NUEVA YORK | 2024
Ya me dolían los pies de tanto correr, ya no tenía aliento, hacía tiempo que no corría desesperadamente así. El auto negro me persiguió más allá de lo que podía correr, a gran velocidad, luciendo como un monstruo detrás de mí. Sólo el ruido de los neumáticos arrastrándose como el infierno en mi sombra.
--- ¡Mierda! --- Me maldije a mí mismo, girando mis pies para correr por un callejón oscuro.
El vehículo giró bruscamente y el conductor salió justo detrás de mí. Luché por escalar un muro alto que bloqueaba el paso por donde quería escabullirme. Mis pies no podían dejar de correr ni por un segundo, y mi visión ya oscurecida me hacía temer lo peor.
Era rápida, ágil y muy astuta. Sabía cada uno de mis pasos, cada movimiento que haría y cada callejón en el que entraría para esconderme.
Y lamentablemente no era la primera vez que no lograba entrar a una calle donde había un muro más grande del que podía saltar y agarrarme. Todavía no lo había memorizado todo como debería, cada calle, cada alcantarilla, cada centímetro de esta ciudad debería estar en mi mente como un examen de matemáticas.
--- Te tengo.... --- Dijo la sombra, en algún lugar donde no podía verla tan bien como quería.
Sonreí burlonamente, todavía intentando corregir mi estupidez. La sombra cargó contra mí, sosteniendo dos navajas en sus manos. Me arrastré bajo sus piernas de un solo salto. Me volví para correr de nuevo, pero el cuello de mi sudadera me detuvo.
Sostuve firmemente la mano de la persona que me estaba agarrando y la tiré contra mi ropa para que su cuerpo se presionara contra el mío y el agarre se aflojara. Le torcí la muñeca, girando mi rostro hacia adelante y tomando su brazo con la misma intensidad. La sombra se alejó acariciando su muñeca, le di una patada en el estómago, pasando mis pies por debajo de los suyos, haciéndola caer al suelo.
Intenté correr una vez más, por terquedad, y terminé en el suelo cuando me jalaron la pierna. Arrastrándome, la sombra movió su cuchillo hacia arriba, indicando que terminaría su trabajo. Incliné mi cuerpo hacia atrás, llevándola conmigo y haciéndola caer a un lado. Hice una voltereta hacia atrás y me subí encima de su vientre, ahora ella estaba abajo. Apreté su cuello tan fuerte como pude mientras ella luchaba debajo de mí, agarrándose de mi abrigo para detenerme. Para cuando su cuerpo y su agarre cayeron sobre mis manos, se había desmayado.
--- Maldita sea… --- Suspiré, levantándome y arreglando mi ropa, viendo su cuerpo completamente débil en el suelo.
Me di vuelta para descansar, hasta que sentí que mis hombros giraban rápidamente y mi cuerpo era arrojado al suelo.
--- Perdiste. --- Susurró la sombra, levantando su cuchillo una vez más contra mí, por encima de mi cuerpo. Cerré los ojos y esperé lo peor, hasta que el objeto quedó incrustado en el suelo junto a mí. --- Nunca aprendes que no se debe descansar en una pelea.
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ᴀɴᴛɪ-ᴛɪᴛᴀɴ² | Tom Kaulitz.
Ngẫu nhiênDiecisiete años después de la supuesta muerte del asesino Hel, Tom Kaulitz creía que su vida finalmente se había estabilizado. Al vivir con un nombre diferente y mantenerse alejado de sus seres queridos, el mayor de los Kaulitz juró nunca volver a l...