Capitulo #1: ¿Por qué aun no estoy muerta?

27 1 0
                                    

Todas las mañanas te levantas sin ningún objetivo más allá que simplemente levantarte, salir a vender tus flores y hierbas por el pueblo, llegar cansada a casa tan solo a ducharte, comer tu cena y por último ir a dormir, es tu rutina de todos los días la cual por mucho que te esfuerces en hacer, aunque sea un pequeño cambio al final todo sigue siendo igual que siempre. "¿Cuánto tiempo he estado viviendo de esta manera?" te haces la misma pregunta cada mañana al salir a vender y cada noche al llegar a casa mientras te mirasen el espejo del baño y tus ojos no pueden parar de mirar tus brazos, son realmente una escena espantosa, llenos de numerosos cortes los cuales te hiciste para tratar de sobrellevar tus problemas de aquel entonces los cuales vienen a tu mente cada vez que vuelves a poner tu mirada en tus brazos, cada corte en ellos es un recuerdo más que por más que intentes no puedes olvidar y que no para de atormentarte día tras día, junto a un constante sentimiento de soledad intenso que no para de hacerte perder la cordura ya que has estado desde hace mucho tiempo viviendo sola debido a que tus padres murieron por una grave enfermedad cuando eras más joven.

Ciertamente mucha gente por tu pueblo te conoce y siempre hablan muy bien de ti, te saludan y te sonríen cuando te ven pasar y tu solo devuelves el saludo junto con la sonrisa, aunque esta última no podría ser más fingida y rápidamente desaparece al perder contacto con esa persona, afortunadamente nadie a tu alrededor lo nota y solo piensas que se debe a tu linda sonrisa que todos afirman que tienes, aunque para ti estos halagos no parecen significar mucho al final del día. Llegas a tu casa después de un largo y cansado día de trabajo, aunque esta vez te sientes aún más extraña que las veces anteriores, te das cuenta al mirarte al espejo que tu rostro esta vez se ve mucho más desanimado que las otras noches, ya no aguantas más, no paras de pensar en cómo estas viviendo y en tus horribles experiencias pasadas, las causantes de los numerosos cortes y cicatrices en tus brazos, tu cordura llega hasta su punto más bajo tocando la locura, rompes en llanto y decides de una vez por todas que simplemente ya no quieres vivir más, solo quieres morir aunque no tienes el valor suficiente para tomar tu propia vida.

En eso, recuerdas los múltiples rumores que se han esparcido por el pueblo y tu mente se inunda con el rumor de que unos "Demonios" rondan por los bosques que están un poco lejos de tu casa por las noches, asesinando y devorando a toda persona que se encuentre con ellos, de inmediato decides ir a buscar a alguno de aquellos "Demonios" para que acabe con tu vida y de una vez le pongan fin a tu sufrimiento, rápidamente sales de casa y corres desesperada hacia el bosque y te toma un pequeño rato en llegar. Ya en ese lugar empiezas a adentrarte en el bosque en busca de alguno de esos demonios lo cual te toma un poco de tiempo, pero finalmente encuentras algo.

A unos pasos logras ver a un ser el cual se asemejaba a un humano normal, tenía un cabello un poco largo con la parte superior de un color verde pino muy oscuro y su parte inferior de un color verde más claro aunque un poco pálido, pero tenía algunas características algo inusuales e "inhumanas" como que la parte superior de su cuerpo como sus hombros y espalda son bastante anchas y llenas de músculos mientras que la parte inferior como su abdomen es demasiado delgado sin suficiente espacio para sus órganos internos, algo imposible de ver en algún ser humano normal, como también la presencia de dos grandes y filosas hoces cubiertas de algo que parecía ser sangre y carne. 

Te aterras un poco al ver a aquel ser con esa apariencia tan inusual justo a pocos pasos de ti, pero aun así un poco nerviosa te acercas un poco más a lo que crees que es un demonio y tratas de llamar su atención ya que este estaba de espaldas. Rápidamente el demonio se percataría de tu presencia en ese lugar y se daría la vuelta enfocando su atención en ti colocándote encima esos grandes ojos y mostrando en su rostro una enorme sonrisa aterradora, el demonio al ver que eras una pequeña chica indefensa se acercó lentamente hacia ti levantando su filosa y sangrienta arma con muy notorias intenciones de acabar con tu vida atravesándola justo en tu corazón y no puedes evitar sentir una gran necesidad de hacer eso que desde niña te hace feliz, ser siempre amable con los demás y esto se volvió una necesidad. Aunque estas a punto de morir, quieres morir feliz. Por lo que sin dudarlo dos veces das un pequeño salto hacia tu verdugo mientras abres tus brazos y terminas dándole un suave y cariñoso abrazo, haces el abrazo lo más cómodo y reconfortante que puedes mientras cierras los ojos y te preparas para morir. 

Estas tan pacíficamente esperando a tu muerte, pero luego te das cuenta de que algo no va bien. ¿Por qué no estás muerta? Te preguntas muy confundida pero aun así solo sigues abrazando a tu asesino esperando a que de una vez por todas lo haga. De repente, sientes como unos grandes brazos rodean tu cuerpo devolviéndote el abrazo con la misma calidez con la que lo habías dado, no entiendes lo que pasa y al abrir los ojos, enorme es tu sorpresa al darte cuenta de que ahora el demonio estaba devolviéndote el abrazo que le habías dado, te sientes muy confundida por esto, pero al mismo tiempo te sientes cómoda estando entre sus brazos y decides seguir así un pequeño rato más. Te sientes tan tranquila y tan calmada, algo que nunca antes habías sentido de alguna otra persona.

Luego de un rato se terminan separando del abrazo y al ver su rostro te das cuenta de que su aterradora mirada se había convertido en algo más lindo con una sonrisa más tranquila y al verte confundida el demonio solo soltó una pequeña risa suave, querías decir algo en ese momento, pero los nervios no te dejaban soltar ninguna palabra. En eso el demonio deja salir unas dulces palabras que terminan tocando tu corazón como una cálida caricia a tu fría alma:

Demonio: Gracias, lo necesitaba... 

Heridas IndolorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora