Chapter 2

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Shoyo volvió a su hogar luego de un día ajetreado, observó con tranquilidad como Natsu dormía y volvió a cerrar su habitación. Era de noche, se la había pasado toda la tarde en el club y no había tenido tiempo para comprar comida. Su madre estaba también acostada, demasiada enferma para siquiera moverse, lo único que la mantenían viva eran las pastillas y el alcohol que mezclaba con ellas. Shoyo preparó su abrigo y se llevó la llave de su casa, cerró la puerta y comenzó su largo viaje hasta el supermercado. Su casa le quedaba muy lejos de la pequeña ciudad, pero no le importaba, le gustaba salir a caminar para hacer las compras. Tenía hasta su propia bolsa de ceda con figuras de gatos para disfrutar más llevar los alimentos. Cuando llegó al supermercado, fue hacia los conocidos pasillos a tomar unas latas de sopa. Las latas estaban cambiadas de lugar, ya no estaban abajo del todo, ahora estaban en lo más arriba del gran mueble. Shoyo se quejó fastidiado, pero había una fácil solución para todo: preguntarle a alguien para que lo hiciera por él. Notó la espalda de un chico justo atrás de él, al parecer estaba concentrado en las legumbres. Shoyo se atrevió a tocar su hombro y llamar su atención.
"Oye, ¿Podrías ayudarme a alcanzar esa lata? Por favor..." pidió de forma cortez, esperando recibir el mismo trato, pero el chico sólo se volteó y lo observó con amargura. Era un beta, no emanaba ningún olor, pero podía sentir su disgusto. "Perdón." Se disculpó y de inmediato trató de irse, pero una fuerte mano agarró el cuello de su chaqueta.
"No digas eso." Dijo aquel muchacho con un tono aún más escalofriante. Hinata se sintió abrumado, quería escapar, jamás había visto un beta tan enfurecido. "Tú eres Hinata Shoyo, ¿Verdad?"
"Eh... sí." Afirmó con desconfianza. El muchacho lo agarró y lo arrastró hasta afuera del supermercado. Shoyo quería llorar y gritar, pero no podía ¿Quién querría ayudarlo? Era inútil.
El chico se detuvo en una plaza, dejó caer el cuerpo del omega en el césped del lugar. Shoyo cayó de rodillas, y de forma patética comenzó a llorar. Por suerte no había nadie a esas horas de la noche, pero la vergüenza tiñó sus mejillas de rojo.
"Tú me quitaste a Goshiki, eres una puta barata." Y lo peor es que tenía razón. No podía enojarse con él beta, simplemente no podía. Quizás era su pareja y él se había entrometido por unos simples billetes. "¿Te gusta que te follen por la boca chicos grandes? ¿Sabes qué? Tengo una polla grande, ¿Qué tal si me la chupas aquí y ahora, en público? Tal y como te gusta que te vean."
El beta bajó sus pantalones y dejó al aire su miembro. Era grande para ser un beta, Shoyo sintió su garganta arder de tan solo imaginarlo. Los lamentos y disculpas no fueron escuchados, el beta atrapó el rostro de Hinata y lo obligó a chupar su polla en aquel lugar público. Las embestidas eran veloces y bruscas, haciendo casi vomitar al omega atrapado.  Hinata tenía arcadas, la polla golpeaba con mucha fuerza contra el punto débil de su garganta, el punto que siempre tocaba con sus dedos para vomitar. Cuando aquel beta se corrió, liberando todo el esperma, Hinata cayó en el suelo, vomitando a un costado todos los fluidos. El beta lo pateó y lo volvió a poner de pie, luego lo empujó y lo dejó de espaldas al suelo.
"Abre las piernas." Ordenó el beta, Hinata obedeció y abrió las piernas con su cuerpo temblando. En un instante, sus pantalones y boxers fueron bajados y sintió la brisa helada de la ciudad golpear su piel. El beta se puso entre sus piernas y metió su polla de golpe en su agujero. Hinata estiró su cuerpo y combulsionó levemente por el gigantesco dolor.
"¡No acabes adentro! ¡N-no quiero terminar embarazado!" Rogó Hinata mientras su cuerpo temblaba y más lágrimas caían de sus ojos de ciervo.
El beta no tuvo piedad y acabó adentro de él, formando un nudo doloroso en el proceso. Hinata se retorcía al sentir el nudo dentro de él, era ardiente y sentía pinchazos de dolor. Cuando se deshizo el nudo, Hinata pudo suspirar de alivio mientras lloraba aterrado.
"¿Qué te parece mi semilla, eh? ¿Goshiki te seguirá buscando cuando tengas una panza enorme y un cuerpo destruido por parir mi hijo?"
Shoyo no contestó, lloraba desconsolado como un niño pequeño. Se sentía débil, incapaz de a penas hablar. Su mandíbula le dolía, la sensación de su garganta era asquerosa y sentía su cuerpo con aún más asco. El beta se subió sus prendas y lo dejó abandonado. Hinata regresó a su hogar temblando, pero secando sus lágrimas para no preocupar a su familia.
A los pocos días, volvió a ver al beta en el torneo de primavera. Estaba al lado de Ushijima Wakatoshi, era su armador de confianza, Shirabu Kenjirō. Hinata tuvo que contener sus feromonas de terror y trató de concentrarse en su libreta. Sus manos temblaban al agarrar su lapicero, pero trató de ignorarlo y mantener la calma. El miedo de quedar embarazado por ese beta recorrió todo su cuerpo, no quería, no lo deseaba, quería tener un hijo deseado, no uno no planeado. Hinata no pudo contenerse y acabó yendo al baño a llorar sin consuelo. Entró a un cubículo y trató de llorar en silencio, pero era casi imposible. Muchachos entraban y salían del baño, todos jugadores de volleyball que utilizaban los baños pata relajarse antes del partido. Justo cuando creyó que nada más podía empeorar, Futakuchi se puso en frente de su puerta a burlarse de él.

