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Con el ceño fruncido termino de tender su cama, dejándola sin arruga alguna, corriendo el cabello sin recoger de su rostro, se enderezo y negó levemente con la cabeza al ver a sus compañeras de habitación dormir plácidamente aun.

Claro que, al ser ellas de la unidad medica, no debían de mantenerse en forma para ejercer su trabajo, por lo que no tenían la obligación de levantarse a las seis de la mañana para entrenar como lo hacia ella.

Resoplo y se estiro un poco antes de tomar las cosas para su aseo personal además de una coleta para amarrar su cabello, de forma silenciosa salió de la habitación y camino a paso tranquilo hacia las duchas, yendo a la mas alejada ya que, al ser tan pocas mujeres en la base, no se molestaban en gastos para unas duchas femeninas así que las únicas que habían eran mixtas -Había descubierto que en total eran menos de diez mujeres en toda la base, la mayoría en la sección de enfermería -. Se encerró y abrió el paso de agua, desvistiéndose y metiéndose debajo de la ducha para darse un baño rápido antes de que el resto de la base despertara y tuviera un momento incomodo, sin darse a disfrutar el agua afortunadamente tibia que salía en las mañanas. Una vez lista, se seco el cuerpo y se vistió en la pequeña regadera para ocultar su desnudez, solo por si acaso, enredando la toalla en su cabeza para secar su cabello antes de salir. Se sentó en una de las bancas junto a los casilleros viendo de reojo como ya habían algunos reclutas paseando por las duchas, algunos con simplemente toallas envolviendo su cintura, saco su toalla de su cabello y con la misma termino de secar sus pies para ponerse sus calcetas y sus botas con rapidez, no quería estar allí mas de lo necesario. Tomo sus cosas e, ignorando las miradas y algunos comentarios estúpidos de sus compañeros -Los cuales, afortunadamente, no iban dirigidos hacia ella -, fue nuevamente hacia su habitación compartida, viendo a sus compañeras aun durmiendo plácidamente. Vio el reloj en la pared, el cual marcaba las 06:15 am, aun era temprano. Se acerco hacia su litera y del pequeño mueble que se le había asignado para dejar sus cosas, saco un pequeño espejo el cual uso para poder verse mientras se peinaba y trenzaba su cabello rápidamente para volver a guardarlo y salir nuevamente de la habitación una vez su estomago rugió en busca de atención.

Se dirigió hacia la cafetería, notando como habían muy pocas personas desayunando, tan adormilados algunos que casi no podían masticar bien, tomo una bandeja y se dirigió a que le entregaran su desayuno. Dos panques pequeños, los cuales por cierto se veían resecos, un poco de avena y un vaso de leche tibia. Hizo una mueca y camino a paso lento a la mesa que había usado el día anterior, notando como su compañero se encontraba allí.

-Ah, Konig! - llamo su nombre, sosteniendo la bandeja con una mano y saludándole con la otra.

Este levanto la vista y, para sorpresa de ___, se levanto rápidamente y se fue de la cafetería. La joven abrió su boca, ligeramente indignada, pero cambio la mueca a una triste, tal vez era molesta para el. Se sentó resignada, comenzando a comer su intento de desayuno, corroborando que efectivamente, los panques estaban secos, notando como Konig había dejado algo en la mesa antes de irse. Lo tomo en sus manos, planeando devolvérselo, notando una pequeña nota.

''Lo siento'' estaba escrito en el pequeño papel pegado a la magdalena de chocolate, con letra prolija y cursiva.

Inconscientemente, sonrió avergonzada y lo dejo a un lado de su plato, guardándolo en caso de que no fuera para ella y lo estuviera tomando sin permiso, tomando una cucharada de su avena haciendo una mueca asqueada.

Definitivamente metería de contrabando un paquete de sal y otro de azúcar la próxima vez que saliera de la base, no podría seguir comiendo algo tan espantoso como lo que le servían en la cafetería.

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Termino de levantar las mancuernas de 20 kilos y las dejo en su lugar, sintiendo sus brazos temblar ligeramente por el esfuerzo, sin duda alguna eran su punto débil. Tomo sus cosas y se dirigió al campo de tiro, dispuesta a mejorar un poco con las armas, encontrándose allí a quien le había estado evitando todo el día.

