Emily, una joven de pelo negro y un pequeño mechón blanco, piel ceniza y ojos claros vive en una pequeña casa junto a la señora Lovet, una mujer que vendía pasteles de carne en su local, pero desgraciadamente los tiempos eran difíciles... Habían pasado tal vez meses de que un cliente había llegado al restaurante, todo se veía polvoriento y desgastado, los pasteles eran a penas comibles, pues parecían rocas y por dentro estaban podridos.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -Un día, común y corriente, la señora Lovett me había llevado a "atender a los clientes" mientras ella limpiaba la habitación de arriba... Nunca me dejaba entrar a ese lugar, decía que estaba embrujada y cuando preguntaba por qué, ella no me respondía... Tampoco había salido mucho de casa, a penas a mis casi 18 años había salido a penas unas 5 veces. La señora Lovett, a pesar de no ser mi madre, resultaba bastante sobre protectora conmigo decía que un día llegaría mi padre y... Tonterías, él nunca llegaría, él estaba muerto. O eso pensé...
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta principal abriendose.
-¡Un cliente! Por favor, señor... Tome asiento, iré por la señora Lovett. -sin más salí hacia la cocina y llegué con la señora Lovett, quien apresurada fué a atender al cliente de adecuada forma, mientras yo me arreglaba un poco... Pero... El cliente tenía el cabello muy similar al mío, negro con una franja blanca. La señora Lovett siempre dijo que fué a causa de un gas que inhalé de pequeña.
Yo no recordaba mi infancia, después de los 3 años era mi memoria, solo recordaba algo un poco raro, a la señora Lovett escondiéndome en la cocina mientras entraban personas a la casa, algo bastante tonto y sin sentido.
Volví a la sala principal del lugar con el pelo ya arreglado. Parecía que ellos ya habían tenido una charla bastante larga, de hecho, estaban a punto de ir a la habitación de arriba, para mi sorpresa, la señora Lovett me permitió acompañarla, algo muy raro, yo moría de ganas por ver lo que había allí arriba. Cuando entramos... No había más que un tocador, una silla, un baúl y una cuna de bebé con una sabana encima. El extraño comenzó a ver todo y luego preguntó a la señora por qué el lugar estaba supuestamente embrujado... Al parecer ya le contó, pero no le dirá por qué...
-Había un barbero y su esposa... Y él era hermoso. Un artista con la navaja. Pero lo obligaron a irse... Barker era su nombre, Benjamin Barker...- Yo escuchaba pasmada sus palabras, a mí, quien había vivido con ella por 15 años no me había contado una palabra, pero a un extraño en 15 minutos le había contado todo, era injusto. La señora Lovett continuó. -Su esposa... Cosita bonita, pequeña tontita. Había dos hombres, un juez y un alguacil. El juez siempre llegaba con flores, pero ella no cedia... Un día el juez se arrepintió, pidió a la mujer ir a su casa, pero cuando llegó no lo encontraba por ningún lado, tal vez él se había arrepentido? ¿Dónde está el juez Turpin? Ella pregunta... Todos con mascaras, les parecía divertido. Él apareció, ella no era rival para tal oficio... Pobrecita... Pobrecita- Fué interrumpida abruptamente por el hombre con un grito desgarrador.
-¡NO! Nadie tuvo piedad... De ella?- pero la señora Lovett no respondió a su pregunta. Yo no entendía, la historia era bastante confusa, pero había logrado entender algunas cosas, miraba a uno y otro sin entender mucho más que antes.
-Así que eres tú... Benjamin Barker.- él se dió la vuelta y vió a la señora con una sonrisa (parecía que yo no estaba ahí).
-No. No hay Barker, ese hombre está muerto... Es Todd ahora, Sweeney Todd...- ‹‹Él es el barbero!›› pensé.
-Emily... Ven aquí querida...- me acerqué rápidamente. -Este hombre es... Tu padre- en seguida el hombre giró su cara hacia mí, su expresión era muy rara, tenía una gran sonrisa, parecía alegre y algo psicótico.
-Mi preciosa Emily!- se avalanzó a abrazarme. -No sabes cuanto te extrañé...- Yo me quedé un momento pensando, pero luego le devolví el abrazo.
-Así que... Usted...- él me interrumpió.
-Sí! Juntos volveremos a se una familia... Junto a Johanna...- pero la señora Lovett se aclaró la garganta, llamando la atención de ambos.
-Ella... Está a la custodia del juez Turpin... Y tu esposa, ella... Tomó un veneno, arsénico.- él se desplomó en mis brazos, parecía realmente aturdido por la noticia, pero rápidamente de recompuso y se giró para verme.
-Cómo es que Emily está aquí?- él preguntó.
-La escondí, cuando ellos vinieron por ti- contestó. -Desde entonces la he cuidado... Sabía que volverías- los ojos de la señora Lovett se llenaron de entusiasmo.
Después de eso, la señora Lovett le enseñó sus navajas, las cuales guardó durante 15 años al regreso de mi padre. Él parecía hipnotizado con el brillo de la plata del mango de ésta.

ESTÁS LEYENDO
La otra hija
FanfictionEl juez Turpin es el más reconocido en Londres, pero él guarda un secreto que no muchos conocen... Su protegida Johanna es hija de un barbero y una hermosa mujer, la cual al intentar escapar del juez tomó arsénico. Tiempo después el barbero llega a...