Peligro en casa zarpando a Filipinas

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El sol se oculta, la oscuridad aparece y las estrellas se manifiestan en el cielo. La misa acaba de terminar y los ánimos de los asistentes están a flor de piel. El cura de la parroquía ha cumplido con su cometido, estando a poco de materializarse. El cura ordena a uno de sus feligreses ir por "El sacrificio" por lo que el feligres sale corriendo. Mientras Agustín estaba meditando, pensando el como escapar de su cautiverio. De repente se escucha abrir la puerta, y esta se abre. El feligres entra a la habitación, esto pone nervioso al niño. La cara de perversidad del hombre es irreconocible, como si tratase de otra persona. El enfermo hombre alza su mano lo más que puede para después este azote los gluteos de Agustín. El sayayin sintió un dolor indescriptible, por lo general resistiría el dolor que otra persona le infringe, pero desde que su cola es tensada, su fuerza y su tolerancia al dolor había disminuído. Para el feligres le resulta extasiante lo cual se le empezaba a hacer una erección en sus pantalones. Después voltea al niño sayayin, Agustían está a punto de llorar y el feligres le da otro azote con su mano a los testículos. El niño sin soportar el dolor empieza a gritar. Para mala suerte el sayayin este no puede hacer que sus gritos se oigan ya que su boca estaba amordazada. Una erección se presenta en el pene del niño, esto llega a emocionar al feligrés. El asqueroso feligrés masturba al niño hasta hacerlo venir. El feligrés al terminar su fechoría, se lleva de la cola a Agustín. Al llegar al centro de la iglesia el cura le dice a dónde llevarlo y que tiene que hacer una vez llegando ahí. Mientras el cura se dirige a los demás feligreses, el sujeto que tiene a Agustín se marcha a la cima de un cerro. Una vez llegando allá el feligrés ata la cola de Agustín en una hoguera improvizada, la hoguera está apagada así que el sayayín tiene tiempo para hacer algo para salvarse.

Mientras el papá, la mamá, algunos primos y trabajadores de la familia Iturbide arrivan a la parroquía de Valladolid, se dieron cuenta de que era demasiado tarde: Se habían llevado a su pequeño y nunca más lo podrían volver a ver. Desconsolados lloran la pérdida de su pequeño Agustín.

-¿Por qué? ¿Por qué no pudimos hacer nada? Uno de los primos maldice.

-¡Maldita sea! ¡Dios!

-¡¿Por qué no te llevas mi alma en vez de la de Agustín?!

Cuando ven salir al sacerdote, estos se avalanzan para exigir explicaciones son interrumpidos por los feligreses.

-¡Oigan! ¡Oigan! ¡Oigan! ¡Oigan! ¡Oigan! Repetía uno de los feligreses.

-¿DÓNDE ESTÁ? La señora Iturbide pregunta.

-¡Ya no está aquí! El sacerdote responde.

-DIMEEEE... Exige Josefa.

De eso la señora lanza un golpe hacia el sacerdote, tirándolo. El señor está en shock y con un labio abierto donde derrama sangre, él se levanta y la doña espera. Todos quedan expectantes:

-AHHHHHHHHHHHHHHHHHH.- El sacerdote de Valladolid grita.

El cura se lanza contra la señora Iturbide y queriendo golpearlo, solo que los feligreses y la familia se ponen en medio. Pero los animos se incrementan, algunos golpes y empujones provocan que haya una trifulca. Para mala fortuna de la familia Iturbide y sus trabajadores ellos estaban en desventaja puesto que los feligreses era mayoria. Los feligreses les dan una tunda y se los llevan a las mazmorras.

 Los feligreses les dan una tunda y se los llevan a las mazmorras

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⏰ Última actualización: Oct 17 ⏰

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