Introducción

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Hace muchos años, en la época dónde el gran mago Merlín y su hermana Morgana se graduaron de el colegio Hogwarts, se dió inicio entre ambos hermanos por Camelot, el primer duelo entre Merlín y Morgana ocurrió cuando Morgana, quien se había vuelto contra Camelot, reanimó a un ejército de esqueletos con un Báculo de Serbal, Merlín se enfrentó a ella. Después de que Merlín fallase en detener a Morgana, intentó destruir el báculo, pero ella le detuvo. Merlín y Morgana desenvainaron sus varitas y lucharon. Después de una fiera batalla, Morgana eventualmente desarmó a Merlín, puesto que era mejor duelista que él e intentó matarle. Sin embargo, sin ser visto, Merlín utilizo su magia para hacer que el techo cayese sobre Morgana, incapacitándola y terminando el duelo. Con Morgana derrotada, Merlín pudo destruir el báculo, destruyendo consecuentemente el ejército de esqueletos y salvando Camelot. Después de que finalizase la guerra, Morgana se acreditó la destrucción del báculo. Después de esto, Morgana fue honrada como más poderosa que Merlín, a pesar de que no era cierto, Morgana se casó con el conde Rudolf Reid, obteniendo así su estatus como una de las brujas más importantes, su línea de sangre siguió, hasta que mucho tiempo después, un mago de nombre Spencer Reid, descendiente de Morgana Reid, Junto a su esposa Elizabeth, en una línea de sangre dónde solo habían varones, tuvo, después de años, a la primera descendiente bruja, durante una noche de tormenta, esto era un gran impacto para la familia Reid, puesto que jamás se había registrado el nacimiento de una mujer desde Morgana.

Al ser la única mujer en su familia paterna, todos tenían una gran expectativa en ella, debía ser la mejor en todo, la más lista, la más linda, la más fuerte, la más educada, pero sobre todo, la que llevaría el apellido Reid a la gloria.

La primera vez que Estela mostró tener señales de magia, para alivio de su padre, fue una tarde de Julio, de 1967, exactamente cuando ella tenía 7 años de edad, normalmente no la dejaban jugar en la tierra, bajo la escusa constante de que el barro de los jardines podría arruinar su ropa y eso no era "propio de una dama".

Un día, la elfina de la familia, Nina, la llevo al jardín para que jugará un rato, ignorando que sus padres se pondrían furiosos.

Sin embargo, ella era feliz, muy feliz, jamás en su vida había sentido aquella alegría de la infancia, entonces su mente voló, convirtiéndolo todo en poesía, el cielo era de caramelo, abrazaba fantasías de un mundo que nacía en su mente, y su conciencia estaba limpia, la oscuridad de su hogar era opacada por los cantos de las aves y la luz del sol, las tristezas se calmaron con las dulces fresas del huerto, dónde el odio y el rencor no existía, una felicidad tan grande que hormigueaba en sus manos, manos que poco a poco enterró en el lodo.

Cuando su madre se dió cuenta de la ausencia de Estela en la casa, a la hora de sus lecciones, salió a buscarla al jardín, muy molesta y dispuesta a reprenderla, sin embargo, la encontró en el huerto, con ambas manos extendidas en la tierra, de la cual brotaba una zanahoria de un tamaño gigantesco, puesto que parecía ser que la pequeña rubia estaba usando un tipo de "Engorgio" no verbal, creando así una monstruosa verdura con la que comió la familia por días.

Cuando Estela cumplió sus 11 años, lo que más deseaban sus padres eran la llegada de la carta, mejor dicho, necesitaban que llegará la carta, puesto que todos los Reid habían ido a Hogwarts, el no ser aceptada sería una catástrofe.

Y uno pensaría que cuando la lechuza llegó a la mansión Reid, la alegría reinaría como nunca antes, pero no, todo lo contrario, la única felicitación que la joven recibió fue un "¿Felicitarte? ¿Por qué? Era obvio que entraras, debías hacerlo".

Esto normalizo tanto el hecho de que Estela fuera aceptada en Hogwarts que incluso parecía muy banal, sin gracia, quitándole toda la magia y alegría a ese momento.

Sinceramente, la mayoría de cosas que ella necesitaba para su primer año fue mandada a comprar para ella, razón por la que no fue realmente al callejón Diagon por nada, más que por su varita, que, según Olivanders, era igual de rígida que la de Morgana.