"Vaya, no sabía que también trabajabas gratis." Dijo con arrogancia y burla, tratando de corromper más al omega que ya estaba quebrando en llanto. "¿Por qué lloras como marica? Ah, cierto ¡Lo eres!" Golpeó la puerta del cubículo un par de veces, asustando a Shoyo que tenía cerrada la puerta. El corazón de Hinata comenzó a latir frenéticamente al ver otros pies en frente de la puerta, Aone Takanobu también estaba allí, y él sí eta capaz de romper la puerta. El omega nervioso y asustado comenzó a liberar feromonas de auxilio, pero nadie más estaba allí para ayudarlo. "¿Tan imbécil eres? ¿Qué pasa que lloras tanto? ¿Acaso esta vez un vagabundo te dejó en cinta, puta regalada?"

"Ya es suficiente, Futakuchi, vámonos. "

"Espera Aone, aún no termino." De repente, Futakuchi sonrió y golpeó con fuerza la puerta, haciendo que Shoyo se sobresaltara. "¡Vamos, abre la puerta! ¡Voy a darte un regalo!" Luego dejó de golpear la puerta, escuchó con gusto los lloriqueos de Hinata y luego miró a Aone con determinación. "Aone, abre la puerta."

Aone incapaz de decir que no, aceptó sin dar vueltas en el asunto. Le dio un gran puñetazo a la manija de la puerta y la abrió. El omega adentro del cubículo estaba tirado en el suelo, acurrucado con sus propios brazos para defenderse de los golpes. Futakuchi sonrió victorioso y le dijo a Aone que vigilara la puerta. Se adentró al cubículo y cerró la puerta ya rota. El omega fue agarrado, lo puso encima del retrete con la tapa baja y comenzó a quitarle la ropa mientras lo maldecía en el proceso. Hinata sólo lloraba, con su boca tapada por la mano de Futakuchi para no gritar...

Futakuchi metió su miembro adentro del omega, hizo un nudo y terminó por asegurar su embarazo.

Omega- Hinata x AllDonde viven las historias. Descúbrelo ahora