La llegada

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Hace mucho en el mundo de Welthill existían 5 viejos reinos, Daruun, Rioce, Lazelt, Acol y Corsoond, estos reinos, nunca estaban de acuerdo y siempre entraban en guerra entre ellos, todos eran muy diferentes, solo 1 cosa los unia, su historia.
Según la leyenda, antes los nombres eran de 5 reyes, un día llegó una jovencita muy hermosa, los reyes queriendo se casar con ella, pensaban eliminar a la competencia y todos trataron de matar a los que alguna vez fueron sus compañeros.
Un día el rey Acol envenenó una copa con la esperanza de que muriera el rey Daruun, no resultó como esperaba y terminó muriendo la joven, ese suceso marcó una división entre esos reyes, todos tenían sospechas de que el asesino era Daruun, debido a que era muy serio y debido a eso todos se peleaban contra todos, un día, Daruun consultó a una adivina, está a su vez, le dió una profecía.

"El bien y el mal que formaban una persona, un día se dividirán, cuando llegue aquel día, el cielo y la tierra temblarán, se unirán los 5 reinos y el bien ganará, solo hasta aquel día, la guerra no cesará"

El rey Daruun, pasó está profecía a todos sus descendientes con la esperanza de ser este reino bajo el cual se unifiquen los demás.

Ahora en la actualidad en el reino de Daruun, el rey que consideraba a las personas como compañeros y no como sirvientes de menos valor, siempre estaba al pendiente de las problemáticas de su reino y aunque era un reino un poco débil no carecia de humanidad.

Justo un día llegó un extraño viajero, nadie sabía dónde se hospedaba, que deseaba o como se llamaba, sin embargo, siempre lo veían en el reino, al principio nadie le tomaba importancia, pero con el tiempo levanto sospechas, algunos decían que llegó al reino con la intención de estudiar los puntos débiles de la ciudadela para después planear un buen ataque, otros sospechaban que buscaba algo en ese reino y algunos más, pensaban que era un anima deambulando por ahí esperando atacar, como sea, nadie se quería juntar con él.

Por su parte, este viajero, siempre llegaba a la ciudadela cubierto por una capa que cubría en gran parte su rostro, solo llegaba por provisiones y se marchaba. Siempre acampaba a las afueras de la gran muralla del Reino y esperaba pacientemente a qué el rey escuchará sobre el.
Pasaron, varios días, se le veía muy seguido en la ciudadela, incluso, algunos afirmaban que se encontraba en 2 lugares a la vez, siempre venía con dinero y se preguntaban constantemente, si no se lo robó a otras personas.
Un día cuando estaba comprando comida, unos caballeros reales le pidieron que fuera al palacio, llegó finalmente su momento, el rey era un viejo muy serio y le preguntó.

-Cual es su propósito aquí en Daruun- dijo el viejo mientras se sentaba en su trono.
-Estoy aquí con el simple propósito de cumplir una misión- decía con un tono de voz serio y sin miedo -Deseo ser caballero de Daruun-
-Para llegar a serlo, debo saber quién es, que tan bueno es con la espada o que tan fuerte es, si es mago o no y también, verlo pelear, después de eso, pensaré en todo y veré si eres digno de llamarte caballero de Daruun y además, si no nos traicionarás-
-Estoy listo para la prueba que decida ponerme-
-Primero dime quién eres-
-Soy Archibald Aragon-
-Te me haces conocido, ¿no es tu padre Arthur Aragon?
-Si, si es, ¿como lo supo?
-Te contaré el porque, después de verte pelear-
-Está bien-

Después de que le dieran una armadura ligera y una espada a Archibald, lo pusieron en una arena especial para entrenar, era una arena con puertas mágicas, las paredes estaban hechas de amazonita, una piedra capaz de frenar la magia y contenerla, una vez adentro, el mago de la corte, conjuró un hechizo que creó un escudo mágico al rededor de la arena, para evitar que los ataques salieran de la arena.

-Archibald, te enfrentarás a Galeón, uno de los caballeros de la mesa redonda, muéstranos todo lo que sabes, incluyendo magia y después veremos si llegarás a ser caballero-

Galeón era un caballero un poco débil, pero, lo que le faltaba de fuerza, lo tenía en magia e inteligencia, era algo delgado, pero tenía un gran corazón, no era muy atractivo pero aún así, tenía aptitudes de caballero.

Empezó la batalla, Archibald era bastante bueno con la espada y su forma de pelear, era curiosa para el rey, no solo usaba la espada, si no, que alternaba con magia, sabía un poco de estrategias militares y por si fuera poco, era demasiado inteligente. Era una batalla de magia, astucia y fuerza, el rey viendo como peleaba Archibald, pensó en enfrentarlo otra vez, pero con un caballero distinto y que sabía que terminaría derrotando.

Archibald termino venciendo a Galeón después de una buena batalla, por lo que el rey pensó en enfrentarlo con Lothar, el caballero más fuerte de ese reino.

-Ahora lucharás con Lothar, el caballero más fuerte de este reino-
-Está bien, todavía puedo-

Lothar era un caballero, alto, fuerte, inteligente, humilde, generoso, tenía una alta destreza militar y sabía bien como ocupar la magia. Era casi imposible que lo derrotaran en una batalla justa.

Cuando dió inicio la batalla, ninguno de los 2 se movían de sus lugares, analizaban fuertemente a su oponente y el que dió inicio a esta batalla fue Lothar, ambos dieron una fuerte batalla, tanto en magia como en fuerza, ambos alcanzaban una fuerza increíble, solo se veían destellos y choques entre espadas, después de una ardua batalla, se hizo una nube de polvo y cuando el polvo se comenzó a desvanecer, ocurrió algo que dejó perplejos a todos, Lothar estaba tirado en el suelo, esto indicó al rey que si bien no conocía del todo a Archibald, sería de mucha confianza para el, Archibald por su lado, apenas estaba de pie mientras estaba apoyado sobre su espada, se terminó callendo al suelo después de unos segundos...

La misión de un caballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora