The Writer and the Muse/El escritor y la musa

Capítulo 1: El misterioso recién llegado

El sonido de las conversaciones murmuradas llenaba el aula cuando el profesor carraspeó, llamando la atención de los estudiantes. "Clase, tenemos un nuevo compañero hoy. Por favor, denle una bienvenida cálida." Todos los ojos se dirigieron a la puerta, donde un chico alto y delgado entraba lentamente. Tenía el cabello oscuro, casi negro, que caía desordenado sobre su frente, y llevaba unos cascos grandes que bloqueaban el ruido a su alrededor. Su mirada era intensa, casi impenetrable, y su presencia emanaba una mezcla de misterio y melancolía que no pasó desapercibida.

El profesor sonrió, aunque se notaba una ligera incomodidad en su gesto. "Adelante, preséntate a la clase."

El chico se quitó los cascos con una lentitud calculada, dejándolos colgar alrededor de su cuello. Miró a sus nuevos compañeros con una expresión seria, casi desafiante. "Hola," dijo, su voz grave resonando en el aula, "mi nombre es Emilio Frye, tengo 17 años y mis aficiones son escuchar música y escribir."

Hubo un silencio momentáneo mientras todos asimilaban su presentación. La voz de Emilio tenía una cualidad hipnótica que hizo que incluso los estudiantes más distraídos prestaran atención. Algunos murmuraron entre ellos, intrigados por el nuevo chico que parecía salido de una novela gótica.

Sin decir más, Emilio se dirigió al fondo del aula. Sus pasos eran tranquilos y seguros, y no parecía prestar atención a las miradas curiosas y admirativas que lo seguían. Encontró un asiento vacío junto a la ventana y se dejó caer en la silla, mirando al exterior con una expresión pensativa.

Mientras el profesor retomaba la clase, la presencia de Emilio seguía siendo el centro de atención. Algo en su forma de ser, en su voz y en su actitud, había dejado una marca en todos. Era como si hubiera traído consigo un pedazo de oscuridad y misterio, y la clase no podía evitar sentirse atraída hacia él.

Sin embargo, había una excepción: Margaret. En lugar de dejarse llevar por la fascinación colectiva, ella observaba con interés científico las reacciones humanas ante la llegada de este nuevo factor que alteraba su cotidianidad. Sus ojos analizaban cada gesto, cada susurro, encontrando en ellos material para su futura carrera como socióloga.

Cuando llegó el recreo, la emoción en el ambiente aumentó. Las chicas se agruparon, conspirando sobre cómo acercarse al misterioso Emilio, mientras los chicos del salón se sentían irritados por la repentina admiración hacia el recién llegado.

Emilio, ajeno a todo esto, se dejó caer en una de las bancas del patio. Colocó sus cascos sobre sus oídos y sacó su celular, inmerso en una conversación que parecía alegrarlo visiblemente. De lejos, cualquiera podría notar su expresión de satisfacción y preguntarse con quién estaba chateando.

La curiosidad crecía en torno a él, pero Emilio permanecía en su propio mundo, dejando a su alrededor una estela de enigmas sin resolver.

De manera repentina, Margaret se acercó a Emilio, decidida a comprender mejor a aquel chico que parecía capaz de desequilibrar una tranquilidad en una balanza bien establecida. Emilio, sorprendido por la presencia de una figura frente a él, levantó la mirada con curiosidad y se quitó los cascos. Antes de que alguno de los dos pudiera decir algo, un grupo de chicas se aproximó rápidamente.

"Emilio, ¿verdad?" dijo la líder del grupo con una sonrisa demasiado amplia. "Un gusto, soy Carmina, y ellas son mis amigas Becky y Mónica." Carmina miró a Margaret con desdén antes de continuar. "¿Qué te parece si te damos un tour por la escuela? Te recomendamos no juntarte con esta muchacha. Hay rumores de que es una drogadicta y de que se prostituye. Será mejor que vengas con nosotras."

Sin esperar respuesta, Carmina agarró a Emilio del brazo y lo alejó de la presencia de Margaret. Emilio lanzó una última mirada a Margaret, cuyos ojos reflejaban una mezcla de tristeza y desafío. Mientras se alejaba con las chicas, Emilio no pudo evitar sentir una punzada de curiosidad por aquella chica que había sido juzgada tan rápidamente.

Desde lejos, un grupo de chicos observaba la situación. "Mira lo famoso que es ese chico, incluso Margaret se le acercó," bromeó Albert a sus amigos Elías y Lucius. Elías se rió, pero sus carcajadas se desvanecieron cuando Lucius les lanzó una mirada fulminante.

"No te pongas así, Lucius," dijo Elías con una sonrisa burlona. "Ya sabemos que estás enamorado de la 'puta' del salón. Quizás te podría hacer un precio especial por ser el genio de la clase."

La tensión en el aire era palpable. Lucius apretó los puños, pero se contuvo, mirando a Elías con una mezcla de rabia y dolor. Albert, sintiendo el malestar creciente, intentó cambiar de tema. "Vamos, chicos, dejemos esto. Tenemos cosas más importantes de qué preocuparnos."

El timbre sonó, marcando el fin del recreo. Los estudiantes regresaron a sus aulas, pero Emilio no podía quitarse de la mente la imagen de Margaret. Había algo en ella, algo más allá de los rumores y la repulsión de sus compañeras, que le intrigaba profundamente.

A lo largo de la clase, Emilio se encontró distraído, su mirada a menudo vagando hacia la ventana mientras pensaba en Margaret. Cuando finalmente sonó el timbre que marcaba el inicio del siguiente recreo, Emilio se levantó con determinación. Tenía que encontrarla.

Deambuló por los pasillos y finalmente la vio sentada sola en una esquina del patio, leyendo un libro. Se acercó lentamente, intentando no parecer demasiado ansioso. Margaret levantó la vista y lo miró con sorpresa.

"Hola," dijo Emilio, sus ojos reflejando una mezcla de curiosidad y sinceridad. "Soy Emilio. Me preguntaba si podríamos hablar un momento."

Margaret lo observó por un instante antes de cerrar su libro y asentir. "Claro," respondió, su voz tranquila pero cautelosa.

Se sentaron juntos, y Emilio sintió que, a pesar de las palabras de las chicas y la hostilidad del entorno, había encontrado en Margaret a alguien con quien realmente quería conectar. El primer capítulo de su historia juntos apenas comenzaba, lleno de promesas y desafíos por descubrir.