor que nadie que había cosas peor que la muerte.

Harry escuchó un clank metálico y miró a la puerta para ver entrar al hombre de la hora. Se detuvo y se aseguró de no sonreír cuando pudo ver que a Vilgefortz todavía le faltaba un brazo de su batalla.

"Cómo te gustan tus nuevos alojamientos?" Vilgefortz preguntó con una sonrisa que Harry casi se confundiría como agradable si fuera un hombre menor. Sin embargo, no dijo nada para elevarse al cebo del hombre. Simplemente se quedó en silencio mientras miraba al hombre.

"Nunca creerías que ya han pasado siete meses desde que peleamos, ¿verdad?" Vilgefortz dijo. Eso llamó la atención de Harry. ¿Siete meses? ¡Cómo demonios habían pasado ya siete meses!

"Puedo ver el shock en tus ojos incluso si tu cara no lo muestra. Fue bastante extraño. Me esforcé mucho para matarte, pero nada de lo que hice parecía funcionar. Al principio, traté de succionar tu fuerza vital y usarla para empoderarme, pero después de semanas de lucha, no pude forzarla a abandonar tu cuerpo. Entonces, con ira, traté de cortarte la cabeza, solo para que se volviera a unir antes de que mi espada la atravesara por completo. Una y otra vez, sin embargo, nada parecía funcionar. Fue entonces cuando llegué a la conclusión de que de hecho aprendiste los secretos de la inmortalidad. Creo que puedes ver a dónde voy con esto?" Preguntó vilgefortz. Harry lo escuchó, pero solo podía pensar en cómo iba a tener que asegurarse de que matara al hombre ahora.

"Supongo que aquí es donde me preguntas cómo ganar tal habilidad?" Harry preguntó mientras miraba al hombre con diversión.

"Y supongo que tu divertida respuesta significa que no me lo dirás, lo que estoy seguro de que sabes significa que tendré que descubrir la forma divertida." Vilgefortz dijo mientras daba un paso atrás antes de caminar hacia una mesa. Cogió un paño enrollado y se lo llevó. Lo desenrolló para revelar una multitud de objetos afilados. Como sanador, Harry sabía el uso de casi todos ellos. Levantó una ceja.