Found you | Gustoni [ThreeShot]

Pursued.

Si bien la manera rutinaria de tomar un avión desde Marbella en dirección a su querida Italia llegaba a rondar las casi 5 horas de viaje, sabía a ciencia cierta que en jet privado no le llevaría más de 3 horas.

Una rebaja considerable, le favorece, piensa, sería bienvenido con cena lista para servir por parte de la querida mamma a la que había avisado con antelación de su próxima llegada. Su madre no quiso decirle que pensaba cocinar esta vez para recibirle, "é una sorpresa, ragazzo" le había dicho entre risas, continuando con una broma tan antigua como su consciencia misma, donde Toni le preguntaba a su mamma que habría de comer ese día y ella se lo ocultaba respondiendo con evasivas o bromeando con él, más nunca desvelando en verdad que era lo que cocinaba.

Sonrió levemente al recordar momentos de su niñez mientras echaba un ojo a la vista que se presentaba a través de la ventana a su lado, aunque no estuviera completamente oscuro, varias estrellas se asomaban a la vista por el cielo despejado de nubes, maravillándolo con un sentimiento de anhelo, una calidez que le envolvió cada vez que volvía a casa.

A pesar que esta era una llamada de negocios bastante abrupta, nunca le diría que no a la idea de volver a su país, estaba orgulloso de su procedencia y sabía que mientras respirara, el gritaría con furor que él era italiano y se enorgullece de ello. Esto mismo se podría inferir en su forma tan impoluta de ser, su elegancia al andar, su forma de vestir, su porte, inclusive no usaba colonia que no fuera procedente de su Italia querida; Massimo Duti sería la fragancia que ha expelido esta temporada.

Un movimiento a su lado interrumpió levemente el hilo de pensamientos nacionalistas, era difícil que no se percatara de las pequeñas perturbaciones a su alrededor después de tanto tiempo en circunstancias desfavorables. Giro la vista y se enfrentó a Igor, quien le afirma que ya están a poco de aterrizar, Toni miró levemente el reloj de su muñeca mientras hacía unos cálculos, pues si que eran algo menos de 3 horas de viaje, pensó.

Luego de despedirse de Igor y del piloto del que nunca aprendió el nombre, les vio irse mientras él mismo hacía una llamada en aviso de que ya había llegado al país y que necesitaba una recogida en el aeropuerto. Aunque era tentador caminar unas cuantas cuadras para tomar una góndola por puro capricho de la nostalgia, se abstuvo a favor de no hacer esperar más a su mamma ni dejar que la cena se enfríe.

Poco le tomó a su vehículo llegar y dejarlo donde necesitaba, Toni lo agradeció y, trotando, dio la vuelta rodeando el jardín que rodeaba la casa de su mamma, hasta llegar a la puerta principal y tocar esta. La sonrisa y alegría al ver a su mamma de nuevo fue espontáneo, y él fue directamente a abrazarla como si fuera un niño pequeño nuevamente.

— Buonanotte, mamma, sono a casa.

— ¡Dio, Antonio, hai quasi fatto venire un infarto a tua mamma! Y pasa ya, ragazzo, que la cena se está enfriando.

Toni se despegó de su mamma risueño, ella le sonrió mientras ambos pasaban dentro de la casa y mientras ella cerraba la puerta detrás suya e iba a servir la cena que le había preparado a su hijo, Toni se tomó un momento para inspirar el aroma de su hogar, poniéndose cómodo; se quitó la americana doblándola sobre su brazo, para luego ir con sus maletas a la habitación que sabe, siempre será suya.

El cuarto se encontraba a oscuras, no vio el porqué utilizar la luz en ese momento, así que posicionó la maleta a un costado de la cama que había en el lugar, dejando la americana sobre ésta, sus guantes y gafas por otro lado, las dejó sobre la mesita de noche que estaba junto al otro costado de la cama.

Dio otra respiración profunda mientras salía de la habitación, arremangándose la camisa hasta los codos a lo que caminaba hasta el comedor de la casa de su mamma, el aroma que expulsaba la cocina de su madre lo mantuvo quieto en su lugar por un momento, era imposible para él no reír con gozo al procesar la escena que tenía en frente de él.