Estaba firme, con audífonos canceladores de sonido puestos y un arma de calibre en sus manos, se veía incluso mas intimidante de lo que ya era.

Tomo unos audífonos y otra arma de calibre, colocándose un puesto mas alejada de el para no molestarle, posicionando el arma a la altura adecuada para darle al blanco fijo a unos cinco metros de distancia, fallando estrepitosamente en darle y de paso golpeándose ligeramente cuando el arma se retrajo. Chisto la lengua y volvió a disparar, teniendo el mismo resultado otra vez con la diferencia de que dio dos pasos hacia atrás.

-Mal - la voz de Konig llego a sus oídos, ligeramente tapada por los audífonos.

-¿Como dices? - pregunto quitándoselos.

-Lo haces mal - repitió, trabándose ligeramente con su lengua.

-Ah... Si, no soy buena con los calibres -Respondió viéndole acercarse.

-Mala posición - dijo -Estas mal.

-¿Como debo ponerme? - pregunto bajando el arma. Vio a Konig titubear y hacer algo que ella no esperaba.

Le pateo el tobillo.

Soltó un pequeño gruñido por el dolor y movió el pie, el mas alto levanto las manos como en forma de disculpa y volvió a patearla, esta vez en el talón y un poco mas despacio hasta apartar sus pies a la distancia adecuada. De forma brusca le pego en el codo para elevarlo un poco a la altura predilecta y la tomo por los hombros para poder girarla y acomodarla bien.

-¿N-No es mas fácil decirlo en lugar de patearme? - pregunto sin respuesta

Era bruto y tosco, como si no acostumbrara al contacto físico con nadie.

-Dispara ahora -Ordeno.

Sin titubear le hizo caso, dando un tiro perfecto al objetivo inmóvil. Volteo su rostro para sonreírle a Konig, quien en respuesta le acomodo de forma bruta nuevamente.

-Al que se mueve.

Volvió a hacerle caso, dándole justo en la cabeza al objetivo que se movía. Esta vez festejo en silencio, sintiendo como Konig se alejaba y volvía a su puesto.

-Oye... -le llamo antes de que se colocara los audífonos - O-Olvidaste algo hoy en la cafetería.

-No -dijo -Es para ti.

___ le sonrió de lado, dejando su arma para acercársele.

-¿Y porque el ''Lo siento''?

Konig suspiro ligeramente y bajo su arma, pero si mirarle respondió.

-A-ayer fui grosero, me dijeron que estuve mal - respondió -Es mi disculpa..

La chica soltó una ligera risa -Vaya, sabes hablar mas de dos silabas -bromeo con el, viendo sus hombros destensarse y mirarle finalmente -Discúlpame tu a mi por ser tan insistente, entiendo que tal vez te guste estar en silencio pero soy muy charlatana.

El mas alto la observo en silencio, viéndola perderse en una conversación sin respuestas de su parte, tomando aire varias veces antes de decir:

-Treinta.

___ le miro, confundida -¿Como dices?

-Eso ibas a preguntar ayer - dijo -Tengo treinta.

La chica alzo las cejas, sorprendida, aunque no pudiera ver su rostro ella pensaba que seria mas joven, ya que el mas alto tenia una voz juvenil.

-Vaya...

-¿Te molesta?

-Para nada - respondió -Y-yo tengo veintiuno.. Se que no es de mucha importancia pero si me dijiste tu edad, supongo que debo decirte la mía.

Konig simplemente asintió y volvió a sus asuntos, sin mostrar que sus manos temblaban ligeramente por la interacción.

Si bien no habían hablado mucho, era un gran avance para ambos.

Para la ansiedad social de Konig.

Y la socialización de ___, quien estaba decidida a hacer que ese grandulón de pocas palabras se convirtiera en su amigo.

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Espero les haya gustado.

Se que Konig se ve medio bruto, pero entiendan a mi maquina de guerra, le da amsiedad la gente

Army Dreamer [König] (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora