Fue Una Noche De Copas

cap 2 Michel.

Estaban arto, arto de su trabajo, arto de ser el mayor y los constantes comentarios de sus hermanos y colegas.

Imbéciles!

Todos los días era lo mismo, lo criticaban por ser tan estricto y seguir reglas, siempre tan recto e inmutable...idiotas!

Acaso creen que era fácil?

Creen que él deseaba ser así?

Tener la presión de ser el mayor y jamás equivocarse o de lo contrario...

Tsk!

No queria que volviera a suceder, no queria perder a otro de sus hermanos por su debilidad.

Samael!

La culpa por la caída de su hermano, el haberlo desterrado, herido...

No fue fácil, era su hermano más cercano, su gemelo, su pequeña luz.

Muchas veces acepto la culpa por sus travesuras y acciones, incluso se oponía a su padre cuando intentaba corregirlo, solo quería protegerlo y...

Una traicionera lágrima rodó por su mejilla.

Ese fue el problema, lo sobreprotegio, lo mimo demaciado dándole total libertad, fue su descuido al permitirle ir al jardín del Edén, no era su tarea, no debió estar nunca ahí pero...pero él lo permitió, le dio carta abierta para que hiciera lo que deseará, nunca imagino que esto lo llevara a su caída.

Pero como saberlo.

Samael era el Serafín más hermoso que había pisado la tierra, tan alegre y optimista, siempre pensando en hacer feliz a los demás, jamás imagino que sus bromas y alegría lo llevarían a traer el pecado y caos al reino celestial.

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Oigan quieren ir a comer un helado, escuche de una nueva heladeria en la septima nube!

Suena bien yo me aputo.

Yo también

Yo quiero uno doble!

Sus hermanos estaban reunidos en el pasillo, planeando otra salida grupal.

Pues vamonos antes de que Michael nos obligue a trabajar de más.

No, ya no, estoy harto de llenar informes.

Por que no lo invitamos.

Olvídalo Cassius, no quiero que se amargue mi helado viendo su carota.

Azrael no seas grosero!

De todas manera...creo que a él no le gusta el helado.

Los escucho alejarse por el pasillo hablando y riendo, pero siempre era así, después de la caída de Samael, de su batalla y que fuera coronado como el primer arcángel* y comandante en jefe, todos los demás ángeles le temían, podía ver en sus ojos que más que respeto era temor, miedo a que les hiciera lo mismo que a su gemelo, incluso sus hermanos menores así como su padre le guardaban algo de rencor, él lo sabía.

Tal vez por eso se volvió estricto y solitario, para evitar que por su debilidad otro de sus hermanos volviera a caer, pero...dolía.

Depresión, ansiedad, la soledad auto impuesta, el rechazo de sus hermanos, todo eso dolía, sabía que este era su castigo por lo que le hizo a Samael, por haber fallado como el mayor y no haberlo protegido y guiado, pero aun así dolía.

Tonto Azrael.

Supone que el rechazo del pelinegro es comprensible, después de todo para Azrael Samael era su hermano preferido, su compañero de travesuras y él se lo arrebato, pero aún así nada le daba derecho de criticarlo, si era estricto era por su bien, no quería que ningún otro cayera.

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El día fue agotador y estresante, como todos los días, cuando terminó tomo un ascensor que le llevó directamente...a la tierra.

Ya llevaba un mes ahí, buscando alejarse de todo.

Su creador no tuvo problemas con dejarlo ir, la verdad dudaba que le importará, también estaba la intervención de Jesús, el nuevo hijo favorito de Dios, algo así como su nuevo hermano menor, ese pequeño nacido de una humana le recordaba a su pequeño Samael al principio de sus días, tan dulce y puro, por increíble que parezca era con el único que tenía una relación medianamente cordial, el único que no lo trataba con indiferencia y miedo, no hablaban mucho ya que este siempre estaba al lado de su padre por lo que era muy raro verlo en los pasillos del reino, pero bueno.

Volviendo al tema.

Michael se había mudado a la pequeña ciudad de Nueva Orleans, a un barrio pequeño y humilde pero acogedor, con gente agradable, esa noche decidió salir a caminar para olvidar sus problemas y el mal sabor de boca al oír a sus hermanos.

Nunca había entrado a ese bar por lo que le pareció una buena idea.

Un lugar pequeño con fachada rústica algo descuidado, pero con un ambiente acogedor, adentro las luces eran calidad y tenues, lo suficiente para admirar las mesas de madera, una vieja rocola que sonaba algo de Jaz suave, la mesa de billar y la barra, no había mucha gente por lo que el bullicio era cero.

Se sentó junto a un joven delgado de cabello rojizo y pidió un poco de tequila, quería algo fuerte para olvidar.

La vida es un asco!

Escucho decir al más joven y no tardó en afirmarlo.

Incluso para él su vida inmortal era un asco.

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Pasaron un par de minutos y ya se encontraba platicando con ese pelirrojo, era muy agradable y educado, también, porqué negarlo... atractivo.

Delgado, rasgos finos, su piel ligeramente bronceada y caderas anchas, pero lo que más le gustó fueron esos enigmáticos ojos rojos, tan profundos y brillantes como dos finas gotas de sangre.

Estuvieron hablando por más de tres horas, entre copa y copa hasta que el bar cerró y después...

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Gracias a la Santa Divinidad de su padre fueron los últimos en salir y nadie mas cruzo ese callejón porque de lo contrario...

Los gemidos de ese joven sonaban como música para sus oídos,  valla lugarcito y persona con quien se le ocurrió tener sexo, si su padre lo hubiese visto sabría que lo expulsaria del cielo, pero Michael estaba seguro que hace muchísimos siglos su padre dejó de preocuparse por él.

Tal vez lo único que lamente es el no haber preguntado su nombre a ese sexi pelirrojo.

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ok. Chic@s, este es el segundo capítulo y así es como se vería Michel en su forma humana.

Créditos a su respectivo autor.

*como dato curioso.
Según lo que e leído en la biblia y algunos videos, Miguel es el primero al que llaman Arcángel, algunos dicen que es el único y los demás son solo ángeles.

No tengo idea si eso es cierto o no (no profeso esa religión, pero si la respeto) para esta historia   será el primero y el título lo recibió tras patear el trasero de su hermano y expulsarlo del cielo.

Cosa que aún le duele.