La semana había acabado, las vacaciones de invierno ya habían comenzado, primer fin de semana de vacaciones, las calles con un aire frío y un pálido y colorido entorno que anunciaba un nuevo amanecer quien diría que ese entorno por fin era tranquilo para David, luces de navidad que tenían sonido su mayor molestia pero al parecer la suerte estaba de su lado, por fin sus vecinos dejaron de comprar aquellas molestas luces o de milagro se habían descompuesto, su cuarto con cortinas que apenas dejaban entrar la luz de aquel entonces pálido sol empezó a inundar la habitación, asta que unos rayos de sol empezaron a llegar a la cara de David, flores que poco a poco se empezaban a secar por aquel invierno pero había una en particular que apesar de aquel cruel frío siguió en pie con sus bellos pétalos de un blanco que parecía nieve, David despertó y lo primero que hizo fue ver aquella flor, había algo en esa flor que hacía que su corazón estuviera tranquilo y en paz, era la misma sensación que sentía con Damian - navidad, navidad - ¿Navidad? Tan emocionado está para cantar, poco a poco su corazón va serrando aquellas grietas que le han provocado.
Claro hoy es su cita con el chico que lo vuelve más que loco, su cita era asta la noche haci que tenía tiempo para estar con su mamá y comprar las cosas que iban a necesitar para decorar su casa e ingredientes para la cena de Navidad y de esa noche, a lo que estaba feliz, no tenía que fingir estar feliz era feliz simplemente, en sus ojos brillaban como nunca esa navidad por fin sería tranquila, su mamá se dio cuenta de eso, siempre se daba cuenta de las sonrisas falsas de su hijo pero trataba de sonreír ante todo solo por su hijo nada mas.
David termino comprando los regalos de navidad sin que su mamá se diera cuenta era una sorpresa, aparte de que aprovecho a comprarle algo a Damian para su cita, quería impresionar a su amado y lo quería hacer feliz, era un pequeño detalle nada fuera de lo normal pero iba hacer su primer regalo a lo que el estaba emocionado.
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No es algo fuera de normal que alguien está nervioso por su primera cita, pero Damian estaba temblando, su corazón estaba acelerado asta no más poder, ni siquiera había podido dormir, 5:00 am era fin de semana ni siquiera sus papás se habían levantado, solo decidió levantarse de su cama y bañarse tal vez eso lo tranquilizaria un poco, se paró frente al espejo para lavarse la cara y poder despertar paso sus manos sus labios, tan solo tocarlos hacia recordar aquel dulce beso, la confesión aquellas palabras - ya no se que hacer para que me hagas caso - siguen ahí , no las quiere olvidar, puede que las recuerde en 10 años o más, pero con el paso del tiempo se van, o puede que no, un fuerte deseo de estar a su lado y protegerlo lo domina, su mirada que siempre parece apagada a su lado siempre está llena de luz, nunca se había enamorado era una nueva experiencia para el una nueva sensación para el, jamas pensó que David tuviera ese brillo en eso bellos ojos de un café claro , tocar ese pelo que solo estaba rizado de las puntas era su tranquilidad, su piel era suave al tacto, sus labios eran perfectos para besar, el agua recorría todo su cuerpo sus mejillas estaban de un rosado un poco bajo, parecían dos bombones en esa cara, dos bombones que cualquiera querría morder, salió de la ducha, 5:30 de la mañana - ¿David ya estaría despierto? - no era claro que no, su horario para despertar era 8:00 o 9:30 de la mañana o cuando la luz del sol entraba por la venta y lo hacía despertar.
( Esto pasó primero básicamente es el comienzo del capitulo, decidí poner primero a David que a Damian, una disculpa si se llegan a confundir )
Se cambió, para luego volver a acostarse en su cama y solo mirar el techo, no sabía nada de David ¿Por qué su mirada era apagada? Sus labios marcaban una sonrisa pero sus ojos solo era ver un hoyo negro en el cual se reflejaba, el paso por ser molestado tan solo por ser antisocial pero era feliz, sus libros, la música, su familia lo hacían feliz no importaba que lo molestaran a diario el era feliz y ya, pero David, la primera vez que lo vio sus ojos brillaban eran dos espejos, cuando lo vio con Mia también brillaban, solo cuando entro al salón sus ojos se apagaron como una vela después de luchar contra un viento para no apagarse se terminó rindiendo, solo ver aquellos bellos ojos lo hacen querer protegerlo asta con su propia vida, amarlo, besarlo, tocarlo como si no hubiera un mañana, un dulce amor puro tal vez cura heridas del pasado pero jamás se olvidarán, menos cuando está apunto de regresar, 8:00 am ¿Cómo paso el tiempo tan rápido?, sus padres por fin se despertaron, fueron al cuarto de Damian para preguntarle si los acompañaba de compras o se quedaba en la casa, los termino acompañando, su mente necesitaba distraerse y pensar bien las cosas antes de ir a su cita .
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