Mentiría diciendo que no me aterraba la idea de mudarme a una ciudad solo y conseguir un trabajo, porque en serio tenía mucho miedo.
Se que tenía 19 años y no debería darme miedo, pero que le podía hacer, era el hijo menor y siempre mis padres me cuidaron bien, era su favorito, no podía decepcionarlos, por eso acepte la beca de la Universidad.
Quería ser fotógrafo y en mi pueblo no tenía muchas oportunidades, así que decidi venir a Nueva York, la ciudad de las oportunidades.
Salgo del aeropuerto con mi mochila y maleta y me encuentro con una ciudad muy poblada. En Aria, mi pueblo, no vivían tantas personas, así que para mi Nueva York, era gigante.
Un taxi pasa por mi y le digo la dirección del apartamento que había alquilado, era compartido y lo bueno, es que no quedaba muy lejos de la Universidad.
Entró al edificio y quedó impresionado con todo. Las paredes son blancas, hay buena iluminación y hay un sofá junto con una mesita, en el medio hay un mostrador junto con una chica detrás de el. Me acerco y dejo mi mochila en el suelo, ya pesaba.
—Hola, soy Víctor Ricci, solicite un apartamento compartido—le digo y ella me sonríe.
—Claro, tenga las llaves y tenga una linda tarde—me da las llaves doradas y subo las escaleras hasta llegar al piso y abrir la puerta 123.
El espacio es hermoso y me deja con la boca abierta. Las paredes son color crema, y sus cortinas blancas. Hay un sofá largo y enfrente, la televisión, del otro lado esta la cocina y hay un pasillo con tres puertas. Voy a la primera y es un baño, la segunda, que es una habitación, esta ocupada, así que me voy a la tercera puerta.
Sin pensarlo dos veces, tiro mis cosas en el suelo y me acuesto en la cama. En verdad nesecitaba dormir, descansar o tomar una ducha, y dos hago, me ducho y cuando termino, ya era la noche, así que me pongo el pijama para acostarme en mi cama.
Ya mañana sería otro día y conocería a mi compañero de apartamento, bueno, técnicamente lo conocía porque hablabamos por las redes, pero ya quería conocerlo en persona. Espero que sea guapo y divertido, así no me aburro.
Mis ojos se terminan cerrando por el cansancio y el sueño me gana.
❆❆❆❆❆
La luz del sol de la mañana traspasa las cortinas color crema y da directo en mi cara. Me despierto y me levanto de la cama, listo para conocer la maravillosa ciudad de Nueva York.
Salgo de mi habitación y veo a un chico de espalda. Tiene más o menos mi edad, es alto y es rubio. El se gira a verme con una gran sonrisa. Sus ojos claros brillan de alegría.
—Hola, soy Ethan—deja su taza de café sobre la mesa.
—Yo soy Víctor—me siento en la mesa junto a el y tomó de la taza de café que el me da—. ¿Que estudias? —pregunto intrigado queriendo saber más de Ethan.
—Psicología—dice y toma un sorbo de su cafe—, ¿Por que veniste a Nueva York?
—Quería estudiar fotografía y en mi pueblo, no tenía muchas oportunidades.
Hablamos un rato más y nos conocemos el uno con el otro, hasta que el se tiene que ir a trabajar, algo que yo debería estar buscando.
Me voy del edificio y otra vez, quedo impresionado, Nueva York es grande y lindo. Decido recorer varios lugares de ropa, hasta llegar a la cafetería en la que trabajaría.
Tiene un gran cartel con el nombre de la cafetería, pero no le presto atención y decido entrar. Hay varias personas tomando algo o simplemente, sentadas y hablando. Me acerco al mostrador donde hay una chica, me ve y me sonrie.
Es pelirroja, tiene pecas y ojos oscuros, es muy hermosa, es su uniforme tiene su nombre, Olivia.
—Hola, ¿Que va a ordenar?
—Vengo por el trabajo—digo divertido.
Ella se sonroja y me mira de arriba a abajo.
—¿Eres el italiano?
—Ese mismo—le respondo con una gran sonrisa.
Ella era la Jefa, debía caerle bien, o sino, me echarian y tendría que volver a Aria, y esa, no era la mejor idea.
—Bien, ven que te explico todo—me lleva detrás de una puerta y hay dos sillas. Ella se sienta en una y yo en otra.
Me empieza a explicar todo, horarios y que estaré en un período de prueba, empezaría mañana.
—Muy bien Víctor, bienvenido a "El Amor del Café"—me dice ella con una gran sonrisa y luego, me despido de ella para ir a casa, claro, sin antes ir a comprar ropa.
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El Amor del Café.
Teen FictionNew York. Una cafetería. Un chico alegre y un chico frío y amargado. ¿Podrían sobrevivir a la sociedad?