La ciudad de la magia

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El cielo estaba despejado, los pájaros volaban libres como las estrellas al nacer. Una brisa movía las hojas de los cerezos como si no pesaran nada, el sol iluminaba las flores como si fueran espejos de luz.

Tenkei es la ciudad de la magia más importante para los jóvenes, ya que acoge a muchas personas de todo tipo, dejándose apreciar por la cultura, la belleza en sus calles y es famosa por acoger a centenares de dragones que vuelan por la región de Taeron.

Esta ciudad tiene una particularidad, los habitantes suelen utilizar vehículos con apariencia antigua y con tecnología punta, mientras que los brujos y brujas utilizan escobas, ya que es más práctico para volar sobre calles más concurridas para llegar al sitio previsto sin molestar a la gente de su alrededor y cada calle tiene un estilo propio de casas, las que se encuentran más cerca del mar y de la estación Yado que es muy popular entre las personas de la región, tiene un estilo costero, mágico y con esencia marina, la mayor parte de las paredes son blancas para una total delicadeza. Las calles más alejadas de la estación, son de muchos estilos, por el este y el oeste son más tradicionales, con un aura modernista y las que se encuentran en el sur son más naturalistas con trepadoras en las paredes, con jardines llenos de todo tipo de flores y plantas.

En la esquina de la calle principal que lleva a Santa gloria un santuario que honra a la magia, y con un jardín de cerezos que guardaba el santuario, se encontraba una librería inmensa con estanterías de madera de roble que forman pasillos largos con la sensación de no haver final. El suelo era de madera color gris, al pasar la puerta de entrada en la parte izquierda se encontraban un par de ventanales con vistas al Santuario lleno de cerezos inmensos que se alzaban al cielo.

Triana es una bruja de veinticinco años de casi un metro setenta, delgada, con un pelo ondulado de color plata, sus ojos son un poco más oscuros y es la propietaria de la librería. Es una mujer destacable en su oficio pero con un oscuro pasado que le atormentaba todas las noches, consiguiendo no pegar una cabezada en la almohada. La muerte de sus padres y el hecho de no tener amigos le hacían perder la alegría a las cosas.

Tenía que hacer un encargo para entregar en mano a una persona especial, que le hacía regalos hermosos por su trabajo duro en la tienda. Empezó a recorrer los pasillos casi interminables en busca de un libro llamado "Historias clásicas de Taeron", mientras lo buscaba con calma se sentía muy bien por el olor reconfortante a libros nuevos y antiguos. Cuando lo tenía en sus manos lo empezó a ojear metiendo la nariz en las páginas, el olor a libro antiguo le producía una gran sensación indescriptiblemente increíble.

Salió de la tienda y con su magia bajo las persianas más importantes, dejando abiertos los ventanales con vistas al Santuario, de vez en cuando la gente echaba un vistazo a la tienda y volvía cuando ya se encontraba abierta. Se acomodó el bolso de tela color magenta pastel y el libro adentro, luego empezó a caminar.

Mientras caminaba, se podía notar las escobas volar por la cabeza, los pelos se te movían por la brisa que causaban. Era algo curiosa la sensación pero no llegaba a ser desagradable. La calle principal estaba llena de cerezos y el suelo parecía un mar rosa de pequeñas hojas, algo peculiar es que los coches como tal no hacían mucho ruido y pasaban desapercibidos por las calles principales y secundarias.

La presencia de los dragones no era muy común que digamos, algunos les encantan la gente si fuera por ellos vivirían entre ellos, otros cariñosos y otros que no tanto que a la vez pasaban desapercibidos, lo normal es que se veían muy seguidos, pero cuando aparecían una gran belleza en el cielo deslumbrará a todos, verlos de cerca era algo increíble, llegar a tocarlos era más que increíble.

Bruja de plataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora