Capítulo 1: El peso de la ausencia.

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Me había despertado con un nudo en el estómago, un recordatorio constante de la ausencia que me perseguía. La cama a mi lado estaba vacía, un testimonio silencioso del amor que había perdido. Me levanté y me acerqué a la ventana, mirando fijamente el mundo que seguía adelante sin mí. Los pájaros cantaban, los coches pasaban y la  vida continuaba, pero para mí, todo se había detenido.

El dolor de perder a mi esposo, Liam, era insoportable. Habíamos compartido prácticamente toda nuestra adolescencia y parte de la adultez, a pesar de que éramos muy joven el amor hablaba por nosotros, al punto de que nos habíamos casado. Pero en un instante, todo se había hecho añicos. Me dí la vuelta y camine tambaleándome hacia el baño. Mi reflejo en el espejo era el de una extraña, mis ojos estaban hundidos y mi rostro pálido. Apenas me reconocía a mí misma.

Me lavé la cara con agua fría, tratando de despertar de esta horrible pesadilla. Pero el dolor seguía ahí, una presencia constante que amenazaba con consumirme. Me vestí mecánicamente y bajé las escaleras. Mi casa, una vez llena de calidez y amor, ahora de sentía vacía y fría. Cada habitación me recordaba a Liam, su risa, su sonrisa, su amor.

Me senté en la mesa de la cocina y serví una taza de café. El aroma me recordó las mañanas que habíamos compartido, cuando Liam leía el periódico y yo preparaba el desayuno. Pero ahora, todo era diferente. Estaba sola, perdida en un mundo de dolor y soledad.

Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, y el dolor no disminuía. Me aislé de mis amigos y familiares, incapaz de soportar su simpatía y sus palabras bienintencionadas. Me sumergí en el trabajo, tratando de llenar el vacío de mi corazón.

Una noche, mientras caminaba a casa del trabajo, ví a una pareja caminando de la mano. La forma en que se miraban, llenos de amor y felicidad, me hizo sentir una punzada de dolor en el pecho. Me detuve y los observé pasar, preguntándome si alguna vez volvería a experimentar esa clase de amor.

Continúe caminando, mis pensamientos dando vueltas en mi cabeza. Sabía que tenía que encontrar una manera de seguir adelante, de vivir mi vida sin Liam. Pero ¿cómo podía hacerlo cuando cada parte de mi ser anhelaba su presencia?

Llegué al apartamento y me dejé caer en el sofá. Miré a mi alrededor, a todas mis fotos con Liam en las paredes, a los regalos que él me había dado. Todo me recordaba a él.

Me levanté y fui al dormitorio. Me acosté en la cama y me acurruqué en posición fetal. Cerré los ojos y traté de dormir, pero los recuerdos seguían llegando. Recuerdos de la boda, la luna de miel, y de todos los momentos felices que habíamos compartido.

Lloré hasta quedarme dormida, mis lágrimas mezclándose con la funda de la almohada. Soñé con Liam, y en el sueño, él estaba vivo y me sostenía en sus brazos. Me desperté por la mañana con el corazón roto, sabiendo que era solo un sueño.

Me levanté en la mañana y me miré en el espejo. Mis ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar. Me veía como un desastre. Pero sabía que tenía que seguir adelante, por mí misma y por Liam.

Salí del apartamento y respire hondo, tenía que despejar un poco. El sol brillaba y los pájaros cantaban. La vida continuaba y al final yo también tenía que hacerlo.

Me encontraba caminando por las calles de la ciudad, con la mirada perdida y el corazón roto. Cada paso que daba era un recordatorio constante de la felicidad que una vez compartieron.

Llegué a un parque tranquilo tratando de encontrar la paz y la tranquilidad en medio de ese dolor, me encontraba tan distraída que no me dí cuenta que un extraño se acercaba.

Mi vista revoloteó y me encontré con un hombre alto y apuesto, con una expresión amable en su rostro y con unos ojos que mostraban una profunda comprensión.

–¿Estás bien?, puedo ver que estás pasando por un momento difícil –la comprensión en los ojos de Simón te daba a entender que quizás también había tenido una pérdida, igual yo no iba a preguntar, era algo que no me incumbía.

–¿Disculpa? –dije tímidamente.

–¿Te importaría si me siento aquí? –levanté la vista y traté de sonreír pero pareció más una mueca.

–Claro, el banco es libre.

El hombre se sentó junto a mí y guardó silencio durante unos minutos, parecía que estaba reuniendo sus pensamientos. Finalmente, reunió el valor para hablar.

–Mi nombre es Simón –dijo, pensando cuidadosamente que preguntaría –¿Me dirás qué te pasa?

–Un gusto, el mío es Alejandra –dije –perdí a mi esposo hace unos meses.

Simón asintió con comprensión.

Hablamos durante horas y eso fue lo mejor para despejar mi mente. Compartí mi historia con él y escuchó con paciencia y compasión. Le conté un poco de mi vida con Liam y también sobre el dolor y la soledad que sentía ahora que él se había ido.

Él me escuchó atentamente, ofreciendo palabras de consuelo y apoyo. Me dijo que entendía mi dolor, que él también había perdido a alguien a quien amaba, dándome a entender que había acertado en mi suposición. Me dijo que el dolor nunca desaparecía por completo, pero que con el tiempo, se volvería más fácil de sobrellevar.

Cuando llegó el momento de irme me pidió de favor que intercambiáramos números de teléfonos, lo cual hice sin problema alguno, me había caído muy bien y no estaba demás distraerse en algún momento y conocer a nuevas personas. Me prometió que nos mantendríamos en contacto.

–Gracias por escucharme –dije –significa mucho para mí.

–De nada –me dijo –estoy aquí si necesitas algo.

Le sonreí con mi sonrisa más sincera y nos dividimos cada uno por su lado. Solo sé que esa noche no tuve pesadillas y pude entender que las nuevas oportunidades sí existían, solamente había que intentarlo y buscar la felicidad.


Buenas, buenas.
Sé que el capítulo es un poco corto, pero prometo que a partir de que le vaya cogiendo la vuelta iré ampliándolos con nuevas ideas.
De antemano decir que es un borrador sin editar, lo que quiere decir que puede contener errores de ortografía, gramática.
En el momento que se vaya a editar, ampliaré estos capítulos un poco.
Los quiero mucho.
💋💙

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⏰ Última actualización: May 25 ⏰

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