𝐋𝐄𝐆𝐀𝐂𝐈𝐄𝐒⎮❝Cuando somos jóvenes nos enseñan la diferencia entre los héroes y los villanos. Entre el bien y el mal. El salvador y la causa pérdida❞
╰─► ❝ 𝖵𝖾𝗇𝗀𝗈 𝖽𝖾 𝗎𝗇𝖺 𝗀𝗋𝖺𝗇 𝖿𝖺𝗆𝗂𝗅𝗂𝖺 𝖽𝖾 𝗏𝗂𝗅𝗅𝖺𝗇𝗈𝗌.♡ ;࿐
☺︎︎「 𝐄𝐍 𝐃𝐎́...
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Klaus entró de golpe al despacho donde estaba Qetsiyah haciendo sobresaltar a la bruja Bennett.
─ ¡Klaus! ─ ella lo miró mal ya que no previno su inesperada visita.
─ Debemos hablar ─ dijo él cerrando la puerta de golpe y sentándose delante de ella.
Qetsiyah levantó sus cejas al escucharlo, suspiró asintiendo con su cabeza.
─ ¿De qué? ─ preguntó Qetsiyah.
─ Davina está embarazada de mí ─ contó Klaus.
Qetsiyah no se vio nada sorprendida al escucharlo, y Klaus lo pudo notar muy bien, eso le hizo saber de que ella ya sabía sobre el embarazo de Davina.
─ ¡Felicidades! ─ aplaudió Qetsiyah.
Klaus entrecerró en su dirección, golpeó con sus manos el escritorio con un poco de fuerza.
─ ¿Felicidades? ─ Klaus elevó su voz mirando a Qetsiyah con incredulidad y molestia ─ mí hija probablemente no va a nacer por tu causa.
Qetsiyah levantó sus cejas al escuchar su acusación.
─ ¿Mí causa?, perdoname pero yo jamás te obligue a acostarte con Davina, lo hiciste porque quisiste ─ dijo Qetsiyah.
─ Si, pero sé que hiciste algo en mí mente, no lo niegues ─ murmuró Klaus.
Qetsiyah suspiró masajeando sus sienes mientras cerraba sus ojos por un momento.
─ Tranquilo ¿si?, tu hija va a nacer aún si te castran ─ dijo Qetsiyah.
Klaus frunció su ceño al escucharla y a la vez soltó un suspiró de alivio al saber que su hija de igual manera iba a nacer.
─ ¿De verdad?
─ Si.
─ ¿No me estarás diciendo ésto solo para que no te moleste más, cierto?
─ No.
─ ¿Davina lo sabe?.
─ No, pero deberías decirle ─ recomendó Qetsiyah.
Klaus asintió, entonces se levantó del asiento y luego caminó hasta la puerta del despacho y la abrió.
─ Gracias.
─ De nada, vuelve cuando quieras, pero a la próxima toca la puerta antes de entrar ─ dijo Qetsiyah.
Klaus rodó sus ojos antes de irse de ahí sin decirle nada y dejando a Qetsiyah sola de nuevo.
─ Necesito que Elijah me de clases de paciencia para no matarlo ─ murmuró la Bennett.
[...]
A la mañana siguiente todos se levantaron como de costumbre, desayunaron, otros bebieron sangre, y finalmente fueron a dónde Qetsiyah los esperaba como cada día.
