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Su propia respiración comenzó a arder en sus pulmones mientras trotaba, cada vez mas lento a lo que se le había pedido inicialmente.

-¡Vamos soldado, solo diez vueltas mas!

-¡Si señor! - grito en respuesta con el poco aliento que le quedaba.

Sus piernas ardían, su respiración igual, todo su cuerpo dolía de afuera hacia adentro pero no podía detenerse. No cuando había llegado tan lejos.

Sus superiores veían sorprendidos como alguien de su edad y capacidad física se negaba a rendirse junto a sus compañeros quienes se veían agotados pero no mas que ella. Ella aun trotaba mientras sujetaba una gran bolsa de arena en sus hombros como si se tratara de un compañero, esta misma pesando el doble que ella para mayor dificultad, sus mejillas rojas acompañaban a su sudor el cual se perdía con la misma lluvia que caía sobre su cuerpo, dificultando sus pasos pero refrescándola al mismo tiempo.

Finalmente, cuando la decima vuelta se finalizo, el pitido del silbato de su sargento fue como un interruptor que hizo desplomar su cuerpo al barro, boqueando con desesperación por aire en sus pulmones y ahogando un grito de dolor en su garganta al sentir los músculos de sus piernas tensarse en un calambre extremo al finalmente tener un descanso.

-¡Maldición James! - su sargento se acerco con un cronometro en su mano -Sin duda alguna acabas de romper un récord en esta base, bien hecho.

-¿L-Lo logre?¿Estoy dentro, sargento? -pregunto.

-Si puedes levantarte sin mi ayuda ahora mismo, no dudes de ello soldado.

La chica gruño de dolor y apoyo las manos en el lodo comenzando a ejercer fuerza para poder levantarse por su propia cuenta, sintiendo sus brazos temblar por el esfuerzo y sus piernas no querer acatar sus ordenes de moverse. Flaqueo ligeramente bajo la mirada de su sargento pero, derramando lagrimas de dolor por el esfuerzo, pudo ponerse de pie finalmente, posicionándose firme ante su superior aun con dolor.

-Felicidades cadete James, estas dentro.

La chica sonrió a mas no poder, soltando lagrimas de felicidad pura. Por fin había entrado al ejercito después de tantas trabas en su camino, finalmente todo su esfuerzo daba frutos.

Ahora ____ James era finalmente una militar.

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A pesar de que había tenido dos días libres para poder recuperarse en la enfermería de la base, no significaba que se la iba a dar de vaga.

Había dado una buena impresión en las pruebas de admisión, no podía arruinar su imagen.

Se levanto con dolor de la camilla de la enfermería, escuchando sus huesos tronar al estirarse, soltó un ligero gemido de dolor por eso lo que alerto a una de las enfermeras en guardia, esta se acerco a ella y la volvió a sentar en la camilla.

-No debes de esforzarte así de la nada después de haberle exigido tanto a tu cuerpo -le regaño.

-Debo de entrenar...

-Lo se, pero primero calienta tus músculos si no quieres sufrir un desgarre.

La enfermera pelinegra comenzó a ayudarla a estirar su músculos, escuchando sus gimoteos dolorosos.

-Ya, ya, casi terminamos - decía la enfermera a medida que estiraba a la chica.

-Duele -murmuro en respuesta.

-¿Y como no? Niña corriste una hora completa bajo la lluvia cargando el doble de tu peso en tu espalda.

-N-No soy una niña...

Army Dreamer [König] (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora