Capítulo 53: Un grado de toxicidad

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 27 marzo 2023

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 27 marzo 2023

Ans Cribans

Ella representaba la mayor prueba de paciencia en todas las relaciones que había tenido. Discutimos tan fuerte el día anterior que me pasé de la raya al decir cosas que no debía, de los cuales me arrepentía.

"Se acabó" era la pequeña oración que más lamentaba y que ella lo aceptara me demostró la poca importancia que me tenía.

Estaba enojado, porque no había nada que odiaba más que no me creyeran al decir la verdad, aunque a ella le había tocado la mejor parte de mí.

Jugueteaba con la pluma sobre el papel. Me jartaba no tener un momento de paz, entre problemas laborales y personales.

El teléfono sonó y lo llevé al oído.

El señor Hicks ya está aquí —comunicó Carolina.

Hazlo pasar —ordené poniendo el aparato en su lugar.

Solo transcurrió un pal de segundo cuando tocó la puerta y lo invité a pasar.

Hicks era un caucásico, entre los treinta. Investigador privado desde que lo despidieron de la FBI.

Saludé al hombre con un apretón de manos invitándole a tomar asiento.

—Espero que me tengas buenas noticias —comenté frente al largo tiempo que tomó su investigación.

—Espero que estés preparado para saber lo que viene —respondió sacando un sobre de etiqueta negra del maletín y me lo entregó junto a una memoria. —Eso es el informe completo y detallado de toda la investigación junto a las pruebas, la memoria es una copia digital en caso dé y está encriptada.

Asentí echando un vistazo al objeto.

—¿Está es tu computador personal? —señaló la laptop y afirmé. —Debo echarle un vistazo y mostrarte cómo desencriptar la información.

—Pasa aquí entonces —intercambiamos asiento a lo que rasgaba la envoltura del sobre.

Había un documento con un listado parecido a una nómina con cientos de empresas y nombres. Hicks había resaltado M&Tours con los nombres de los involucrados y aparecían los hermanos Tavares como principales cabecillas de la organización. Eran los encargados de la contabilidad y las finanzas por lo que tenían acceso y la facilidad de manipular las cuentas a sus antojos.

Seguía el apellido Méndez en general y algunos empleados sin importancia, pero había uno que me llamó la atención.

—Ricky Cuadros —habló decodificando la memoria. —Es la cabeza de la mafia latina especializada en el lavado del dinero. La policía, la interpol, la MI6, la DEA y el FBI lo tiene con un gran signo de interrogación. Nadie tiene idea de quien es, lo que le da la facilidad de moverse entre nosotros y pasar desapercibido. El contacto más cercano y por lo que pude identificarlo es la cercanía que tiene con la señorita Real. Borra sus huellas siempre, pero se ha descuidado en ese aspecto. Posee gente en todos lados y no cualquiera, sino funcionarios, empresarios y personas de alto poder incluyendo al presidente de este país —explicó. —Y el problema más grave es que padece del trastorno de doble personalidades y ambos están obsesionados con la señorita Real.

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