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- No.
Fue lo único que su novio dijo cuando lo vió en la puerta de la entrada, cargando en sus brazos a un pequeño cachorro peludo.
Dre inmediatamente dejo sus zapatos en la entrada y bajo al cachorro al suelo para que explorará un poco el lugar.
Corrió detrás de su pareja.
- ¡Cheng por favor! No sabes dónde lo encontré. ¡Estaba abandonado debajo de un puente! - el menor abrazo por detrás a su novio.
El azabache suspiró.
- Dre, no podemos tener un perro. En este edificio no permiten mascotas. Además sabes que no soy particularmente fanático de los animales. - Cheng se dió la vuelta mirando mejor a su novio.
- Todos sabemos que el tipo que vive en el primer piso tiene un pez. - Cheng se limitó a soltar una risa ante las palabras de su novio.
- Y por lo demás no tienes que preocuparte cariño, yo me haré cargó al 100 de Cheng Jr - Dre levantó al cachorrito peludo cuando había entrado a la habitación.
- ¿Cheng? ¿Le pusiste mi nombre a un perro?
- Es perfecto para él, cariño. Igual que tú - Dre le dió un rápido beso en la mejilla y en la frente, en un intento de convencerlo.
Aunque Cheng al principio se negase, sabía que su pareja podía ser la persona más terca y necia del mundo.
- Esta bien. Puedes quedartelo.
Solo bastaron esas palabras para que tuviera sobre el a su novio comiendoselo a besos.
Tal vez tener una mascota no sea tan malo después de todo piensa Cheng.
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