Llego el momento de ir a la estación 9¾, y así fue, llegó en el carruaje de su familia, tirada por coceles negros y acompañada de sus padres, quiénes en ningún momento bajaron a acompañarla, fue la elfina Nina quien la ayudo a llevar sus cosas, le dió el más fuerte de los abrazos y la despidió cuando el tren marcho.

Feliz, o tristemente, según como prefieran verlo, pero el primer viaje en el tren de Hogwarts fue bastante tranquilo, algo agobiante, pero sin problemas, puesto que todos conocían a "La Heredera De Morgana", además de su ya reconocida familia, era complicado para una niña tan joven entender eso, por lo que aún que no comprendía por qué nadie se acercaba a hablarle, tampoco le dió la debida atención, puesto que tenía la mentalidad tan adoctrinada a la perfección que no se había detenido a pensar en su "Vida social".

Y finalmente llegó al gran castillo, una vez escucho que varios decían lo cerca que estaban, se cambió al uniforme, y espero a que llegarán, bajo sus cosas y las subió a la barca que los llevo a la entrada del enorme castillo, castillo que brillaba cual faro en el lugar más hermoso que Estela haya visto, dejo sus cosas en el pasillo como se los indicaron y siguió al grupo.

El gran momento había llegado, se encontraba parada en el pasillo que daría al gran comedor, todos los alumnos de primero estaban siendo guiados hacia el gran comedor. No iba a mentir, quedo completamente impresionada al entrar a ese enorme salón, con el cielo nocturno sobre él, además de las hermosas velas flotantes alumbrando el lugar.

Empezaron a llamar a los alumnos para pasar al sombrero seleccionador, sin embargo, al momento en el que el nombre de "Estela Reid" resonó en el comedor, todos empezaban a murmurar, la niña respiro profundo, se armó a si misma de ese valor que debía tener para pasar al frente, avanzó al banquillo, cerro los ojos con fuerza y rogó para que el sombrero la pusiera en "El lugar correcto".

—Uh, una Reid, increíble, si... Es muy claro, sin duda alguna, ¡SLYTHERIN! — Exclamó el sombrero, haciendo que la mesa de las serpientes estallara en aplausos, tenían a la Heredera de Morgana.

Ni bien había empezado el primer día, cuando la presión social y familiar cayó con los primeros rayos de sol en los hombros de Estela, puesto que, temprano en la mañana, cuando ella estaba arreglándose para su primer día, todas sus compañeras de habitación empezaron a hacerle preguntas, algunas más extrañas que otras, entre ellas "¿Que se siente ser una Reid? ¿Es cierto que tú familia es de la realeza? ¿Comen langosta todos los días?", Esto, aún que pareciera que no, incomodaba muchísimo, por no hablar de la carta de su madre, que le había metido en el baúl, explicándole que por ningún motivo podría fallar en ninguna de las clases, quería calificaciones perfectas y esfuerzo doble.

La primera clase que tuvo fue Transformaciones, algo que sinceramente no le importaba mucho, pero tampoco iba a dejar de lado, necesitaba perfeccionar cada cosa que aprendiera, razón por la que una vez terminaba cualquier clase, se dirigía a la biblioteca a reforzar lo aprendido, antes de dirigirse a su siguiente materia.

Como bien se mencionó antes, ella estaba tan concentrada en sus materias y en complacer a su familia que no se preocupaba mucho por su entorno social, sin embargo, durante uno de los entrenamientos del equipo de Quidditch de Hufflepuff, mientras estaban entrenando a los nuevos golpeadores, ella pasaba por el estadio, puesto que tenía que hablar con la profesora de vuelo para presentarle la dimisión de su clase, puesto que tenía otras materias importantes y el director acepto que sacarán esa materia de su plan de estudios para enfocarse en otras cosas, cuando de repente, uno de los chicos soltó el bate justo cuando intentaba golpear una Bludger. El bate salió volando directamente a la cabeza de Estela, haciendo que se desmayara, lo siguiente que supo fue que despertó en la enfermería, con un gran dolor en la cabeza y el chico de Hufflepuff al lado, su cara reflejaba verdadera preocupación y culpa, Estela jamás había visto esa expresión antes, en nadie de su entorno, por lo que le resultaba muy incómodo, el joven se disculpo múltiples veces y no se despegaba de ella hasta que le dieran el alta, se presentó como Logan Clawford. Desde entonces, Clawford mostró ser un gran compañero y, aún que Estela nunca lo dijo en alto, fue el primer amigo que tuvo en Hogwarts.

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⏰ Última actualización: May 23 ⏰

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