O1 ꒰⁠ 🏹 ꒱ destiny and legacie

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Cuando eres pequeño crees que todo lo que tus padres te dicen es real, acatas las leyes que te imponen porque así es lo correcto, sigues las tradiciones impuestas porque si todos lo han hecho tú no deberías ser la excepción

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Cuando eres pequeño crees que todo lo que tus padres te dicen es real, acatas las leyes que te imponen porque así es lo correcto, sigues las tradiciones impuestas porque si todos lo han hecho tú no deberías ser la excepción. Cuando creces en un pueblo alejado de la sociedad donde sus habitantes no tienen problema con quedarse allí el resto de su vida y seguir sus propias costumbres, tu mente comienza a dejarse llevar por la mente del pueblo y no por lo que tú corazón dicta.

Ese es el caso de Lee Minho, quién durante sus diecisiete años de vida nunca se molestó en llevarle la contraria a las tradiciones del pueblo, mucho menos a las de su familia, se creció y educó como un cazador más que le rendía pleitesía a sus Dioses para que ellos siempre protegieran a su pequeño pero armónico pueblo.

Para Alinia se servía un banquete con las mejores presas que cazaban cómo una ofrenda de agradecimiento por mantener sano al ganado y abundantes animales para cazar en el bosque. A Nefeo le ofrecían canastos llenos de los frutos más dulces y frescos para que sus cosechas siempre fueran prósperas y fructíferas. Para Denadea todos los bebés eran presentados en su séptimo día de nacido frente a su altar con prendas blancas para la salud del pequeño individuo nacido en las tierras de Altaria. De la misma manera existían Dioses menores, como Amnea para los eruditos, Menea para los artistas, Tesea para los deportistas, Kimea para los laboradores y sucesivamente.

En Altaria existían cuatro familias que tenían como función ser los guías a estas tradiciones año tras año desde que el anciano más viejo tiene memoria. Los Yang, quienes se encargaban de llevar el control de salud de sus aldeanos, no había un solo Yang que no se dedicara a la medicina o un subalterno de este. Los Hwang; se encargaban de las producciones de alimento vegetal y frutal, desde el miembro más antiguo al más joven con vida, sabían cuando las temporadas de lluvia iniciarán o cuando habrá un día muy caluroso solo con asomarse por su ventana, creían que era el don que los dioses les habían regalado por cuidar de sus cosechas. Luego estaban los Kim, quienes cuidaban de los templos y organizaban las fiestas en honor a sus deidades, de la misma manera en que se encargaban de las misas diarias y junto a los Yang del control natal de los Altarianos, los Kim podían ser prácticamente la familia más cercana a los dioses, aunque unos pasos más atrás estaban los Lee, esa familia que aunque parecía algo ruda y cavernícola —según los Hwang—, en realidad eran muy apegados a sus costumbres y no solo como religión, sino como familia. Ellos tenían el rol de proveer la carne al pueblo, así que desde pequeños eran enseñados a cazar, a olfatear y a captar el movimiento de la liebre a kilómetros.

Una de las tradiciones de los Lee era la llamada Presentación dónde los miembros que alcanzaban los dieciocho años eran llevados a la casa principal y se les entregaba un arco hecho por el fundador de su clan con la madera del Olmo más viejo que alguna vez existió en Altaria. Y Minho era el Lee más próximo a seguir la tradición, lo cual le ponía nervioso y a la vez emocionado. Razón principal por la cual se encontraba algo alejado del territorio Lee, pues todos, incluidos sus padres y hermanos, estaban tan concentrados en organizar el banquete y el lugar de ceremonia como para notar que el chico que debería estar alistándose para la presentación no estaba en el lugar.

🏹 : 𝗙𝗔𝗟𝗟𝗘𝗡 𝗔𝗡𝗚𝗘𝗟 〔minsung〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora