«Gol» se escucha en toda la habitación, no duda tampoco que también resuena por todo el pasillo del hotel. El grito de felicidad de Sergio incluso lo puede escuchar a través de sus audífonos, tiene que silenciar su stream para evitar las especulaciones y los chismes sobre su relación con el mexicano que ahora sonreía como si hubiera ganado el campeonato, estaba que irradiaba de felicidad mientras veía el partido de fútbol de su equipo mexicano favorito, no dejaba de exclamar palabras en español y dar gritos de emoción.
Algunos de sus amigos preguntaron que era ese ruido que se escuchaba en el fondo y el porqué él se silenció, Max no podía decir que se trataba de su novio gritando porqué su equipo anotó, era más fácil explicar que era primero, si el huevo o la gallina; lo único que contestó era que tenía fallas en el internet y en la computadora. Rápido y simple. Max siguió jugando como normalmente lo hace, haciendo algunos chistes, conversando de cualquier tema que no fuera de trabajo —estaba harto—, ganó la mayoría de las veces e insulto a la cámara por impulsividad.
La noche estaba tranquila como cualquier otra, pero su tranquilidad es interrumpida cuando ve que el partido llega a su final y Sergio se gira a verlo con una mirada tan decidida y determinante que Max sabe fácilmente lo que iba a ocurrir a continuación. Su plan de desvelarse y no dormir hasta la madrugada seguía en pie, pero la razón ya no sería por estar en Twich.
Su nueva razón ahora era una más exhaustiva, llena de muchos besos y toqueteos calientes. Se preparaba mental y físicamente para la amenaza que se avecinaba, con Sergio desvistiéndose con cada paso y contoneándose de forma tan sensual, lo mínimo que puede hacer Max era rezar para que Dios le diera fuerza, porqué una vez que este bajo la merced de Sergio, Max terminará acabado.
"Sabes lo que significa esto Max", susurra Sergio sensualmente, tocando con sus labios húmedos el capullo de su oreja y besando la piel sensible detrás de ella, mientras Max está a un lado de su computadora para evitar ser captado por la cámara. "Ven a la cama, corazón, vamos a festejar."
Max no duda ni un segundo en obedecer. Cierra el juego y despide rápidamente sin dar explicaciones, apaga el monitor y se levanta de su silla para ir directo hacia el hombre que se veía fantásticamente hermoso sobre la cama, completamente desnudo y muy duro.
Al llegar, Sergio lo desviste con sus ágiles manos, lo besa apasionadamente usando su lengua y sus labios mientras dedos atrevidos pellizcan y tocan su cuerpo. Una vez que Max está completamente desnudo, piel blanca y sonrojada a la vista, Sergio lo obliga a recostarse en la cama con un ligero «puff», se sube a horcajadas en su regazo y el roce delicioso hace que ambos giman. Sus penes están completamente duros y sensibles, el vaivén de la pelvis y el culo redondo de Sergio hacen de Max un desastre de roncos gemidos y deseo carnal.
Mantiene sus manos sobre las piernas de Sergio, apretando la carne, amasando el músculo duro bajo la piel, alienta al hombre mayor a aumentar el ritmo de su embestidas y lo besa mientras tanto.
"Ganó el América, leoncito, por lo tanto, tu también ganas algo, mi amor".
La mano del mayor toma ambos penes y comienza a masturbar los a los dos.
Se siente tan bien.
"¿Ganar dices?", Max deja escapar un gruñido. "Más bien es perder para mí, acabaré seco y agotado para la carrera de mañana."
La deliciosa sensación de su orgasmo se acumula bajo su vientre, haciendo que soltará más esperma que se adhiere en su abdomen.
"Podrías detenerme, pero no te veo haciéndolo, Max." El hombre lo besa en la mejilla y gime cuando su orgasmo lo golpea.
"Liefde". Jadea.
Sergio lo sigue masturbando hasta que lo hace venir, el cabrón toma el caliente esperma y se lo mete a la boca, se acerca a la suya y lo obliga a abrir la para luego darle un beso sucio y húmedo, en donde Max se probaba a sí mismo. Se siente extraño, pero si hambre por tener a Sergio era más grande que su desagrado. Siguieron comiéndose a besos, masturbándose y llegado al climax más rápido que el anterior.
