The Chronicles Of Beacon Hills • Temporada 1

20. Salvaje

La manada se movía como una sombra a través de la ciudad, cada miembro llevando consigo la resolución de sus conflictos personales y la determinación de proteger su hogar. Mientras tanto, Ryan Godfrey, el hombre conocido como Rougarou, se ocultaba en las sombras, consciente de que la manada estaba cerca de descubrir su secreto.

Un destello de recuerdos inundó la mente de Ryan, llevándolo de vuelta a su Francia natal, donde todo había comenzado. Su verdadero nombre, enterrado bajo años de mentiras y transformaciones, emergió de las profundidades de su memoria: Étienne Gérard. Había sido un joven lleno de vida y sueños antes de que los Dread Doctors lo convirtieran en la criatura de pesadilla que era ahora¹.

La historia del Rougarou, o loup-garou como se le conocía en Francia, era una de transformación y maldición. La leyenda decía que aquellos que rompían las reglas de la Cuaresma durante siete años consecutivos se convertirían en estas bestias temibles. Étienne nunca había creído en tales cuentos hasta que se convirtió en uno.

Mientras la manada buscaba pistas, Lydia recibió una llamada de Ava que se ha quedado en casa de Tyler y quien había encontrado una referencia antigua que vinculaba al Rougarou con los mitos franceses. Con esta nueva información, la manada ajustó su búsqueda, sabiendo ahora que enfrentaban a un enemigo con raíces que se extendían mucho más allá de su ciudad.

La noche avanzaba, y con ella, la manada se acercaba cada vez más al escondite de Ryan. La confrontación era inminente, y el destino de todos colgaba en un delicado equilibrio.

La tensión en el aire era casi palpable, y en medio de la urgencia de la situación, Malia notó el silencio inusual de Stiles. Se acercó a él, su expresión reflejando preocupación.

- Stiles, has estado muy callado - Dijo Malia, su voz suave pero firme. - ¿Estás bien?

Stiles levantó la vista, sus ojos encontrándose con los de Malia. Había un torbellino de emociones en su mirada, un reflejo de las luchas internas que estaba enfrentando.

- Estoy... tratando de procesar todo. - Admitió, con una honestidad que rara vez mostraba. - Con Lydia y Nathan, y ahora esto con el Rougarou... es mucho que asimilar.

Malia asintió, entendiendo la complejidad de los sentimientos de Stiles. Se sentó a su lado, ofreciéndole su presencia como consuelo.

- No tienes que hacerlo solo. - Le recordó. - Estamos juntos en esto, todos nosotros. Y vamos a superarlo, como siempre lo hacemos.

Stiles esbozó una sonrisa débil, agradecido por el apoyo de Malia.

- Gracias, Malia. - Dijo, su voz más firme. - Tienes razón. Es hora de enfocarnos en lo que viene. Tenemos un Rougarou que detener.

Con la manada reunida y cada miembro apoyándose mutuamente, se prepararon para enfrentar la amenaza que se cernía sobre ellos. Unidos, eran más fuertes, y juntos, estaban listos para enfrentar cualquier desafío que les esperara en la oscuridad de la noche.

La batalla entre la manada y el Rougarou, Étienne Gérard, había alcanzado su punto culminante. Scott, con la fuerza y la autoridad de un Alfa, había sometido a la bestia, pero en lugar de ofrecerle un lugar en la manada, entendió que algunas criaturas están destinadas a caminar solas.

- No tienes que ser un monstruo. - Dijo Scott, su voz resonando con convicción. - Pero tampoco tienes que unirte a nosotros si no quieres. Puedes encontrar tu propio camino, lejos del dolor y la destrucción que has conocido.

El Rougarou, con sus ojos ardientes fijos en Scott, gruñó en respuesta. La oferta de clemencia era inesperada, pero la naturaleza independiente de la bestia prevaleció.