Prólogo

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Las gotas de lluvia caían por todo el lugar sobre las negras sombrillas de los presentes. Todo estaba en silencio, solo se escuchaban los quejidos y sollozos bajos de las pocas personas que habían asistido a aquel lugar, junto a los rezos del Padre. No había más, aquel día las aves decidieron no entonar ninguna armoniosa melodía, ni el sol tenía la necesidad de brillar con toda su fuerza. Todo era fúnebre, sobrio, apagado, sobresalía sobre todo los colores negros, en el pasto medio verde donde yacían miles de personas que pasaron por algo igual o parecido a lo que le sucedió a la que ahora se encontraba en aquel ataúd rodeado de sus seres queridos, su familia, sufriendo por la pérdida de una persona bondadosa, sencilla y carismática.

Todos en ese solitario y lúgubre lugar decían: "No llores, ahora esta en un lugar mejor" "Ella está en paz" "Ella está tranquila, en un profundo sueño" "Ella los cuidará desde allá arriba, no te preocupes".

Lo qué pasa, es que ellos no podrían saber nada de eso. ¿Qué tal si no está en paz y siguiera en el mismo lugar? ¿o si no tiene nada de tranquilidad y tiene de todo menos un profundo sueño?. Pero eso si, ella si los cuidaría pero no desde allá arriba. Ella estará más cerca de lo todos en ese funeral pensaban.

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