capítulo único.

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Había algo que todos los miembros de Enhypen tenían más que claro desde el día que comenzaron a vivir juntos.

Jake siempre buscaría tener la aprobación de Heeseung para todo.

Era algo tan natural, que había dejado de parecer extraño en lo absoluto. Jake era cómo un pequeño cachorro que se paseaba por los dormitorios buscando a su hyung para saber si el suéter que traía puesto se le veía bien. O si su desempeño en las grabaciones de música o en los conciertos había sido memorable. O incluso, si la comida que había pedido estaba exactamente en el punto de picante que él podía comer, ya que no lo toleraba mucho y Heeseung había aprendido a poder identificarlo.

A los miembros no se les hacía raro. Después de todo, sabían que Heeseung era el único hyung de Jake en el grupo, y además, no es cómo si ellos no fueran un poquito cómo él también. Heeseung era una persona muy confiable por naturaleza. Había liderazgo, experiencia y talento innato en él, y eso hacía que los demás buscaran de forma constante su aprobación, o sus consejos.

Sin embargo, lo que les resultaba tan malditamente raro era que en este momento el australiano estuviera prácticamente rogándole de rodillas al mayor su opinión sobre su cabello largo.

Jake quería saber qué opinaba Heeseung de él. ¿Le gustará? ¿No le gustará? ¿Preferiría que se lo cortara? ¿Le gustaría verlo usar ganchitos o hacerle trencitas?

—Vamos, hyung... quiero escucharlo.— pidió Jake con su tono habitual de berrinche que solía usar seguido, en especial con el mayor del grupo.

Heeseung soltó un suspiro y fingió prestar atención a la televisión. Jake sacudió su hombro con fuerza.

—Deja de ignorarme. Anda, dímelo. Prometo no enojarme si no te gusta.— siguió insistiendo.

—¿Estás seguro de que quieres escucharlo?

Los demás miembros no ocultaron sus expresiones de asombro. Jake llevaba semanas rogándole al mayor su opinión, y esto era lo más lejos que había llegado una respuesta de su parte. Los ojos de Jake brillaron con ilusión.

—¡Sí! ¡Sí, sí, sí, sí!— se acomodó mejor en el sofá y ahora ya no lo estaba tocando. —¡Dílo, hyung!

Heeseung finalmente despegó su mirada de la televisión y la enfocó en los ojos de Jake, mirándole con seriedad. Luego sus ojos viajaron al largo cabello del menor. Eso era lo más largo que se lo había dejado crecer en toda su carrera y probablemente en toda su vida. Algunos mechones caían contra su rostro de forma rebelde y el color negro hacía resaltar mucho sus rasgos faciales, cómo sus labios, cejas y ojos.

Jake le sonreía grandemente esperando su respuesta.

—Luces cómo el rey león.— contestó finalmente Heeseung. Lo había dicho con un ligero tono de broma y sus labios se curvaron en una sonrisa divertida. Sus ojos regresaron a la pantalla.

El ceño de Jake se contrajo cuándo frunció sus cejas, sus labios se entreabrieron con indignación. El resto de los chicos comenzaron a reír con diversión porque claro, cuándo Heeseung decía algo, siempre debía ser divertido.

—¡Hyung!— Jake espetó, básicamente cómo un bebé llorón. No podía creer que Heeseung lo había llamado así.

—¿Qué? Es lindo.— trató de explicar el mayor cuándo vio al australiano cruzarse de brazos. —Quiero decir que te ves lindo con ese cabello, cómo un lindo león.

—¡No mientas! ¡Eso no es lo que quisiste decir!— alegó, alargando el final de sus palabras de forma quejumbrosa.

Heeseung rió con ternura por la escena del menor y luego ladeó su cabeza. —Jake, esto no es tan serio. Tú eras el que querías saber.

lion king ☆ heejakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora