4

701 87 1
                                    

Al día siguiente, después de un intenso día de prácticas, Sergio Pérez regresó al hotel agotado pero satisfecho con su desempeño en la pista. Al entrar en su habitación, encontró un caos: la ropa de su hijo, Kevin, estaba esparcida por todo el cuarto, creando un desorden considerable.

El olor de su hijo alfa,era un poco a mezcal con pequeños toques a vainilla co  chocolate,muy diferente a su olor de el.

Pues el color de checo era de mazapán,con toques de arroz con leche e chapurrado de chocolate.

Pero sergio, que valoraba la disciplina y el orden,pues recordaba como limpiaba su cuarto cuando apenas había llegado a Europa, sintió que la paciencia se le agotaba. Se dirigió a Kevin, que estaba tumbado en la cama, mirando su teléfono sin preocuparse por el desastre a su alrededor.

—Kevin, ven aquí un momento —dijo Sergio, tratando de mantener la calma en su voz,pues tampoco quería usar su voz de Omega dominante, sorpresa!,checo es omega Dominante tal como su hijo,aunque ninguno lo parezca.

Kevin levantó la mirada de su teléfono y se acercó a su padre, notando la seriedad en su expresión.

—¿Qué pasa, papá? —preguntó, algo irritado por la interrupción.

Sergio señaló la ropa tirada por el suelo.

—Mira este cuarto, Kevin,no puedes dejar tu ropa tirada así por todas partes,no chingues pendejo este es un hotel, no tu cuarto de juegos en casa de Saul. Necesitamos mantener todo en orden, especialmente cuando estamos fuera de casa.-

Kevin rodó los ojos, claramente molesto por el regaño.

—Papá, no es para tanto. Voy a recogerlo luego.-

Sergio frunció el ceño, decidido a no dejar pasar la actitud despreocupada de su hijo.
—Kevin, ya tienes casi 19 años. Es hora de que asumas más responsabilidad por tus cosas. No estoy pidiendo algo imposible, solo que mantengas tus cosas en su lugar. Esto no es solo una cuestión de orden, sino de respeto por el espacio en el que estamos,así que ningún luego,huevón este! Ahorita lo vas hacer!- le termino hablando checo a su cachorro con su lengua natal,pues cuando estaba enojado se le salía.

Kevin suspiró, sabiendo que su padre tenía razón, aunque no quería admitirlo.

—Está bien, lo recogeré ahora mismo.-

Sergio asintió, su expresión se suavizó un poco.

—Gracias, hijo. No es que quiera molestarte, pero es importante que aprendamos a cuidar de nuestras cosas. Te ayudará mucho en la vida.-

Minutos después, Kevin veía su cochinero,y era mucho,vio que su papá salió del cuarto, entonces después de que Sergio Pérez dejó la habitación, Kevin, su hijo, se quedó solo. Pensó que su padre estaba exagerando con el regaño sobre el desorden en la habitación y decidió relajarse un poco más. Sin embargo, apenas Sergio cerró la puerta, Kevin dejó de recoger y volvió a distraerse con su teléfono.

Lo que Kevin no sabía es que Sergio había olvidado algo y regresó a la habitación unos minutos después. Al entrar, vio que Kevin no había hecho ningún progreso en la limpieza y estaba de nuevo absorto en su teléfono.

Sergio suspiró, decepcionado por la falta de responsabilidad de su hijo. Decidió que era hora de enseñarle una lección sobre la importancia de obedecer las instrucciones y cuidar sus cosas.

Kevin, te dije que recogieras tu ropa —dijo Sergio con firmeza.

Kevin, sorprendido por la repentina reaparición de su padre, se sobresaltó y miró hacia arriba, culpable.

Un Álvarez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora