La llegada

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Era un día lluvioso, recién llegábamos a nuestro nuevo hogar desde Arkansas, a decir verdad era mucho mejor, no me agradaba el clima deprimente pero era algo con lo que podría vivir, el lugar tenía un nombre muy peculiar "Departamentos el palacio Rosa" . Le pertenece a una mujer mayor, que lo convirtió en diversos apartamentos, el nuestro es el más grande ya que por lo que mis padres mencionaron tiene dos pisos.

Aún faltaban 30 minutos de camino para llegar al palacio rosa, mis padres comenzaron a hablar mucho del lugar, las puertas, el baño, la cocina etc.. Pero algo llamó mi atención.

-Clark, ¿ ya has oído la historia de Coraline? .- preguntó mi padre mientras seguía conduciendo, a lo que negué con la cabeza.

-Bueno, hace no mucho una familia se mudó al palacio rosa, Coraline hija única de la familia desapareció sin dejar rastro. Durante mucho tiempo la policía buscó en los alrededores, en el pozo, en las habitaciones, hasta incluso debajo de las piedras, pero no encontraron absolutamente nada. Sus padres no pudieron soportar el dolor que les causaba y se mudaron lejos. Y ahora ocuparemos esa casa.-Terminó de contar tranquilamente.

Me asustó la historia a decir verdad, abracé algo fuerte a mi gato y le reproché.- Si una niña desapareció, ¿porque nos mudamos al mismo lugar no es acaso un poco tétrico?.- Pregunté exaltada, mi padre echó a reír y por el espejo retrovisor me miro.-Cariño, son solo rumores, además tu madre y yo nunca dejaríamos que nada te pasara.- Dijo con dulzura, sus palabras me tranquilizaron en verdad, hace no mucho había escuchado el caso de un niña que desapareció sin dejar rastro en Portugal y por alguna razón creí que me sucedería a mi.

Por fin después de un largo tiempo llegamos al famoso "Palacio Rosa " era un lugar muy lúgubre lleno de humedad, un día nublado y deprimente, la casa tal como lo decía su nombre, era rosa, para mi sorpresa no estaba para nada deteriorada por fuera. La mudanza avisó que llegaría tarde por lo que junto a mis padres entramos a lo que sería nuestro hogar por algún tiempo.

Fui la primera en adentrarse con mi gato Steve en brazos, estaba emocionada, el lugar era incluso más grande que nuestra antigua casa, recorrí cada rincón de aquel "Palacio" algunas goteras, una gran alfombra color hueso, que por más que intentara saltar sobre ella no se acomodaba. También había un cuadro de un niño triste, sinceramente perturbador.

Mientras inspeccionaba la cocina, algo cayó sobre mi cabeza, provocando que soltara a Steve del susto, miré hacia arriba y luego hacia abajo, solo para encontrarme con una llave muy peculiar. Una llave de botón, al parecer estaba colgada en aquel clavo sobre la entrada de la cocina.

De inmediato corrí con mi mamá a enseñarla, no le tomó mucha importancia, cuando está estresada su temperamento suele ser explosivo. Mis padres me ponían atención, aún cuando tenían mucho trabajo, pero a veces como es inevitable había peleas. Al igual que yo, mi padre amaba explorar los alrededores , por lo que pasaba incontables horas e incluso días fuera de casa, lo que a mi madre le molestaba.

En fin, dijo que los antiguos dueños la debieron haber olvidado y me ordenó ir a otro lado ya que le podría estorbar en la mudanza. Guardé la llave en mi bolsillo y salí a explorar a los alrededores con Steve, él era muy curioso, le gustaba cazar alimañas y explorar por las noches.

Lo único que había eran grandes pinos y mucha pero mucha niebla que nos nublaba por completo la vista, durante nuestra "expedición" nos encontramos con un gato negro de ojos azules precioso, para mi sorpresa él y Steve se llevaron bien. Le di una caricia, a lo que él respondió con un ronroneo, el gato comenzó a caminar a nuestro lado, haciéndonos compañía. Después de un rato encontré un pozo, estaba lleno de lodo en la parte superior. Me aparté de él mirándolo detenidamente, casi caía en él, el lugar no me daba buena espina, por lo que le eché una mirada rápida y volví a mi hogar para ayudar a desempacar.

Mis padres estaban emocionados, por fin un lugar se acoplaba a sus necesidades, en la cena se les notaba lo contentos que estaban, en cambio por mi parte me encontraba nerviosa desde que visité aquel pozo e incluso cuando encontré la llave, algo no me terminaba de gustar de aquel lugar. Terminé mi cena y me retiré, mis padres no notaron cuando me fui a mi cuarto.

En aquella habitación solo estaba mi cama y unas cuantas cajas que faltaban por desempacar, el cuarto era gris y la pintura de la pared comenzaba a caerse. Salí de la habitación para lavarme los dientes y cuando regresé había una muñeca de trapo sentada en mi cama, con miedo me acerqué a ella.

Lucía idéntica a mi, cabello grisáceo y largo, además estaba usando una falda de mezclilla con mallas negras, unas botas negras, un suéter azul y una gorra japonesa negra. Lucía adorable, sin embargo poseía unos ojos de botón negros, pensé que seguramente mis padres la mandaron a hacer para compensarme de alguna manera que nos hayamos mudado, tomé la muñeca y me fuí a dormir, abrazándola.


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Me levanté de madrugada asustada y con sudor en mi frente, acababa de tener el sueño más horripilante de todos. En el sueño una chica de cabello azul, pedía mi ayuda, al parecer estaba escondida, en un lugar frío, oscuro y lleno de humedad, la imagen cambiaba y delante mío tenía a una mujer muy alta con ojos de botón como los de mi muñeca, manos de aguja y una cara estirada que gritaba con odio "Coraline, Coraline", de repente aquella mujer araña saltó directo hacía mí haciendo que despertara.

Coraline, como la chica que mencionó Papá en el auto, ella había desaparecido y al parecer yo la había visto con mucha claridad, eso era imposible, tal vez era una representación que mi misma imaginación le había dado a mis mayores temores. Tomé mi muñeca y fui directo al cuarto de mis padres a dormir, de tan cansados que estaban ni siquiera notaron mi presencia. Aún estaba temblando de miedo, que era lo que aquella chica me trataba de decir, me dije a misma antes de volver a dormir, ahora en la seguridad de mis padres.

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⏰ Última actualización: May 25 ⏰

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