Trata de una chica que buscaba legalizarse en un país extranjero para su desarrollo en el ámbito laboral. Entró a trabajar en una aerolínea de forma temporal, donde conoció al Señor Cribans; uno de los socios fundamentales de la empresa, que se obse...
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04 enero 2023
Kailay Real
Mantuve la mirada en el camino que se culminaba con el paso de los minutos. Estaba ansiosa como si tuviera mucho tiempo sin verlo. Mi corazón palpitaba y de repente surgió una gran necesidad de aferrarme a sus brazos. Sentía que mientras más lo conocía, más lo desconocía. Mi temor había sido realidad sin darme cuenta. Me estaba apegando demasiado a Ans.
A veces me preguntaba dónde estaba mi jefe ya que él si sabía actuar su papel en los diferentes escenarios.
Ans me había hecho el sueño realidad de comprarme un auto y una casa, mejor dicho, mansión y definitivamente no me veía viviendo sola ahí. Dariela iba muy adelantada pintando la cosa de acuerdo al diseño que le había pedido y había comenzado a comprar los muebles. Se sentía bien dejar todo en la mano de alguien más.
Iba a extrañar mi departamento. Era pequeño, pero era mi hogar y disfrutaba cada momento estando ahí.
Alex se detuvo en el semáforo. Mis manos sudaban sabiendo que faltaba poco para llegar.
Te tengo una sorpresa —sus palabras hicieron eco en mi cabeza. ¿Qué será?
El chofer aparcó el auto y descendí tomando un largo suspiro. Los minutos se hicieron eternos cuando tomé el ascensor del edificio completo, ya que mi estupidez me hizo olvidar mi tarjeta de acceso. Revisé mi imagen en la pantalla del teléfono antes de tocar el timbre.
Una chica de aspecto de actriz de Disney abrió. Era de ojos azules, pelo lacio de un rubio natural y aparentaba de mi edad.
—Hola—dijo fría, esa expresión ya estaba acostumbrada a verlo en alguien.
—Creo que me equivoqué de casa —musité confundida. ¿Será que los nervios me habían traicionado?
—Kailay —gritó otra chica que se balanceó sobre mí en un abrazo. —Quítate, la vas a espantar con esa cara —exigió a la otra.
Ella tenía cierto parecido a la primera, pero más delgada y con el pelo balayage vistiendo un camisón y medias altas.
—Adelante —me invitó a pasar. La otra rodó los ojos dejándose caer sobre el sofá.
—Se va a quemar el pollo si no lo sacas —escuché a Ans gritar.
—Eres más bonita en persona que en fotos —me alagó.
—Ya cállate Naca —se quejó pelirrubio. Su acento inglés era muy notable.
—Bandida llegaste —esbozó Ans al verme. Llevaba puesto un delantal, se veía desalineado, pero feliz con otra chica en la cocina. Llevó una bandeja de pasta a la mesa.
Le di una sonrisa confusa cuando se acercó a mí.
—¿Se te comieron la lengua los ratones? —inquirió depositando un beso sobre mis labios.
