24. Ejército de los condenados (1)

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El cielo comienza a anochecer, tras la aparición de Aiden como Sluagh, comienzan a preocuparse a todos sobre que podría pasar.

Mientras la manada McCall avanzaba por el bosque en busca de respuestas, los Sluagh continuaban su insidiosa labor de atrapar almas perdidas en su camino. La noche termina por caerse, envolviendo el bosque en sombras que parecían moverse y susurrar con una voz siniestra.

De repente, un grito agudo rompió el silencio, haciendo que la manada se detuviera en seco. Todos se voltearon hacia la fuente del sonido, encontrando a Stiles sujetando a una joven entre sus brazos.

- ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? - Preguntó Scott, su voz llena de preocupación.

La joven, con los ojos llenos de terror, tartamudeó tratando de explicar lo inexplicable.

- Vi... vi a mi hermano, pero no era él. Era... algo más oscuro, algo maligno. - Dijo la joven, su voz temblorosa.

Malia, con su instinto animal agudizado, percibió la presencia de algo maligno a su alrededor.

- Hay algo aquí, algo que está jugando con nosotros. - Murmuró Malia, sus ojos brillando con una ferocidad inusual.

Lydia, con su conexión con lo sobrenatural más fuerte que nunca, cerró los ojos y se concentró, tratando de sentir la energía a su alrededor.

- Estamos rodeados de Sluagh. Son astutos y peligrosos. - Dijo Lydia, su voz llena de determinación.

Con la amenaza de los Sluagh cada vez más palpable, la manada se preparó para la batalla que se avecinaba.

Mientras tanto, en un rincón oscuro del bosque, un grupo de Sluagh se reunía, sus ojos brillando con un fuego perverso mientras trazaban su siguiente movimiento. Entre ellos se encontraba una figura oscura y enigmática, cuya presencia parecía resonar con una malevolencia que helaba la sangre.

- Los intrusos han llegado. Es hora de hacer que paguen por su osadía. - Dijo la figura, su voz susurrando en la mente de los Sluagh.

Los Sluagh asintieron en silencio, sus rostros sin emoción revelando su cruel determinación. Sabían que la batalla que se avecinaba sería épica, una lucha entre la luz y la oscuridad, entre la vida y la muerte.

Mientras tanto, la manada McCall avanzaba por el bosque, cada paso cargado de tensión y anticipación. Sabían que estaban entrando en un territorio peligroso, donde cada sombra ocultaba una amenaza y cada susurro una advertencia.

- Estamos cerca. Puedo sentirlo en mis huesos. - Dijo Scott, su voz firme y decidida.

- Debemos ir con cuidado, los Sluagh son peligrosos. -Decía Lydia mientras caminaba.

El viento comenzó a soplar con fuerza, enviando un escalofrío por la columna vertebral de cada miembro de la manada. A pesar de estar en pleno verano, el aire se sentía inusualmente frío, como si la presencia de los Sluagh estuviera afectando el clima mismo.

- Se supone que estamos en verano. - Comentó Theo, llegando junto con Rachel y Liam.

Rachel, aún sensible a las voces que había estado escuchando, se detuvo de repente, sus ojos abiertos de par en par.

- ¡Cuidado! - Gritó, justo cuando una figura oscura emergió de las sombras, lanzándose hacia ellos.

Scott reaccionó rápidamente, empujando a Rachel fuera del camino. La figura oscura se desvaneció en el aire, dejando a todos en un estado de alerta máxima.

- ¿Qué fue eso? - Preguntó Malia, sus sentidos agudizados buscando cualquier señal de peligro.

Antes de que alguien pudiera responder, una voz familiar resonó en el aire.

The Chronicles Of Beacon Hills • Temporada 1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora